Si solo fuera Hope -Hosie 1

Libro 1 Capítulo 12

A los tres malditos días la castaña ya no podía soportar que Hope no le dirigiera la mirada, ni siquiera unas simples palabras que salieran de lo estrictamente necesario; el buenos días y las buenas noches. Algo dentro de ella terminaba por romperse cuando estas acciones hacían que una enorme brecha se abriera entre ambas, separándolas como si estuvieran en extremos opuestos del gigantesco mundo y no en la misma habitación.

Había cometido un grave error y no sabía cómo enmendarlo, ni siquiera sabía cómo enfrentar aquello consigo misma. El insomnio había atacado todas sus noches, la ansiedad la mantenía caminando por la soledad de su habitación en busca de explicaciones que no sabía cómo otorgar.

Había besado a Hope y pese a que no se arrepentía, ni un miserable segundo de su maldita existencia, sabía que la chica pelirroja no se sentía cómoda con aquello; por algo la estaba evitando a toda costa, ¿no?. Había atrapado la boca de Hope con la suya, por fin animándose a ello, y no dudaría ni medio minuto en volverlo a hacer por segunda vez si tuviera la mínima oportunidad.

Se había sentido tan bien aquella llama que había puesto a arder su cuerpo entero en cuestión de segundos, esa combustión lenta que Hope había provocado al colocar sus manos en su espalda baja para atraerla a su cuerpo con un pequeño golpe seco de sus caderas. Le costaba siquiera respirar con el simple hecho de recordar la calidez de sus bocas, el suave tacto bajo sus manos y la velocidad a la que su corazón había latido. Estaba muy segura de que jamás había sentido tanta adrenalina, ni siquiera cuando horas antes su vida había pendido de un hilo.

Josette era todo menos una persona egoísta y si bien aquel beso la había hecho sentir más viva que nunca, jamás lo habría dado si hubiese sabido que habría puesto a Hope de esta forma tan fría y distante. Podría estar muriéndose por hacerlo, sus labios sedientos de aquella atención que creía que solo la pelirroja podía darle, que aun así jamás robaría de Hope aquello si tan solo hubiera sabido la posición en la que terminaría poniéndolas de forma tan dolorosa.

Para ser sincera ni siquiera entiende cómo tuvo el coraje necesario para dicha acción en primer lugar; le otorgaba respuesta a ello diciendo que Hope terminaba por despertar su lado más loco, más salvaje y arriesgado. Era como si todos los días la joven le hiciera inconscientemente probarse, ver de lo que era y no era capaz.

- Josette ni siquiera haces el esfuerzo de fingir que estás escuchándome -Su hermana protestó con algo de razón, parándose de forma dominante frente a la castaña- ¿Qué diablos está pasando por tu cabeza? -

Elizabeth Saltzman no paraba de parlotear a su lado y por más de que amara a su hermana, Josette deseaba que esta cerrara la boca y la dejara sola por lo que quedaba del día; lo que lastimosamente era mucho.

Su mente estaba agotada, le había dado mil vueltas al mismo asunto desde hacía ya tres días y varias horas.

- Elizabeth por favor, hoy no -Se frotó la frente con cansancio, acudiendo a sus reservas de paciencia antes de que tuviera que expulsar a su gemela del sitio.

Mierda, estas ya estaban agotadas también.

- ¿No entiendo a quién le contarás tus problemas si no es a mí? -El tono bajo en el que lo dijo, o la mirada lastimosa que acompañó a aquello, demostraba que la joven princesa estaba algo dolida; dolida de que Josette siempre estuviera lista para ella pero cuando a esta le surgía un problema ni siquiera consideraba a su gemela como ayuda, por lo menos no realmente como a la rubia le gustaría- Quiero cooperar contigo para apartar aquello que en aprietos te pone pero para ello debes confiar en mí, algo que muy poco haces estos días -

Josette no tenía tiempo para lidiar con este pequeño problema de confianza entre ambas, por lo menos no hoy cuando tenía cosas más grandes que enfrentar. Más tarde, cuando su cabeza no estuviera dando tantas vueltas, se encargaría de reparar esta pequeña fisura en la relación con su hermana.