Capítulo 2: Enigma

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Los años pasaron desde que uní mi vida en matrimonio junto a ese hombre que tanto amaba, aquel que entre sus brazos me hacía sentir mujer. Para ser exacta, fueron dos años desde aquel entonces, dos años en los que también pasé a ser historia, ya que en el disco duro de la ciudad yo había dejado de poseer importancia... desvaneciéndome en el olvido... un olvido que poco me importaba en realidad.

Robert y yo nunca tuvimos hijos porque pensábamos que éramos muy jóvenes para llegar a ese punto, y más allá de pensarlo, lo éramos. Casarnos a muy temprana edad no era algo de lo que podía decir estar arrepentida. En realidad no lo estuve en su momento y tampoco lo estoy ahora. Era cierto que tanto a mí como a él nos gustaría tener una familia, la cual nos uniera a un más, pero tenerlos ahora... no... no era el momento.

Siempre se comportó como un caballero conmigo, mostrándome que ese amor que decía sentir por mí era verdad.

Nunca dudé que Robert me quisiera, sin embargo, había algo de él que me hacía pensar que ocultaba algo sombrío, su comportamiento tan raro y misterioso en ocasiones me lo decía, aun así quería hacerme la idea de que yo era la que imaginaba cosas absurdas. Mi marido jamás me ocultaría nada, no lo creo capaz, pero bueno, es mejor no seguir con este tema.

Un sábado por la tarde mientras Robert se encontraba en su trabajo, yo salí a divertirme con mis amigas al Centro Comercial Burlington Arcade sobre Sackville St Avenue. Desde hace ya, lo que podía considerarse mucho tiempo, no compartía con ellas nuestro espacio de chicas. Amelia, al igual que yo, era una mujer casada, una de sus diferencias es que ella era un año mayor y tenía un hijo de dos años de nombre Bryan. Además de que era una mujer de piel clara, cabellera natural rubia medio ondulada y ojos verde esmeralda que nada que ver tenía con los míos, de pigmentación miel, añadiendo con ello que mi piel de tono melocotón, no era de un suave transparente como la suya, ni siquiera se acercaba a ello. Mi cabello de tono caramelo se distinguía aún más de la de ella.

Su vida era muy alegre, su esposo era un hombre que la amaba y además, tenía un buen empleo; trabajaba como maestro de español en una escuela preparatoria la cual se llamaba "Radiant Sun", ganando así lo suficiente como para poder sostener a su familia adecuada y cómodamente.

Juliet por otro lado era soltera, de complexión delgada, piel acaramelada, pelo castaño claro y ojos color pardo. Trabajaba como vendedora en una joyería muy conocida de la región, la cual llevaba por nombre "Raffie Jewerlers", ubicada frente a Howard Avenue. Su vida era como un carnaval, siempre hacía de pequeñas cosas grandes momentos, la tristeza la convertía en trizas y a los problemas les buscaba soluciones sacándoles una sonrisa de por medio.

Le gustaba mucho el baile y la cantada, aunque debo confesar que lo del canto era un talento escondido que solo aparecía por indefinidas temporadas, algo momentáneo. Comprometerse no era lo suyo, no le parecía la idea andar por la vida atada a una relación, más bien para ella lo fugaz era lo apasionante, repetidas veces lo decía.

Mientras recorríamos las tiendas del centro comercial con las mejores prendas de vestir para dama, cada momento se hacía inolvidable y divertido con Juliet a nuestro lado. Ella era una mujer muy divertida y de ojo alegre, nos enseñaba de modo discreto a Amelia y a mí los chicos que encontraba en su camino y le gustaban o simplemente le parecían interesantes o capturaban su atención.

Decía que si quería podría conseguir que cualquiera de ellos la invitara a salir sin el menor esfuerzo, que obtener sus números era pan comido, y la verdad es que lo que ella se proponía, lo conseguía. Su belleza era tremenda que era irresistible que los hombres no voltearan a mirarla al menos.

—¡De veras que eres tremenda Juliet! Traes a los hombres babeando —dijo Amelia, mientras caminaba con sus bolsas de compra en mano al tiempo que las ondas de su cabello revoloteaban en el aire como pelotas de goma.

Contigo Hasta La Muerte (Completo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora