CAPITULO B

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Mientras los demás encontraban una explicación de las ruinas intenté usar nuevamente mis poderes y vaya que funcionaban muy bien, cree pequeñas mariposas que brillaban dejando caer un leve polvo brillante, decidí lanzarlas hacia Edmund el cual al verlas sonrió para luego mirarme, me acerque a él para mirar su atuendo y vaya que ese uniforme sería mejor si solo tuviese que usar esa camisa y la corbata. El miro nuevamente hacia el frente causándome curiosidad- ¿que pasa, cariño?- cuestione ganándome una sonrisa del nombrado.

-creo que tengo la respuesta...Catapultas- me dijo provocando que parpadeara repetidas veces.

-quieres decir.. que Cair Paravel fue atacado- dijimos al unísono y la verdad tenía mucho sentido, este castillo era muy resistente no tenía mucho sentido que simplemente se destruyera, ¿pero atacado por quien?. Peter empezó a guiarnos hacia un tipo bodega secreta así que Edmund tomo mi mano, últimamente me gustaba divagar mucho así que entendía porque debía estarme cuidando. La puerta estaba vieja así que Peter logro abrirla utilizando un poco de fuerza, prosiguió  a romper una parte de su camisa para luego rodearla en un palo.

-no tienes cerillas ¿verdad?- le cuestionó a Ed el cual abrió su maleta sacando una lámpara, este sonrió de una manera tan bonita que no pude evitar quedarme como una tonta mirándolo.

-¿por qué no lo dijiste antes?- se mofa divertido Peter.

-aunque eso también es necesario dije acercando mi dedo índice el cual tenía una pequeña llama, toque el palo con este encendiéndolo de inmediato.

-olvidaba tus poderes, gracias "Reina"- se mofa Peter para luego entrar, seguido de Susan y Lucy y por último entramos Edmund y yo, la verdad no recordaba muy bien este lugar, empezaba a darme cuenta que tengo una pésima memoria. Empezamos a descender por unas escaleras hasta llegar a una habitación que tenía estatuas de piedra de cada uno de nosotros debajo de las mismas había un cofre, prosegui a abrir uno que asumí era el mío, pero antes pasé mi mano por este removiendo algo de polvo, efectivamente tenía una solapa con mi nombre. Pude notar varias cosas, vestidos, algunas joyas, el vestido blanco que usé en la boda, tomé los extremos del mismo para verlo por unos segundos. Reí levemente para luego guardarlo, no solía usar armas porque con mis poderes era suficiente así que mucho que contener en este cofre no había, por otro lado Peter saco el escudo y su espada, las cuales sólo necesitan una pulidita. Lucy tomó su pequeña daga y aquel jugó curativo, por otro lado note como Susan miraba pensativa sus cosas.

-¿pasa algo?- Dije mientras su hacía memoria.

-creo que perdí mi cuerno el día que regresamos, no está aquí- comentó ella intentado buscarlo.

-¿Éramos tan altos?- cuestionó Lucy mientras sacaba su vestido.

-bueno éramos adultos- le respondí.

-a diferencia de años cuando eres una niña pequeña- añadió Ed mientras usaba un enorme casco de metal, se veía muy gracioso con el.

-el gran invierno ha caído con su potente rugido- dijo Peter llamando nuestra atención.

-Al sacudir su melena la primavera llega- complete con nostalgia.

-todos nuestros amigos, el señor Tumnus, los castores. Ya no están.- dice Lucy con triste provocando que recuerde que Sean tampoco está, probablemente murio hace mucho tiempo.

-debemos averiguar qué sucedió en este lugar y ¿quien destruyó Cair Paravel?- comentó Peter y la verdad tenía mucha razón, si estábamos aquí es porque algo había sucedido y necesitaban nuestra ayuda.

-creo que deberíamos cambiarnos, no podemos andar en uniforme por todo NARNIA- sugirió Susan y no podía tener más razón aunque la verdad sentía que usar mis vestido era estar un poco pasado de moda, así que salí de la habitación ganándome la mirada de todos, subí  para encontrarme con unas cuantas flores, necesitaba el color adecuado, tomé una rosa blanca para luego lanzarla por los aires mientras hechizaba mi atuendo creando uno nuevo, consistía en un corce negro que sostenía una camisa con escote de cuadrado y mangas hasta el inicio del codo de tono blanco, bajo de este se generó una especie de falda que llevaba hasta la mitad del muslo, obviamente tendría short de seguridad y finalmente una botas, no me Convence mucho correr por el bosque en sandalias. Decidí esperar a los demás afuera de aquel lugar mientras practicaba un poco mis salto y giros, la verdad no estaba tan oxidada como pensé.

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