Solo amigos

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Los días siguieron pasando para el pelinegro, donde logró adaptarse bien a su nueva residencia, mentiría si decía que quería irse de allí. Por primera vez en mucho tiempo se sentía como en casa y eso era algo que anhelaba bastante desde hace tiempo. Pero aún así, sentía que su casa era un poco solitaria por las noches, era curioso que ahora le molestará un poco.

Pero como había predicho, en algún momento tendría que ir a alguna reunión, así que ya tenía empacado su pequeña maleta para ir a la reunión a primera hora de la mañana, pero pensaba volver ese mismo día sin demora porque le gustaba estar allí.

El viaje en avión no era tan incómodo, una vez que llegó a la oficina se reunió con los asesores e inversionistas para hablar sobre el próximo proyecto que tendría, todo salió bastante bien y logró terminar esa reunión obligatoria temprano.

—¡Ray! — Susan lo abrazó una vez que terminaron la reunión — Te extrañe tanto — Ray le devolvió el abrazo con cariño.

—Pero si hemos hablado todos los días por teléfono — él rio un poco al verla enojada.

—¡No es lo mismo! — Ella se quejó — Al menos aprovechemos y salgamos hoy, ¿si? — Pregunto su amiga mirándole a los ojitos.

—No, tengo programado el vuelo para volver hoy — Susan se quedó algo consternada.

—¿Qué?, ¿no te vas a quedar ni un solo día? — Ella realmente no sabía como reaccionar a eso.

—Si, me gustaría volver a mi casa cuanto antes — le habló con seriedad.

—Eso es injusto... —Susan bajo un poco la cabeza — No te he visto en semanas, y ya te quieres ir, al menos quédate por hoy — Susan lo presionó, pero Ray negó levemente.

—Lo siento, quedé en salir con alguien el domingo, así que tengo que ir a alistarlo todo — Comentó el sonriéndole.

—¿Ya estás saliendo con alguien? — Susan le miró con mucha preocupación.

—No, solo salgó con mis vecinos, nos llevamos bien — Ray mintió.

Él le había prometido a Sol que la llevaría al zoológico el domingo como compensación por no haberla ido visitar esa semana por el trabajo acumulado que tenía, la niña había estado tan emocionada cuando le habló de que quería ver a una jirafa, inevitablemente recordó a Emma en su niñez, que siempre decía que quería montar una jirafa cuando creciera. Aunque obviamente, su hija era más racionable y no tenía ideas tan locas, se conformaba con solo verlas.

Susan le miraba con reproche, mientras fruncía el ceño, pero ella decidió rendirse.

—Iré un día de estos, y espero que salgamos — Ray rio un poco.

—Claro, te invitaré a cenar — Y con eso logró hacer que Susan se contentará.

Ambos siguieron hablando por un rato más, cuando Ray se despidió de Susan para ir a almorzar, y cuando la perdió de vista sintió como alguien lo tomó del brazo arrastrándolo hacían un baño. Al principio se asustó, pero al ver a la chica que lo arrastró se sorprendió de verla allí, ella le sonreía con malicia.

—Hola Ray~ — Ella le habló con voz seductora, Ray le devolvió la sonrisa.

—Ayshe, ¿qué estás haciendo aquí? — Ray le devolvió la sonrisa mientras miraba esos ojos azules brillar.

—Solo pasaba por aquí por negocios y quise venir a verte —Ella le sonrió aún más mientras pasaba sus manos por detrás del cuello, atrayéndolo hacia ella — Quería saber como estabas — E inmediatamente pegó sus labios a los del chico mientras él correspondía su beso.

Mariposas contra el vientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora