Capítulo 21: Fuerte impacto

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Era un caos. Encontrarla de inmediato entre el cúmulo de gentío iba a serme un trabajo arduo en visto que los cuerpos a mi periferia iban y venían de un sitio a otro. De mesas acopladas de derecha a izquierda de donde se llevaría a cabo la excepcional ceremonia de los señores Boonz (en el jardín), tomaban una variedad ilimitada de canapés hermosamente instalados en charolas elípticas de acero inoxidable las cuales a su vez, se lucían con increíbles arreglos florales. Fuentes de Ponche y Chocolate hacían igualmente acto de presencia yendo de la mano con todo aquello. Una hilera de pétalos blancos seguía camino cinco centímetros al ras de las mesas hasta llegar al toldo montado en el lugar, y, lo impresionante y bello como un sobresaliente, era que de la parte superior caían doseles sujetos por la mitad con cintas asalmonadas, dándole de modo, un estilo atractivo al acontecimiento. Por tanto, por muy sencillo que fuese el evento, vieses por donde vieses, la vista alcanzaba percibir el lujo, por más etéreo que fuera (o qué más bien, trato mi estimada que fuera). Amelia me había comentado que ya tenía todo listo desde meses antes, que solo esperaba a que llegara este día para dar forma y vida a su idea preconcebida, pero nunca imaginé que fuera tan... autentica. La verdad es que no.

Mientras me abría paso entre la afluencia en un intento por atisbar a Giselle descubrí una sorpresa tremenda: Canapés de Blue Cheese y Nuez. Verlos me sumergía al pasado, donde los postres y exquisitos platillos mimaron mi niñez. Recuerdo que una vez ayudé a mi papá en la preparación de suculentos bocadillos. Fue una experiencia inolvidable ya que jamás olvidaré la guerra desatada en la cocina; donde las bolitas que elaboré con Pan blanco, trocitos de nueces y embarradas de mantequilla por la cara y el mandil de mi padre, fueron puntos importantes que marcaron mi vida como algo bello. Daba gracias de que, a pesar del gran trabajo que tenía mi padre -como administrador de sus negocios (restaurantes)- tuviera tiempo para convivir conmigo: su única hija. Evocar esa dulce parte de mi línea del tiempo provocó que repentinamente, mi rostro bosquejara una sonrisa. Una de gusto y felicidad. ¿Pero qué demonios?, me regañé al instante. <<Se supone que estás buscando a Giselle, así que ¡concéntrate, Christine! ¡Concéntrate!>> No es que fuera malo zambullirse en los gratos momentos que alguna vez ocuparon espacio en mi vida, pero dada las circunstancias era un placer del que no podía permitirme. No ahora.

Cuando esquivé la masa turbulenta de gente de la que me hallaba presa, continué mi marcha. El corazón me palpitaba más de lo usual de no saber cómo terminaría este día: sí de un modo admirable o quizá... memorable. Aunque no precisamente de buena causa, sino más bien por todo lo contrario, por las múltiples situaciones que podrían desarrollarse. Rogaba a Dios porque un cataclismo no se desanudara en el ambiente. Ojalá y no. Quería creer eso. Con mi juicio concentrado en mis cavilaciones que en la realidad, casi cometía el estropicio de colisionar contra una mesa en la cual degustaciones de galletas, chocolates, muffins, Kupcakes en colores vivos y llameantes y brochetas de frutas frescas y apetecibles se establecían con la mera intensión de descollar en el jardín altamente inmaculado. Por suerte, logré darme cuenta de la desgracia que me aguardaba con brazos abiertos antes de llegar inocentemente a ella.

Uff, rehuí justo a tiempo del embarazo bochornoso que, gentilmente y con una sonrisa de perfidia, me daba una mano.

-¡Christine!

El corazón me dio un vuelco.

-Hola, Amelia.

Tracé una forzada sonrisa.

-Por poco pensé que no llegabas, amiga -me sonrió anchamente-. Ya estaba pensando en las diversas formas de baquetearte.

Hice una mueca.

-Lo siento -dije, en tanto ladeaba la cabeza intentando ubicar a Giselle. ¿Cómo puede ser posible perderla en un lugar como este? Tampoco es que el vergel trasero de Amelia estuviese pequeño pero no era gigante, eso era notorio.

Contigo Hasta La Muerte (Completo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora