''Vive la vida con un propósito y vívelo al máximo'' - Dr. Steve Maraboli

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Tres meses

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Tres meses.

Tres meses llevo aguantando a Attis y sus continuos piques. Tres meses desde que acepté por tonta el estúpido trato de Tom y Diego. Tres meses desde que trabajo con él y ya siento que no puedo soportarlo más. Es tan... Aggg... Piensa que puede dejar el café sobre mi mesa y mancharla. Todas las malditas mañanas oye... Coge, se prepara el café con toda la calma del mundo, le da un sorbo, lo apoya en mi pulcra mesa blanca perfectamente ordenada y luego lo vuelve a tomar, dejando a su paso el círculo marrón que se ha formado en la base porque no es capaz de no derramar el líquido por los bordes. Al final acabo limpiando al menos siete veces el mismo sitio, en sólo un día. Pero eso no es todo, por supuesto que no. Se cree con el derecho de llamarme a las tres de la mañana de un domingo para gritar lo mucho que le frustra que un equipo de fútbol le haya ganado al suyo, usar mi papelera de la oficina en lugar de usar la suya, desordenar mis carpetas por estar buscando un libro que en realidad se encontraba en la estantería de la pared contraria, poner música a todo volúmen mientras trabajo...

Es, simple y redomadamente, I-N-S-O-P-O-R-T-A-B-L-E.

Menudas ganas tengo de que se largue ya. No le faltará mucho, pues se estima que la infraestructura del experimento acabará por construirse en dos días. Menos mal, hace tiempo que tengo la tentación de tirarlo por las escaleras, a ver si de esa forma le dan un permiso de alta o algo y yo puedo trabajar tranquila.

-Mira quien está aquí... - dice una voz que se encuentra detrás de mí.

-Hola a ti también, Coli...

Lleva un vestido entallado color granate y unos taconazos de aguja negros. Siempre he envidiado (envidia de la sana, no se alarme nadie) cómo Colette es capaz de maquillarse. ¿Sombras de ojos con efecto ahumado? No hay problema, lo sabe hacer. ¿Pestañas postizas que se vean naturales? Ninguna complicación para ella. ¿Sombras que afinen la nariz? Coli lo soluciona.

Esta mañana me ha dicho que tiene una cita con alguien que conoció en una app de estas raras para salir con gente. Lo cierto es que ese tipo de cosas de quedar con gente que sólo conoces a través de una pantalla y que sólo muestra lo que quiere que sepas me dá algo de pavor.

-Estás guapísima Coli, pero si el tío hace algo extraño me llamarás ¿sí? - le advierto, con un tono casi maternal.

Ella rueda lo ojos, pero luego, al ver que sigo estresada por su quedada con el chaval, me dedica una sonrisa tranquilizadora y llega hasta mi mesa para abrazarme.

-¡Hala! Yo también quería un abrazo - grita una voz masculina que, desgraciadamente, he tenido que soportar durante estos tres interminables y horrendos meses.

-¡Piérdete Attis! - suelto, lo que hace que Colette se acabe riendo a carcajada limpia.

Se separa de mí y nos analiza, como si nos estuviese escaneando de arriba a abajo.

-Alessandro tiene razón, haríais una pareja increíblemente atractiva y explosiva.

Oh no, yo la mato.

𝕄𝕒𝕥𝕥𝕖𝕣 𝕠𝕗 𝕥𝕚𝕞𝕖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora