Capítulo 1: El día que te conocí.

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Era un día soleado, caminaba sin rumbo por las calles de mi ciudad, era un día muy aburrido esperaba toparme con algo interesante en mi recorrido pero lo que encontré me dejo perplejo, era una chica de estatura media, piel blanca y unos ojos y cabello azules como el agua, aquella chica yacía en el rincón de un callejón al lado de un contenedor de basura, tenía la mirada perdida con una expresión de tristeza en su rostro, además parecía que estaba al borde del desmayo pues parecía no haber comido nada, sin pensármelo dos veces decidí acercarme para ayudarla y preguntarle qué era lo que le pasaba.

(T/N): Hola mi nombre es (T/N), parece que necesitas ayuda así que déjame ofrecerte mi ayuda ¿te parece bien?

(¿?): ...

Aquella chica no tenía reacción alguna a lo que le decía, parecía como si algo la hubiera afectado psicológicamente, algo me decía que era mejor no involucrarme, pero tampoco quería dejar esta chica a su suerte, así que me arriesgue a tomar su mano para tratar de levantarla, pero en el momento que tome su mano hubo reacción por parte de la chica, giro su cabeza y comenzó a mirarme fijamente a los ojos y comenzó a hablar de manera muy suave, apenas y se podía escuchar su voz.

(¿?): ¿Q-Qué... es lo que quieres?

(T/N): Te ves muy mal y quiero ayudarte.

(¿?): Déjame aquí... no merezco tu ayuda ni la de nadie, solo te causare problemas, lo mejor para alguien como yo es morir en un lugar como este.

(T/N): Lo siento, pero no puedo abandonar a una persona que necesita ayuda y que además es muy linda, así que por favor déjame ayudarte.

Después de esas palabras aquellos ojos azules comenzaron a brillar como el agua de mar en pleno verano, sus ojos recuperaron su brillo y de ellos salieron lagrimas que parecían el agua de la lluvia.

(¿?): ¿Puedes prometerme una cosa?

(T/N): Claro, puedes pedir lo que sea, prometo que no te fallare.

(¿?): Promete que no me abandonaras, prométeme que puedo confiar en ti, si tú me lo prometes yo te prometo no causarte tantos problemas y te ofrezco mi lealtad, así que por favor ¡prométemelo!

(T/N): jejeje, vaya creí que pedirías algo muy difícil, pero si solo se trata de eso pues... prometo ser tu amigo, no te abandonare, estaré ahí cuando me necesites, te ayudare en todo momento y te prometo no aún mejor... te juro que puedes confiar en mí, así que dame tu mano y déjame ayudarte.

Aquella chica con lágrimas en los ojos tomo la mano de (T/N) y trato de levantarse sin éxito, no había comido nada en tres días, por lo cual apenas tenía energía para mantenerse consciente, (T/N) se percató de esto, le puso su chaqueta y decidido cargarla encima de su espalda hasta su departamento. Después de varios minutos llegaron al departamento de (T/N).

(T/N): Esta es mi casa, puedes venir aquí cuando tú quieras.

(¿?): Es muy linda y bastante grande, ¿vives solo?

La voz de la chica peliazul tenía más fuerza y alegría, su estado de ánimo estaba mejorando.

(T/N): si, vivo yo solo, por ahora voy a preparar la comida mientras tomas un baño ¿te parece bien?

(¿?): Gracias por permitirme usar tu baño, el único problema es que no tengo ropa limpia.

(T/N): Si te parece bien te puedo prestar unos pants y una playera.

(¿?): Gracias, te agradezco todo lo que estas asiendo por mí, de verdad creo que no merezco tu ayuda.

(T/N): No te preocupes además los amigos se ayudan ¿no es así?

El amor de una Diosa (Aqua x T/N)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora