Ese comentario me dejo con los nervios a tope, comí algo, y luego estuve arreglando lo que llevaría a casa de mis padres. Salí a eso de las cuatro, pasé por un comercio que vende unos turrones de alicante que son especiales, compré algunos y mazapán, y me fui para el trabajo.
Al llegar, ya estaban avisados, no tenía por qué hacer nada, pero nobleza obliga, "si quieres andar bien con la gente, muéstrales ganas de ayudar" así que me puse a trabajar a la par.
Pregunte por Kara, y me dijeron que estaba muy alterada, eso podía ser peligroso; por dentro me estaba insultando, con miedo de haber tirado a la mierda, todo lo bueno que habíamos logrado en casi todo un año.
Esperé, hasta pasadas las once de la noche, a esa hora segura que estaba acostada; entré en la habitación, estaba mirando a la pared en posición fetal, un frio me corrió por la espalda, sentí la angustia de que fuera tarde.
Cuando el subconsciente opta por aislarse del entorno, se define como expresión corporal la de encerrarse en el feto, el sitio donde se siente más protegido, a salvo de las injerencias externas.
Me acerqué despacio, ella sabía que alguien estaba en la habitación; no se si se imaginaba que era yo, la sacudí tenuemente para no sobresaltarla.
- Kari, cariño, ¿Me podías dejar un sitio que tengo mucho sueño?
Sentí como tensó el cuerpo, aspiró y retuvo el aire cómo si no quisiera soltarlo más.
- Vida, por favor, dame sitio que hace días que no puedo dormir bien.
Se dio vuelta para mirarme, me dio ganas de matarme, ver esos ojitos llorosos, esa expresión de desesperanza tan grande y todo por mi estupidez, por no atreverme a admitir lo que a esta altura ya era inegable.
- Kara, perdóname, no quise hacerte daño.
- ¿De verdad eres tú? ¿No eres una alucinación, no eres un sueño?
Le besé la mejilla, y fui corriendo mis labios hacia su cuello, cuando llegué a su oreja se la mordí lo suficiente fuerte para que lo notara.
- ¿Y eso por qué? - Preguntó sorprendida mientras se arrodillaba en la cama.
- Los sueños y las alucinaciones no muerden.
Una sonrisa se abrió paso entre sus lágrimas, y me abrazó con fuerza.
- Lena, por favor nunca más vuelvas a hacerme esto, yo tampoco pude dormir, tenía miedo, me sentía al borde de un pozo, el mismo pozo donde tanto tiempo estuve, y me llamaba, y tú..., tú no venías y cada vez tenía más ganas de dejarme ir, no dejes que me lleve, ¡No! otra vez volver allí ¡No!
- No tengas más miedo Kara, no voy a dejar que te lleve; ¿Sabés lo que vamos hacer? entre las dos vamos a tapar ese pozo para que nunca más te llame, y de verdad, perdóname... es que a veces, una no sabe qué hacer..., y hace justo lo que no debe.
- No importa, estas de vuelta y todo vuelve a estar bien - soltó un suspiro- tengo tanto sueño, quizá ahora pueda dormir.
- Claro que puedes, estoy a tu lado y se acabaron los pozos, vamos duerme.
Nos recostamos y la atraje sobre mi pecho, se dejó acariciar y de a poco se fue quedando dormida.
Tenerla así, me provocaba un estado de excitación sublime. No de índole sexual. ¡No! era otra cosa; era cómo si dentro mío estuviera sintiendo su tristeza; su alegría después que me vio; la ternura que me transmitía esa sonrisa que asomaba en sus labios mientras dormía, cómo diciéndome que ahora por fin estaba todo bien.
Y extasiándome mirando esa sonrisa, me quedé dormida.
Me despertó la alarma a las siete, me levante presurosa, a las ocho entraba en el trabajo, pero es que ya estaba allí, había dormido tan bien que ni cuenta me daba que no tenía que ir a ninguna parte, ya había llegado.
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La Crisis (SUPERCORP)
FanfictionComo la vida puede renacer en las circunstancias más difíciles La vida de Kara Danvers se DESTRUYE siendo muy pequeña y al ser internada en un hospital privado Neuropsiquiatrico se busca la posibilidad de salir de la oscuridad en la que se encuentr...