Capítulo 6

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Estaba molida, no era fatiga corporal, era simplemente el estrés que me producía conducir con el piso nevado; si nada más tuviera alguien que me diera unos buenos masajes, realmente sería bueno; ¿Pero y porqué no tengo a nadie? Oportunidades no me faltan, nada más Jack, el amigo del novio de Sam, es apuesto, amable, educado, y lo suficiente tolerante, para no mandarme a la mierda por hacerme la estrecha, no sé, tímida no soy, pero se ve que no cuajo con nadie, hice mis primeros pinitos al empezar la universidad con mi primer novio, y a pesar que no la pase mal, enseguida me di cuenta que lo mío, no era controlar a nadie, ni que nadie me controlara, y ese fue el tiempo que duro mi noviazgo.

De ahí en más tuve algunos escarceos, pero cuando me dio la gana, nunca ilusioné a nadie, ni me ilusioné con nadie, por lo que tampoco tuve que recibir reproches. Ahora ya hacía tiempo que al sexo ni caso; entre el entusiasmo de poder ejercer mi profesión, y porque no, el desafío en que me metió mi padrino con Kara, tenía mis neuronas súper ocupadas, como para que ahora me vinieran con el rollo de que podía tener algo especial con Ella.

Tenía que admitir, que le tenía un aprecio particular, pero es que me lo decían como si a todos ellos no les hubiera pasado lo mismo.

Kara se hacía querer sin tratar y aun sin darse cuenta, su carita de niña y el drama que acarreaba, era suficiente para ganarse el cariño de cualquiera, su soledad, su total desapego al mundo, provocaba la necesidad de ofrecerle la ternura que nunca tuvo.

Y pensando en la soledad, me imaginé que debía estar sola y aburrida, así que la llame.

- Hola ¿Cómo te va?, si no te llamo yo, tu nada ¿no te aburriste?

- Hola, no te llamé porque pensé que ibas a estar conduciendo. Y que no, no me aburrí; te dije que quería terminar el cuadro que estaba pintando y ya está, lo terminé, no sé si te va a gustar, pero igual este no te lo regalo.

- ¿Será que por fin pintaste algo bonito?

-Pues más bonito que esto no creo que haya, pero tú veras.

Seguimos hablando hasta que le trajeron la comida, ahí nos saludamos, y hasta el otro día.

El lunes al llegar escondí el roscón; si lo pillaran, no iba a durar hasta el desayuno.

Llego la hora de la cafetería, y ahí nos juntamos las cuatro, después de contarnos por arriba, todas las intrascendencias, mientras comían el roscón, les largué de que Kara había desbloqueado el móvil, y comenté lo que había hecho y también que me dijo que no habló con nadie, ni tenía a nadie con quien hablar.

- Joder-dijo Lana- sacárselo ahora sería un golpe muy grande para ella, sobre todo si estuvo conversando contigo.

- Sería demostrarle una falta de confianza muy grande, y ahora que está progresando como está- comentó Alex.

- No podéis sacárselo, imaginaos que podría pensar de Lena, toda la confianza depositada en ella se iría a la mierda, no tenía necesidad de contarlo aquí, después de todo, solo lo hizo por la preocupación de que no le pasara nada malo - aseveró Cat

Quedamos de acuerdo que lo mejor era dejárselo, aparte que pudiera estar comunicada con nosotros, era una tranquilidad.

Me lleve el pedazo de roscón que había sobrado y fui a encontrarme con ella, y saber en directo como lo había pasado.

Nada más entrar, me saludó con euforia, me abrazó y me dio los dos besos acostumbrados, yo disfrutaba el cariño que me demostraba, tan diferente a unas semanas atrás.

- Por fin llegaste, te extrañé mucho, espero la hayas pasado bien.

- Sí, siempre la paso bien con mis padres, sobre todo si puedo hablar con una muy buena amiga, que sabe desbloquear teléfonos.

La Crisis (SUPERCORP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora