Capítulo 37.

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*Narra Vic*

Mike se había empeñado en que conociera su novia, y decía que así de paso me presentaba a un par de amigas. Yo le había insistido en que no hacía falta que me buscara ninguna “amiga”, pero él estaba seguro en que me sentiría mejor después de ver a un par de chicas guapas ligando conmigo. No lo rechacé porque hacía bastante que no pasaba un rato agradable con mi hermano.

Me llevó hasta un edificio que parecía abandonado, con unas ventanas muy grandes y muy altas. Cuando entramos, todo estaba decorado con la iluminación adecuada y como si fuera una habitación que te compras en el centro de Nueva York. Estaban fotografiando a una rubia en ropa interior cuando entramos, pero enseguida dieron un descanso.

La rubia aterrizó en los brazos de Mike. Cuando la dejó en el suelo, se giró hacia mí, como si se hubiera dado cuenta en ese momento de que estaba allí.

- Tú debes ser Vic- sonrió-. Mike me ha hablado mucho de ti. Soy Alysha.

- Todo malo, supongo.

Alysha soltó una risita. Era bastante simpática.

- Lo mismo digo de mí.

Mike puso los ojos en blanco. Avisaron a Alysha de que le quedaban dos minutos de descanso, así que se encargó de que una chica pelirroja y con muchas pecas. Ella también era muy simpática, y me miraba mucho, era fácil de hablar con ella y se reía mucho. Mike me dio un par de codazos, y la verdad es que era muy agradable estar con ella, así que la invité a un café. Me dijo que se llamaba Danielle.

- Mike comentó que hace poco cortaste con tu novia- dijo ella cuando estábamos sentados.

Levanté las cejas. Puto Mike y su bocaza.

- Sí, bueno, fue hace dos años, así que…

- Lo siento, no tendría que haber dicho nada- sacudió la cabeza.

Me sorprendí un poco cuando me di cuenta de que no me había molestado que no me preguntara. Y más me sorprendí cuando me encontré a mi mismo sonriendo y tranquilizándola con una mano.

- No importa. No es tu culpa. Es Mike el que tenía que haber cerrado la boca.

Esbozó una sonrisa tímida.

- ¿Puedo preguntar qué pasó?

Suspiré. Le expliqué un poco por encima mi historia con Anna, saltándome obviamente las partes de sus problemas mentales y de que había intentado por todos los medios volver con ella hasta hacía relativamente poco. Danielle me escuchó con atención y sin interrumpirme, lo cual agradecí sinceramente, porque me dejó soltarlo todo.

Cuando terminé, ella asintió pensativa.

- ¿Puedo darte mi opinión, Vic?

- Sí, claro.

- Si esa chica te dejó escapar – me apuntó con un dedo-, es su error. No sabía lo que tenía delante, y tú no te tienes que martirizar por eso.

Sonreí levemente. Nunca nadie me había dicho eso, o me había asegurado que no era mi culpa. Pero yo sabía que ambos la cagamos, y que eso era difícil de arreglar y de olvidar. Me hizo sentirme un poco mejor, aunque yo seguía teniendo el cargo de conciencia por lo que había hecho.

Estuvimos hablando un rato más de un montón de cosas, hasta que me dijo que tenía que volver al trabajo. Joder, era tan agradable estar con Danielle, y era muy guapa.

Cuando entré, le enseñé a Mike la servilleta con su número.

 - Vaya, hermanito- me palmeó la espalda-, aún no te has oxidado del todo.

Hasta que la muerte me encuentre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora