CAPITULO 3

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- rápido- dice Peter mientras subirnos una especie de colina buscando a Edmund.

-¡EDMUND!- grita Lucy.

-shh.. te va a oír- comentó el castor, decidí empezar a correr pero el castor me tomó para detenerme.

-¡NO!- contestó.

-suéldame- conteste desesperada así que Peter me tomó de la cintura para evitar que avanzara.

-¡estás haciendo lo que ella quiere!- explicó.

-no podemos dejarlo- respondió Susan.

-es nuestro hermano- respondió Lucy.

-es el señuelo es lo que la bruja quiere, si los atrapa a los cinco los matará para que no se cumpla la profecía, sobre todo a ti- dijo el castor señalándome.

-¿por qué a mi?- cuestione incrédula.

-porque tú eres la contra parte de ella, aparte la profecía dice que estás unida a uno de los hijos de Adán el a ti, a juzgar a por quien fue la reina, creo que es Edmund- Trague en seco para luego soltarme del agarre de Peter y caminar en dirección contraria mientras procesaba todo, por eso tenía tantas reacciones extrañas cuando le veía.

-todo esto es culpa de ustedes dos, les dije que regresáramos- protestó susan.

-¿nuestra culpa ?- cuestione.

-nada de esto pasaría si me hubiese escuchado- contestó Susan.

-¿sabias que esto iba a pasar?- cuestionó Peter enojado.

-no, pero deberíamos habernos ido- respondió Susan.

-si hubiese sabido jamás hubiese entrado, nunca haría nada para lastimar a Edmund- conteste.

-¡ya basta!, pelear no salvará a Edmund- grito Lucy provocando que quedáramos en silencio.

-tiene razón el único que puede salvar a su hermano es Aslan- respondió el castor.

-entonces llevamos a el- pidió Peter.

----- " EDMUND"-----

Caminaba por aquel pasillo helado esperando encontrarme con la reina pero en cuanto seguí avanzando un lobo gris se abalanzó sobre mi provocando que mi corazón latiera con rapidez.

-quieto muchacho o jamás volverás a respirar, ¿quien eres?- pregunto soltando un gruñido.

-¡soy Edmund!, conocí a la reina, me dijo que viniera a su palacio, soy hijo de Adán- respondí completamente nervioso.

-le pido disculpar afortunado de la reina o no tan afortunado... espera aquí- me ordenó el lobo mientras desaparecía, pero decidí admirar el palacio de hielo, incluso me senté en aquel trono, era ta suave. Me sentía poderoso, deseaba gobernar por encima de Peter.

-¿cómodo?- pregunto la reina así que de inmediato me levanto sumamente nervioso.

-si su majestad- respondí con voz temblorosa.

-pensé que te gustaría.. dime Edmund, ¿tus hermanas están sordas?- cuestionó ella mientras se sentaba.

-no.

-¿y la chica de la que me hablaste te es indiferente?- cuestionó ella.

-no de hecho ella es muy buena conmigo-respondí con una sonrisa recordando a aquella chica de ojos bonitos.

-y tu hermano es ¿poco inteligente?- nuevamente formuló una pregunta que me causó cierta Gracia.

-yo creo que si. Pero mi mamá dice...-

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