Capítulo 9

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Por favor Lena, llévame a casa, tengo mucho miedo, no voy a poder dormir. - Me decía mientras se agarraba los brazos tratando de protegerse de ¿Quién sabía qué?

La atraje hacía mi tratando de calmarla.

- A ver, cuéntame lo que sientes. Mira el hospital no es tu casa, si quieres salir vas a tener que acostumbrarte a dormir en otro sitio ¿Por qué te da miedo estar aquí? Esta casa es segura.

- Si ya se...pero allí la puerta se cierra con cerrojo, afuera está todo enrejado, mira la cantidad de guardias que hay, y yo me siento protegida.

- Kara esos guardias están ahí para que nadie salga y no para que no entren, ¿Y conmigo no te sientes protegida?

- Contigo si, pero tú no estás conmigo, y yo...yo que se..., cualquier loco puede venir y tu ni te enteras, yo sé que te estoy incómodando mucho, pero es que me hace mucho daño, sé que no vas a quererme sacar más, pero es que no aguanto.

- A ver, dime una cosa, si yo duermo contigo, ¿También vas a tener miedo?

- Si estás tú, no me da miedo nada, pero tampoco quiero molestarte si no quieres dormir conmigo no tienes por qué hacerlo.

- No seas boba, sabes que me gusta dormir a tu lado, pero me pareció que querrías disfrutar de una cama grande para ti sola sin que nadie te molestara.

- A mí la cama grande no me importa, a mí me importa que tú también estés en ella.

- Bueno, entonces no pasa nada, yo voy contigo y listo, y eso que no quiera sacarte más es una tontería. Cada vez que pueda si quieres, vas a salir conmigo, así que ¡Vamos a dormir! que yo tampoco podía dormir pensando en tí, que casi voy yo a tu cama.

Una sonrisa grande se le dibujo entre las lágrimas, se las sequé con los dedos y nos acostamos juntitas, le bese los ojos para borrar su angustia y parece que dio resultado porque apoyo su cabeza en mi hombro y se quedó dormida. Yo estuve un rato pensando que me había apurado, le estaba exigiendo más de lo que podía asimilar por ser su primera salida, trataría de andar más pausadamente y darle tiempo para que pueda ordenar todas las novedades, aunque pareció que las tomaba muy bien, mejor de lo que pensábamos, y pensando en eso me dormí.

A la mañana, me desperté y ella ya lo había hecho, me estaba mirando con una sonrisita.

- ¿No me vas hacer como el otro día no?

- No que va, ya me acostumbré a ver lo linda que eres cuando estás dormida, te ves tan tierna.

- Anda, anda, tierna ni que fuera una chuleta ¿Cómo dormiste?

. - Bien, ¿me vas a perdonar por haberte molestado ayer? pero de verdad, sola me sentía mal.

. - No te preocupes que no hay nada que perdonar, te dije que yo tampoco podía dormir, y que casi te gano de mano, y venía para aquí, si no lo hice es que no quería despertarte; y ahora a levantarse, date una ducha mientras preparo el desayuno, vamos.

Se levantó y se dirigió al baño, yo me fui a la cocina preparé más o menos lo que ella estaba acostumbrada, cuando terminé, fui a la habitación estaba en ropa interior, había elegido unas bragas y un sujetador que no eran de los mejores, pero a ella le quedaban divino.

- Te agarre esta ropa, mientras se seca la mía que acabo de lavarla ¿No te molesta verdad?

- No, está bien, mira en mi armario que te vas a poner, elige una falda o un vestido, lo que mejor te quede y que te guste, mientras me voy a bañar.

Me contestó que en todo caso esperaba que yo saliera, que igual podía andar con el pantalón que había traído.

- No mejor espera que yo salga y te ayudo a elegir.

La Crisis (SUPERCORP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora