-¡AAATTIIIS!Grito con todas mis fuerzas. Él también grita, pero se sobresalta en cuanto me oye. Hasta parece incluso mascullar un ''mierda''. Sí, así fue exactamente cómo me sentí en cuanto sonó la alarma del ordenador que advertía de un posible accionamiento de la cápsula. Un ataque cardíaco creí que llegaba. Dejé todo desordenado en mi despacho y vine corriendo hacia aquí cuanto antes.
Ira. Eso es lo que siento, que me quema ahora mismo por dentro. Estoy cabreada, cabreadísima. Es el proyecto de mi vida y Attis lo toma como un juego suyo personal. Está colorado y es incapaz de moverse del sitio. Nos miramos. Yo lo mato con mis ojos, él parece querer pedir disculpas, pero no es capaz. Inspiro profundamente e intento calmarme para no soltar cualquier barbaridad. Miles de insultos no apropiados para todos los públicos se amontonan en mi garganta, pujando para salir. Me controlo. Cierro los ojos y respiro lentamente varias veces. Tomo gran cantidad de aire y lo expulso, suavemente. Repito la acción varias veces, logrando destensar mis músculos y apaciguando mi instinto asesino contra el chico de ojos verdes. Sigue mis movimientos, sin poder articular palabra ni hacer funcionar su cuerpo.
Tras unos largos segundos, hablo.
-Attis, - digo, ahora relajada - sal de ahí... por favor.
El chico se revuelve en el asiento e intenta desabrochar el cinturón de la cápsula en vano. Espera. ¿Se ha puedo el cinturón? Ay, madre, ¿por qué tengo que lidiar con esto?
-No se desabrocha - me informa, acompañando sus palabras de un gesto, como intentando quitar la cinta que lo atrapa contra el asiento.
-¿No me digas genio? - suelto. Vale, creo que mi paciencia se va agotando.
Me dirige una mala mirada, antes de ponerse de nuevo a intentar deshacerse del cinturón.
Niego con la cabeza. Procuro entrar en la cápsula con mucho cuidado. A pesar de que la construcción haya finalizado, aún faltan una serie de detalles que se deben ultimar, para evitar sorpresas. A pesar de ser grande, el interior de la cápsula es algo claustrofóbico. Me encuentro demasiado cerca de Attis. Apenas unos centímetros nos separan. Él trata de desabrochar el cinturón por todos los medios, incapaz de hacerlo.
-Déjame intentarlo - pido.
No rechista, como pensé que haría. Sólo levanta las manos, para así facilitarme el acceso al resorte que lo mantiene atado. El cubículo es pequeño y me veo obligada a sentarme sobre sus piernas para poder llegar a la cinta. Ocasión que él no desperdicia, claro, para soltar uno de sus brillantes comentarios.
-¿Qué? ¿Cómoda?
Parece enfadado, aunque sospecho que, más que conmigo, lo está consigo mismo. No me extraña, menuda estupidez esta de querer emplear la cápsula. A ver, ¿a qué tipo de burro se le ocurre? Pues al ojiverde, por supuesto, no podía ser de otra manera.
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𝕄𝕒𝕥𝕥𝕖𝕣 𝕠𝕗 𝕥𝕚𝕞𝕖
AcakElie tiene una mente prodigiosa. Attis tiene una memoria inaudita. Elie tiene un don para tener hasta el más tonto despiste. Attis tiene un don para meterse en problemas. Elie no le teme a nada. Attis se ahoga en sus miedos. Son totalmente opuesto...