Capítulo 1

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-¡Quiero un boleto a Ámsterdam para dentro de dos días!

¿Estás segura? ¿Puedes decirme que paso? ¡Soy tu padre y me preocupo por ti!

Papá, soy adulta, solo me siento cansada eso es todo, ¡déjame en paz!

Alejandra tiene 27 años, es una reconocida psiquiatra y una amante de la literatura, debido a algunos  problemas decidió retirarse de vacaciones; al principio le daba miedo, es normal todos sentimos miedo de los nuevos comienzos, su certeza era que sería feliz aunque sea pasajero lo del chico que conoció durante el viaje. Y es que la vida está llena de causalidades, ¿todo pasa por una causa verdad?, el destino de ellos era encontrarse, todo por una llave cruzada de un hotel de 5 estrellas en Ámsterdam, lo que ella no esperaba era encontrar al chico que iba a poner su mundo de cabeza dentro de esa habitación.

A raíz de un cuadro de estrés, se fue para despejarse, siempre hace falta despejarse, pero lo que Alejandra no sabía era que ese viaje le iba a dar un giro a su vida.

Sus ojos, sus labios y todo de él le atraían con una fuerza que ella no entendía, cuando ingresó la llave en la puerta se topó con una situación muy peculiar, un hombre de unos 30 años estaba parado frente a ella con un toalla cubriendo sus partes íntimas y su torso descubierto todo cincelado parecía escultura, se miraron tratando de entender que pasaba en ese momento, su mirada se había convertido en su vicio más grande, sus sentimientos eran puros, más puros que el agua y tan grandes como el océano, el nombre de su amor era Johan. Esa sincronización que surgió era magnífica, imposible de entender, fueron segundos, pero parecía una eternidad, aunque no se puede tener todo en la vida, el momento acabó cuando, Gina, la ex novia de Johan quien no había podido superarlo, se fue hasta Ámsterdam a buscarlo.

Johan! ¿Qué haces? ¿Quién es esta chica? ¿Y porque está en tu habitación?

Alejandra desconcertada, de lo que sucedía salió de la habitación, sin explicar que había sido un error estar en la habitación de Johan, era obvio que ella no sabía de la existencia de Gina, y Johan no había reaccionado a tiempo para explicar lo que sucedía, y en realidad la que sobraba era Gina, y además no quería atraer personas del pasado a su futuro, un futuro que le parecía una felicidad única y jamás vivida, pero, que se le acababa de ir por la puerta, luego de correr a Gina decidió buscar a esa mujer y explicarle. Cada vez que pensaba en ella, sentía un calor que calentaba su frío corazón.
Alejandra se apresuró a llegar y entrando a su habitación tomo una ducha y trató de olvidar lo que había vivido unos instantes antes, luego de cambiarse de ropa decidió bajar a cenar algo, y ahí comenzó todo de nuevo cuando encontró a Johan esperándola en el vestíbulo del hotel, aunque no sabía porqué, Johan sentía la necesidad de explicarle lo que había sucedido con Gina.
¡Eres tú!, por favor déjame explicarte, no soy nada de esa chica, terminamos la relación hace 3   meses, pero no me deja en paz, por cierto soy Johan, ¿cuál es tu nombre?
¡Yo me llamo Alejandra!

Respondió en un tono titubeante.

Alejandra se llevó la sorpresa de su vida, porque no podía creer que se sintiera celosa por un chico al que a apenas si conoce, la química que surgió desde que sus miradas se cruzaron, fue más que suficiente para saber que seria su amor bonito, Johan insistió en aclarar lo ocurrido, ella disimulando que no pasaba nada le dijo que se reunieran en el restaurante del hotel a las 7: pm para continuar conversando con un tequila, luego de unas copas y de intercambiar números telefónicos decidieron frecuentarse el tiempo que estuvieran en Ámsterdam.

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