Norman miraba aquel lugar con tristeza, mientras seguía tocando la cama con finas sabanas de seda, paso sus dedos por allí, mientras anhelaba sus fantasías rotas de nuevo, lo había pensado tan delicadamente, tan detalladamente... estaba tan confiado en que aquella niña era suya, que se cegó a otras posibilidades. ¿cómo pudo haber cometido tal error?, ¿cómo pudo haber sido tan ciego?
—Ray... ¿cómo te atreviste? — Norman mordió su labio con rabia, mientras comenzaba a tirar las cosas de aquella habitación —¡Traidor!, ¡maldito traidor!, ¿cómo te atreviste a tocar lo que me pertenecía? — él seguía destrozando todo, de todas maneras, la pequeña mariposa por la cual había preparado esa habitación se había logrado finalmente escapar.
Emma daño sus planes, todos y absolutamente todos, había planeado tanto ese momento, y de nuevo se había escapado. Norman soltó un suspiró profundo, mientras veía las cadenas en la pared.
—Sabia que tendría que haberte encadenado cuando tuve la oportunidad — Norman las toco con delicadeza, mientras visualizaba la imagen de aquella chica dueña de sus fantasías con cadenas en el cuello y sus tobillos — Pero de nuevo se entrometió Ray — él rio levemente, mientras temblaba de la ira — Eres preciosa para mí, Emma... por eso, debí de haberte encerrado en mi jaula, lejos de los celosos ojos que siempre te codiciaron — él comenzó a caminar, mientras cerraba la reja y acariciaba otra vez los barrotes.
Había preparado esa habitación secreta, para el momento exacto en que Emma volviera junto a él, buscando a la niña. Emma se le había escapado ya una vez, no volvería a cometer el mismo error, pero jamás tuvo la oportunidad de acercársele lo suficiente para reclamar lo que le pertenecía. Y ahora su mundo se estaba derrumbando, la persona que creyó que era su mejor amigo, ya no lo era más, quien creyó que era su más grande amor, ya no lo era más; el gran empresario y fortuna que había acumulado, pendían de un hilo.
—Ni creas que me quedaré de brazos cruzados, te haré pagar por cada una de estas humillaciones, a ti y a Ray— Le habló a la nada, mientras caminaba lejos de la habitación en su sótano, la jaula de oro que había construido para que aquella mariposa no volviera a escapársele jamás — Y lo haré con lo que más aman... no me importa el tiempo que tomé, me vengaré... — Declaró finalmente, mientras alzaba su mentón, no se dejaría vencer por nadie.
Por eso, él era el genio Norman Minerva, nadie era mejor estratega que él.
Ray y Emma se arrepentirían de toda la humillación por lo que lo hicieron pasar, costará lo que costará.
Sol se despidió de su abuela paterna, aquella señora prometió que la iría a visitar a su casa, además de que le traería muchos libros, tantos que llenaría una biblioteca, estaba realmente emocionada por eso, ya que se podía imaginar su futura y enorme biblioteca, un lugar donde ella podría leer con total paz y tranquilidad. Todas esas ilusiones iban en aumento mientras viajaban de nuevo hacía su casa. El viaje en auto fue algo largo, pero a ella ya no se le hizo eterno ya que iba conversando con su madre y con Ray, mientras empezaba a hablar con ilusión sobre las nuevas historias que leería y de todas las cosas que quería aprender. La charla entre los tres fue realmente entretenida, así que se sorprendió cuando finalmente llegaron.
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Mariposas contra el viento
RomantikCrecer no era fácil, especialmente para Emma Ratri, su dulce infancia se fue con las obligaciones y cargas pesadas que sus padres le imponían por sus grandes expectativas con ella. Lastimosamente en su adolescencia se vio envuelta en un extraño tri...