*Narra Anna*
Abracé a Austin todo lo fuerte que pude. Tampoco es que fuera muy alta, así que él me tuvo que alzar para poder llegarle al cuello. Entrelacé mis piernas en su cintura, así me sentía mucho más cómoda.
-¡Pensé que estabas en Londres!
Me separé un poco de él. Estábamos muy juntos. Últimamente me acercaba mucho a la cara de las personas, cuando yo había sido siempre de guardar las distancias. Me bajó con cuidado al notar la tensión que se me formó en todo el cuerpo.
-¿Por qué todo el mundo cree que estoy en Londres?
-”Es la última vez que me veis la cara, cabrones. Estaré tirándome a británicas y vosotros os hundiréis en la mierda”-intenté imitar su voz grave, lo que le produjo un risa tremenda.
-Sí- se rascó la nuca-, supongo que estaba borracho.
Le senté en el sofá y le hice que me lo contara todo. Al parecer se había casado. Estaba en una banda llamada Attack Attack!, pero no le iba muy bien. Tampoco le iba muy bien con su esposa.
-A veces actúa como si estuviera muy enamorada de mí, pero otras simplemente se aparta, y no me deja ni tocarla.
-¿Has considerado la posibilidad de un trastorno de personalidad?
Me miró muy sorprendido.
-Fui a varios psicólogos de Doncaster, les conté lo que me pasaba, pero me dijeron que ese no era el caso. Si Gielle fuera bipolar, ya me habría mandado a la mierda hace mucho.
Sólo pude hacer una mueca. No me gustaba la situación en la que estaba Austin. Él había pasado por mucho: la muerte de su madre, la depresión de su padre, y ahora esto. Austin no merecía aquello.
-Por lo menos no te has cortado el pelo.
Levantó un puño.
-¡Nadie tocará mi cabeza con unas tijeras jamás!
Yo no podía reírme más ante su reacción. Austin siempre era tan autoritario con su pelo... Recuerdo que una vez, antes de que se fuera a Londres, se encerró en el baño porque no quería que lo peinara.
-¿Y a ti?- abrí la boca, pero antes de empezar a explicar él avisó- He visto los cortes.
Llevaba una rebeca puesta. ¿Rayos X? Sabía ser muy persuasivo cuando quería.
-No te asustes, tienen dos meses. Pero ayer por la noche estuve a nada de tener un ataque de ansiedad y...
-¿Quién mierda te llevó a un concierto?
Esbocé una pequeña sonrisa, para luego poner los ojos en blanco.
-Bianca. Se empeñó en que la acompañara a Nueva York para el último concierto de Pierce The Veil.
Austin asintió lentamente. Al parecer, todo el mundo había oído hablar de aquella banda menos yo.
-Son buenos, ¿qué tiene Bianca que ver con ellos? Creí que no le gustaba ese tipo de música...
-Su novio es uno de los guitarristas. Ya sabes, éste con dilatas y flequillo.
-Tony Perry, sí.
-Pues el asunto está en que no quería ir sola. Lo comenté en mi trabajo para tener el día libre, y ellos dijeron que así mejor, vería a la “competencia”- hice comillas con los dedos.
-Te estás guardando algo- dijo con una sonrisa cómplice.
Maldita sea, este hombre me conocía demasiado bien.
-Está el cantante principal...
-¿Te has acostado con él?
-No- fruncí el ceño.
Austin levantó las manos al cielo, y luego me señaló a mí.
-¡La mayoría de la gente cuando va a Nueva York hace locuras! ¿No aprendiste nada de Cómo Conocí A Vuestra Madre?
-¿Se supone que tenía que volver con un sello de putón?
Lo meditó un momento.
-¿Lo dices por el polvo o por el tatuaje?
-¡AUSTIN ROBERT CARLILE!- le pegué muy fuerte en el hombro. Él se quejó un poco, pero no me dijo nada y me dejó explicarme-. No me acosté con él por una simple razón: no lo quiero cerca de mí.
-¿Sabes? A veces pienso que soy la única cosa con pene que permites que entre en tu espacio personal- volví a abrir la boca-. No, tu gato no cuenta, está capado. ¿Se puede saber qué tiene de malo Vic?
No sabía si contárselo o no. Algo que sí sé es que puedo confiar en él cuando YO tengo un problema personal. Pero el chisme ni si quiera era mío, y si Vic se entera de que le he contado a un extraño -porque no creo que se conozcan- sus problemas de depresión y autolesiones, puede que se enfade mucho conmigo. Y también cabe la posibilidad de que no me hable nunca más.
Al cuerno, éso era justamente lo que quería.
-Pasó por lo mismo que yo estoy pasando, Austin.
Se quedó un momento callado, asimilándolo. Por un milisegundo llegué a pensar que se estaba imaginando a Vic como una vez me encontró a mí: con las cuchillas en la mano, riendo y llorando a la vez cual psicópata, el brazo ensangrentado y completamente desnuda.
-Entiendo.
-¿En serio?- pregunté, algo incrédula por su reacción tan tranquila.
-La verdad es que no- ahí estaba el Austin que yo conocía-. Es decir, él ya no se corta, ni tiene depresión. ¿Por qué no le das una oportunidad? Éste chico puede ayudarte.
Ésta si es verdad que no la quería responder. Sabía que si le decía a Austin, todo se iba a ir a la mierda. Me regañaría, me diría que soy una estúpida por pensar eso. Pero es que no lo podía evitar. Ya me había pasado varias veces, y el daño ya estaba hecho.
-Porque si le doy una oportunidad, él se hundirá en la mierda conmigo. Y no quiero que eso le pase de nuevo.
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Bueeeeeno, otro capítulo más.
¿Qué os ha parecido? ¿Creéis que Anna está en lo correcto cuando no quiere a Vic cerca? ¿Y si Vic no piensa lo mismo? NYYYAAAAAAAA.
Ayer fue uno de los mejores días porque me trajeron mi camiseta de Pierce The Veil y ES HERMOSAAAAA *-----*
Lo mismo de siempre: si os ha gustado comentad y también me podéis dejar vuestra opinión en mi twitter, @repeatingapolox.
HASTA LA SEMANA QUE VIENE AMORES (si hay suerte y puedo subir) <3
ESTÁS LEYENDO
Hasta que la muerte me encuentre.
RandomAnna era "feliz" con sus demonios. Día a día luchaba contra ellos, perdiendo siempre la batalla. Hasta que un chico llamado Vic Fuentes aterrizó en su vida. ¿Se olvidará la muerte tan fácil de Anna?