Capítulo 3

1.2K 98 32
                                    


Capítulo 3

Eugenio se acercó más a su cuerpo y abrió sus labios... Los rozó sobre los de ella y los instó a abrirlos también...

Y apenas lo hizo, él empezó a besárselos, incluso introdujo su lengua... Lamió de ellos, fue un beso como nunca antes había recibido. Cargado de deseo...

Macarena se sintió como lo más apetecible en lo que duró el asalto... Y todo su ser se despertó a sensaciones que creía muertas.

Él no había pensado en soltarla, es más, la estrechó contra su pecho. Pero al capturarle todo el aliento, ella tuvo que separarse, no tenía aire...

Ma: Eugenio...

Eu: lo siento... Perdóname... No por besarte, sino por no preguntártelo primero...

Ma: yo... Tú...

Eu: deseaba tanto besarte... Todavía lo deseo... Dime si tú también... ¿Te gustó que lo hiciera...?

Macarena se llevó los dedos a su boca, claro que le había gustado se dijo.

Eu: no tienes que responder...

Le había correspondido y eso decía más que un simple "sí".

Eu: ¿Vamos a ver el despacho...?

Ma: sí... Vamos...

Eu: comprenderás que no tengo buen gusto para la decoración... Mi hijo tampoco...

Ma: dime más o menos qué te gustaría, dame una idea...

Eu: me gustan los libros... Soy muy fiel a mi estilo... ¿qué se te ocurre a ti...?

Ma: un despacho de un abogado... Eso se me ocurre...

¿Habría notado que lo del despacho fue solo un pretexto para verla y pasar tiempo con ella??

Estuvieron toda la tarde de compras, escogiendo objetos que trasformaran el estudio en un lugar confortable y a la vez ameno para trabajar...

Varias veces Macarena sorprendió a Eugenio mirándola embelesado, quizás ignorando lo que ella le hablaba.

Ma: ¿me estás escuchando?

Eu: sí... Por supuesto...

Ma: parecía como que no...

¿Cómo decirle que contemplaba su belleza...? ¿Que disfrutaba tenerla cerca...?

El teléfono sonó y él contestó, pero antes...

Ma: te dejo para que hables a solas...

Eu: no es necesario...

Ma: Es mejor...

Y le sonrió, fue lo mejor para Eugenio.

Al terminar su llamada, que efectivamente era de trabajo, buscó a Macarena y la encontró en el estudio de Gabriel... Frente a los pinceles y las paletas...

Eu: ¿qué haces...?

Ma: perdón por entrar sin autorización... (Algo asustada)

Eu: no te preocupes... Mi hijo no va a molestarse por eso... Así que también te gusta la pintura y no me lo habías dicho...

Ma: cuando era joven me gustaba pintar...

Eu: lo dices como si fueras una anciana de 90 años...

Ma: pues no soy una jovencita...

Eu: yo menos, eh... Pero sería bueno que retomaras tus sueños...

>>>

A la hora de llevarla de vuelta a casa, y asegurándose que no había nadie observándola, la besó en la boca en lugar de la mejilla cuando se despidieron.

CRUZADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora