VI

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—Hinata, te convoqué aquí porque he decidido que serás la nueva jefa. Es decir, tomarás el lugar de mi hijo— al escuchar esas palabras me sentí feliz por el gran ascenso y triste por no saber qué está pasando con Naruto.

—Muchas gracias, señor Namikaze, no lo defraudaré— sin más decir salí de su oficina.

No tomé coraje para preguntarle sobre Naruto, no me atendía las llamadas y siempre le dejaba un correo pero no hallaba respuesta.

6 años después...

Su café.

—Gracias Tenten, ¿tengo alguna cita hoy?

—No, señorita Hyūga. He pasado la cita de hoy para mañana por el cumpleaños de su novio.

—Dije que me llames Hinata. Eres mi heroína, muchas gracias— sonreí.

Tenten es mi secretaria, más que éso es una amiga, hemos estado juntas desde que el señor Namikaze me ascendió y nunca nos separamos.

—Escúchame— cerró la puerta— he escuchado un rumor y sé que lo conoces así que siento de contarte.

—¿Qué pasa?

—Naruto vuelve— se sentó y me miró preocupada.

—¿Na-Naruto?— la sorpresa me inundó.

—Si, lo siento. Sé lo que pasó entre ustedes y que él jamás se despidió o te contó dónde iba.

—Tranquila, Tenten. Eso es el pasado, ahora estoy saliendo con Kiba y él me hace feliz totalmente.— tomé su mano para que sepa que estaba bien, pero en el fondo me hacía muchas preguntas ¿Por qué no me dijo nada? ¿Será que no le importó lo que pasó entre nosotros? Me di cuenta de que lo nuestro no era sólo sexo, en realidad me había enamorado de él.

De pronto se empezaron a escuchar tacones corriendo, secretarias dirigiéndose a la entrada, ¿Qué estará pasando?

—Iré a ver y te diré.— Tenten salió de mi oficina.

¿Será él? ¿Será la persona que me hizo feliz? ¿Quien me dejó sin explicaciones? ¿A quien nunca pude decirle lo que sentía? O... Lo que sigo sintiendo.

Mi mirada estaba triste, no sabía que pensar y la tormenta de emociones me hacían daño. Mi amiga entró al despacho lo más rápido que pudo y cerró la puerta.

—Hinata... Es él.

No pude evitarlo, sentí el impulso de llorar, mis ojos de tornaron vidriosos. No había vuelta atrás, ¿Cómo podría verlo si cuando siento su nombre mi corazón se rompe?

—Hinata, no tienes que salir. Será mejor que te...— el teléfono la interrumpió— Con la oficina de la señorita Hyūga, ¿Si?... Oh... Entiendo, le diré.— estaba pálida.

—¿Qué ocurre?

—El jefe te llama, quiere una reunión contigo.

—¿Por eso te pones así?

—Hinata, Naruto estará ahí.

—Entiendo— seque mis lágrimas— Tranquila, le mostraré que logré muchas cosas y que no me afectó su partida.

—Entonces no tengo de qué preocuparme— sonrió.

—Bien, me iré. Te contaré todo cuando regrese.

Salí de la oficina. Mis piernas temblaban, pero traté de sentirme tranquila. El sonido de los tacones retumbaban por el largo pasillo hacia la oficina de mi jefe.

—Señorita Hyūga, el señor Namikaze la está esperando, por favor pase.— abrió la puerta para que entre.

Cada paso hacia esa habitación hacía que mi corazón se arregle y vuelva a romper, por fin vería a Naruto después de años pero no podía olvidar la forma en la que se fué.

Estaba ahí, sentado. Podía ver su fuerte espalda, su cabello rubio.

—Con permiso señor Namikaze— saludé.

—Oh, señorita Hyūga. Es un placer tenerla aquí. Tome asiento.— señaló una silla sonriendo.

Naruto giró su cabeza para mirarme, de pronto su gran sonrisa desapareció. No sabía por qué.

—Bien, los he llamado porque me voy a jubilar, y como ya saben mi hijo ocupará mi lugar en la empresa. Tú Hinata serás la vice presidenta de la misma. He quedado muy conforme con tu responsabilidad y gracias a ti en los últimos 4 años tenemos un 90% de ingresantes capacitados, también donamos dinero y atención gratis a orfanatos gracias a tu proyecto. Medical Ninjutsu está dentro del top 3 de los mejores hospitales de Nueva York, ocupa el primer lugar.

—¿No sólo tomó mi puesto, sino que a parte de encargarse del ámbito jurídico también lo hizo en el término médico?

Exactamente, ella estudió medicina y aportó mucho a la compañía.

—¿Tienes dos doctorados?

—S-si, estudié medicina también. No tuve la oportunidad de contarte.

—Eso es genial.

—Bien, eso es todo. Pueden retirarse. Hinata, tú empiezas hoy con el nuevo puesto que te di, mientras que Naruto comienza el Lunes. Se pueden retirar.

El rubio y yo salimos al mismo tiempo, no sabía si hablar con él o no.

—Tienes un buen puesto, Hinata.— dijo sin mirarme.

—Lo sé, me esforcé mucho para estar acorde a las expectativas del señor Namikaze.

—Ya veo. ¿Qué has hecho sin contar tu trabajo?

—Nada que importe realmente.

—¿No tienes una vida afuera?

—Me enamoré de alguien pero no se lo pude decir, lo superé y ahora tengo novio, y amigas, salimos los fines de semana. Eso es a lo que me refiero cuando no es algo que importe.— lo miré fijo.

—Vaya... ¿Y estás enamorada de tu novio? porque no mencionaste eso— me miró a los ojos.

—S-si, si estoy enamorada de él— no podía con la presión de su mirada, la persona de la que me enamoré está frente a mí. Kiba es un buen chico, lo quiero un montón, más no me siento como lo hacía con Naruto— tengo trabajo que hacer, si me disculpas, Naruto.— giré para irme a mi oficina, cuando sentí que mi brazo se atoró, era él.

—Hinata, ¿Quieres tomar un café mañana?

Di que no, di que no—Si—¡Mierda!

—Bien, a la hora del descanso paso por tu oficina— siguió su camino.

Quizás mañana me cuente qué es lo que pasó y por qué se fue de ése modo.

Deséeme El ÉxtasisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora