Prólogo

1.5K 95 199
                                    


Advertencia: Contenido altamente toxico, y subido de tono, con escenas que pueden afectar su sensibilidad.

Emma miraba hacia la ventana de aquel tren, mientras veía el paisaje cambiar una y otra vez, ¿hacía donde se dirigía?, ella no lo sabía, solo quería huir lejos.

"¿Por qué?, ¿por qué todo se volvió tan complicado?", pensaba ella mientras agarraba el celular con la mano y empezaba a teclear un mensaje.

—Es tu culpa, tú me abandonaste primero— Comentó ella mientras tiraba el celular por la ventana.

Ya no volvería, haría su vida de otra manera y ella sería libre.

En ese instante observó como una mariposa violeta pasaba volando, fue muy rápido, pero aquello le trajo recuerdos.

"Ray, por favor", pidió la chica mientras arrastraba al pelinegro.

"Emma... esto es una locura", él estaba aterrado, "¿por qué no se lo pides a Norman?", pero ella no quería pedírselo a Norman.

"No seas ridículo, si su padre se entera que se hizo un tatuaje lo desheredan", comentó ella frunciendo el ceño.

"¿Acaso a mi no me van a matar?, sabes que mi madre es el doble de exigente", El chico refutó, pero ella negó. "y si tu padre se entera, también te van a dar regaño del año", comentó él mirándole con pesar.

"No se van a enterar, es solo un tatuaje pequeño", comentó ella arrastrándolo para entrar al establecimiento, Emma le señaló al par de mariposas violetas en la pared donde se exhibían los tatuajes.

"¿En donde planeas hacerlo?, preguntó él contrariado, cuando Emma le señalo el hombro, Ray suspiró, "bueno, si son tan pequeñas y en ese lugar, seguro no se darán de cuenta", él acepto por fin, haciéndola sonreír.

Emma salió de su ensoñación, mientras descubría la manga de su camisa, efectivamente, nadie se dio de cuenta, o eso pensaba, aquel tatuaje se lo hizo cuando tenía 17 años, y era una manera disimulada de dar un mensaje, se hizo un tatuaje de pareja con Ray a esa edad, y el muy idiota ni cuenta se dio de su significado.

Emma soltó un suspiró, ya eso no importaba en verdad, lo olvidaría, enterraría esos ridículos sentimientos de una vez.

Quizás fue porque nunca fue clara, o simplemente porque fue muy cobarde como para confesarle esos sentimientos que guardaba en su pecho, no quería arruinar su amistad, y por eso no dijo nada, pero las señales siempre eran claras, o quizás no.

¿Por qué tenía que crecer?, la vida era más fácil cuando era una niña y jugaba a las atrapadas con sus dos mejores amigos, esa vida debió de perdurar para siempre, pero no... todo cambio cuando creció. Cuando le salieron pechos, ya no los dejaban bañarse juntos, cuando le llegó la menstruación, ni siquiera podía volver a hacer pijamadas, y a medida que cumplía años, más y más obligaciones la agobiaban, la libertad que tenía de cuando era niña le fue arrebatada, tuvo que tomar lesiones de modales y comportamiento para no "avergonzar" a su familia; además de empezar a estudiar para tomar el cargo familiar, y a ella para nada le gustaba la idea.

Todo era culpa de que era hija única de una familia prestigiosa.

Todo ese agobio y ese estrés, solo podía desahogarse con una persona, y ese era Ray, porque si intentaba hablar con el "señor perfecto" de Norman, él no lo iba a entender, a diferencia de ella, Norman se adecuo perfectamente a esa vida.

En cambio, Ray, aunque siempre estudiaba bastante, él tenía la libertad total de escoger la dirección de su vida, su madre confiaba en él, y ella admiraba un poco esa libertad y esa confianza, quizás por eso paso más tiempo con Ray que con Norman en la adolescencia e inevitablemente se enamoró de Ray.

Mariposas contra el vientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora