Capítulo 4

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Como todos los días, luego de la ronda, me fui a lo de Kara, la saludé de beso y como al descuido le dije.

- ¿Y supongo que estas preparada para la pintada de mañana, no te habrás olvidado, o te vas a echar para atrás?

- Ni me olvidé ni me voy a echar atrás, no pienso perder la oportunidad de aprender a pintar paredes - me contestó con ironía; eso me extraño para bien, poder matizar las intenciones de sus palabras de esa manera, era un detalle que demostraba que quizá estuviera mucho mejor de lo que creíamos.

Seguía digitalizando archivos, lo había usado como escusa y ahora tenía que demostrarle que no era esa mi intención; a veces la espiaba a través del espejo, y podía darme cuenta que como a escondidas, me observaba con una expresión curiosa; estuve un rato más, la saludé al irme haciéndole notar que al otro día iba a llegar más temprano, así teníamos tiempo de pintar el cuadro.

Realmente, no tendría que entrar a trabajar a la mañana, ya que mi guardia empezaba a las 8 de la noche, pero justamente elegí ese día, para tener todo el tiempo para dedicárselo a Kara.

Antes de irme, terminé de dejar todos los utensilios a mano, y conversar con Lana y Alex tratando de adivinar cómo reaccionaría ante esta experiencia. Aun sabiendo que de lo que pensábamos, la mayoría de las cosas era improbable que pasaran, y solo la realidad podía mostrarnos si lo que iba hacer daba resultado.

Al día siguiente, como no tenía que hacer la rutina, llegué temprano, Kara ya estaba arreglada como esperándome, le di mis correspondientes besitos.

- Y ¿ya estas preparada?

- Si tú lo estas por mí no hay problema - (ahora me jugaría una carta fuerte, si salía mal, trataría de arreglarlo de alguna manera, pero si salía bien era un avance bastante significativo) Kara nunca quería salir de adentro del edificio, y lo que yo pretendía era sacarla a pintar adonde estaba la fuente.

- Mira, el día está especial, que te parece si vamos hasta la fuente a pintarla.

Se quedó mirándome medio envarada.

- ¿Porque quieres que vaya afuera? - preguntó bastante nerviosa.

-Es que me parece que un día tan lindo como el de hoy, vale la pena aprovecharlo, de allí afuera se debe apreciar mejor, pero si no quieres..., vale..., o si quieres tu pinta aquí, y yo pinto desde la fuente, total es la misma cosa que vamos a pintar.

- Pero la perspectiva es diferente - me dijo.

-Creo que es mejor desde allí - le contesté; empezó a apretar los puños con un gesto de angustia que me asustó, a ver si por apurada perdía todo.

-Kari, no te preocupes si no quieres salir no salimos y ya.

-Es que tengo miedo - me dijo casi llorando.

La abracé con pena, lo que menos quería era angustiarla, pero la angustié, y ahora a como pudiese, me tocaba remediarlo.

- Kara, no importa, nos quedamos aquí, pero afuera no te iba a pasar nada malo, yo no iba a dejar que te pasara nada malo, solamente quería que respiraras el aire puro, que vieras que hermoso es el prado en un día así sin una ventana por medio, pero si no quieres, no hay problema, pintamos desde aquí y listo.

- ¿Pero tu querías salir?

-Sí, y quería que tu salieras, que disfrutaras la mañana, pero otra vez será.

- ¿De verdad que si salimos, no vas a dejar que me pase nada, tú me cuidas?

-Claro que te voy a cuidar, te prometo que no te va a pasar nada.

La Crisis (SUPERCORP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora