Capítulo 4

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Capítulo 4

Macarena no podía creerlo, por varias razones. Él enamorado de ella...

Ma: yo...

Eu: esto es muy sencillo... Si sientes lo mismo que yo, me gustaría que empecemos una relación...

A Eugenio le pareció estar esperando horas por la respuesta de Macarena...

Lo que no sabía era que para ella, los asuntos amorosos eran muy serios, no se los podía tomar a la ligera después de haber perdido al único hombre que había amado...

Él se empezaba a poner nervioso e impaciente, cuando Macarena le acarició el rostro, mientras lo miraba a los ojos con una dulzura que en ninguna otra mujer había encontrado.

Ma: hace hasta unas semanas creí que como mujer estaba muerta... Que solo vivía para Paloma... Pero te cruzaste en mi camino...

Eu: digamos que nos cruzamos... (Recordando cómo se conocieron) Ambos nos cruzamos en la vida del otro...

Ma: déjame terminar...

Eu: sí, sí...

Ma: eres una persona maravillosa... Que me ha devuelto la ilusión en el amor entre un hombre y una mujer...

Eu: ¿lo dices en serio??

Ma: sí... Muy en serio...

Eu: ¿Es esto un sí...?

Ma: sí...

Eugenio pegó un grito grave, de felicidad y que desencadenó en una risa, abrazándola por la cintura.

Y luego se acercó a su boca, para besarla libremente, sin necesidad de robarle esos besos.

Macarena no sabía si había hecho bien aceptándolo, pero no se puso a pensar, sino a seguir lo que su corazón le decía.

>>>

Continuaron caminando, abrazados hasta que encontraron una banqueta.

Eu: qué afortunado fui al conocerte... Y ahora por tenerte... Así...

Ella estaba recostada en su brazo abierto,

Ma: fue una verdadera casualidad que nos conociéramos...

Eu: sí...

Y quizás de no haber sido así, Eugenio habría vuelto a la capital donde tenía todos sus asuntos de trabajo.

Ma: ¿Cuánto tiempo más estarás en el pueblo...?

Eu: no lo sé... Pero no me importará viajar a diario con tal de verte...

Ma: sé que Gabriel no se quedará toda la vida y el motivo por el que te mudaste momentáneamente fue él...

Eu: él... Y tú también... Me encanta estar tiempo con mi hijo, pero hace un tiempo comprendí que es un adulto que tiene derecho a volar...

Macarena no se lo quería decir, pero en ella estaba ese miedo de perderlo... De la forma que fuera... Porque ya había sufrido eso y no deseaba volver a pasar por una pérdida...

Eu: en un futuro cercano me encantaría que vinieras conmigo... A donde yo vaya...

Ma: ¿Qué me estás proponiendo...?

Eu: que nos mudemos juntos, que nos casemos... Lo que tú quieras...

Él tomó la mano que posaba en su pierna y entrelazó sus dedos con los de ella.

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