"Tomaban sus manos, dispuestas a morir juntas."
Capítulo l: Los ojos a distancia
El sonido de la soledad reinaba el pequeño cuarto logrando un zumbido, era algo parecido a un campo de concentración sin soldado alguno. Los rayos de luz de luna entraban por las ventanas y ella refugiada en una de las cuatro esquinas con una vela iluminando, tomaba el regalo que su mayor le había otorgado.
Era un libro pesado y ancho entre sus manos, de pasta dura con cobertura marrón, leía las últimas páginas con encanto, intentado escapar de la cruel realidad en la que vivía.
Amaba el bello mundo que había detrás de la tinta, y aunque sabia que era ficticio, le hacía sentir una extraña satisfacción al leer el significado de la verdadera libertad y es decir, en dónde ella vivía no existía tal cosa y es por lo mismo que se unió a la legión de reconocimiento.
Entre más tiempo pasaba con sus fieles personajes literarios se hundía más en la misteriosa trama, hasta que en el papel tocaron un tema, el cual ella olvidó realizar por completo.
T/n Bennett suspiro mientras cerraba su libro con pesadez y se paraba del suelo de madera, tenía que ir a cenar y odiaba hacerlo cuando su mente estaba en otra parte pero, si no lo hacía no dejarían comida.
Abrió la puerta del dormitorio cuál rechinante era, saliendo a los pasillos que, desde esa posición se podia apreciar la gran entrada al comedor; no tenía que caminar mucho ya que relativamente estaba cerca.
(...)
Cómo era de esperarse, no había mucha gente porque era tarde y en efecto, la comida escasea.
Bennet se sentó en una de las mesas de al fondo, cuyo ángulo da a la vista a la de los capitanes, en especial a la de su mayor y hasta se dice que, por la única cosa que va al comedor, es para verla; al parecer nadie se dió cuenta de su presencia y gracias a eso podía observar todo el panorama.
No sé sabe si lo hace a propósito pero siempre se sienta en el mismo rincón, mientras come la poca avena que sobra, con ese diminuto brillo peculiar en los ojos, discretamente observaba a aquella mujer llamada Hange Zoe, que no tardo en realizar que alguien la veía y dejo de hablar con sus compañeros para buscar al culpable.
Recorrió todo el lugar hasta que su par de ojos se posicionaron en alguien especial.
Las dos al encontrarse, se miraban sutilmente sin apartar la mirada, Bennett intentaba descubrir el porque de sus manos sudorosas, su corazón latiente y el sentir cálido proveniente de la mirada tan acogedora de Hange, quien no tardo en dibujar una enorme sonrisa al reconocerla y saludo agitando su mano a la vez, hacia unos cuantos ademanes cuales no fueron descifrados por Bennett, así que solo imitó su acción algo confundida y siguió con lo suyo, intentando disimular su interés por la castaña.
(...)
Cómo aquel día no tenía nada que hacer y aún era temprano para dormir, decidió ir a su lugar favorito de todos, y no, no era su cuarto, está vez era la biblioteca que hace poco había descubierto, a la que nadie iba y era una lastima que se perdieran de tal lugar lleno de conocimientos.
Al estar ahí veía fascinada todos los libros mal acomodados y polvosos en las grandes repisas, pero hubo algo que causó cierto desconcierto en su mente: las velan estaban prendidas.

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main | hange zoe. [corrigiendo]
FanfictionSu mundo era la tinta y el papel, hasta que la conoció. ©cassiesallow