Deséeme El Éxtasis

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Hinata

—Amiga, tienes que ver ésto— Tenten entró a mi oficina lo más rápido que pudo.

—¿Qué pasó?— su mirada parecía asombrada, tenía un periódico en la mano.

—Mira ésto— tiró el diario a mi escritorio.

La portada decía Naruto Namikaze, el dueño del prestigioso hospital Medical Ninjutsu tiene un romance.

—¿Qué es ésto?

—Sigue leyendo.

Al parecer se lo ha visto innumerables veces con una mujer que aparentemente es su empleada [...]

¿¡Qué demonios!? El periódico tiene una foto de nosotros dos en el parque, al parecer la tomaron ayer.

—Debo hablar con Naruto de inmediato— tomé el periódico y me dirigí a su oficina.—¿El señor Namikaze se encuentra?— le pregunté a su secretario.

—Si señorita, puede pasar.

—Gracias— entré a su oficina lo más rápido que pude, lo ví firmando y organizando documentos.

—¿Qué pasa bebé?— rió mientras golpeaba unos papeles sobre la mesa para que se ordenaran— Te ves algo nerviosa, pasa.

—Tengo una noticia, no sé si te gustará— me acerqué hacía su escritorio y le dejé el diario en él.

—¿Qué es ésto?— lo tomó y lo leyó, su expresión facial cambio a una indescifrable.—No sé que decir a ésto.

—No, la verdad yo tampoco.

—...

—¿Estás molesto?

—Tengo que trabajar, Hinata, tú también. Después hablamos sobre eso.

—Está bien.

Horas después...

Naruto me encontró como siempre en el elevador, ambos esperábamos llegar al primer piso para ir a casa. Él estaba serio, sin ninguna expresión y tampoco me habló en todo el camino desde que subimos al auto.

—¿Me vas a hablar por fin?— le cuestioné mientras él ponía la llave del auto en el llavero.

—¿De qué?— colgó su abrigo.

—Del periódico, desde que te dije lo que había pasado me tratas diferente.— me senté sobre el sofá.

—Estás diciendo cualquier cosa, Hinata— se dirigió a la habitación.— iré a la cama, necesito descansar.

¿Qué le pasaba? Quizás en verdad está cansado y sólo es mi imaginación, quizás si lo invito a hacer algo se le pase luego.

Esperé que despertara mientras terminaba de leer un libro. Naruto pasó por enfrente sin ni siquiera mirarme a los ojos, de pronto empezó a actuar tan indiferente.

—Naruto— lo llamé, pero no encontré respuesta. Lo seguí para intentar hablar con él.

—¿No me vas a hablar?— me detuve detrás suyo, se dió media vuelta y me miró.

—¿Qué?— su voz resonó por la habitación.

—¿Por qué me evitas?

—Si te evitara créeme que no estaría parado frente a tí.

—¿Entonces por qué actúas así desde que te mostré la portada de aquel periódico?

—Es tu imaginación, ahora déjame descansar, ¿si?— quiso alejarse pero lo tomé de la mano— ¿Qué quieres?

—¿Te da vergüenza que te vean conmigo?

—¿Por qué?

—Es una pregunta, es más que obvio que tu no quieres que te vean con una empleada común y corriente.

—Mira, Hinata, yo no soy un tipo irracional, si me diera vergüenza estar contigo no hubiese aceptado salir ni mucho menos llevarte a lugares concurridos.

—Tienes razón, pero ¿por qué el cambio de tu actitud?

—¿Cambio de actitud?¿A qué te refieres?

—Entré a tu oficina y me recibiste con una sonrisa, como me tratabas últimamente, pero después de que leíste eso eres muy diferente, tu expresión cambió desde aquel momento.

—Hinata, somos amigos, ¿No? Es algo insignificante, no estamos dentro de una relación para sufrir por amor cuando no lo hay. No fué un buen día.— alzó la voz.

—¿Amor? si no sintiera amor no estaría aquí, tampoco estaría intentando hablar y aclarar las cosas contigo cuando se tu nivel de orgullo.— mis pensamientos salieron a la luz, sentía vergüenza después de lo que dije.

—¿Sientes amor?— rió.

—Eres un idiota.— salí lo más rápido posible de su presencia, mis ojos ardían, sabía que las lágrimas estaban a la puerta, me sentía una tonta por esperar algo que definitivamente no iba a pasar.

—Hinata— corrió detrás mío.— lo siento, fue cruel.

—¿Cruel?—estallé— siempre lo fuiste, Naruto.

—¿Qué?

—Lo que escuchaste. Primero me tratas bien, compartimos muchas cosas juntos, me acompañas, eres alguien en quien confiar ¿pero luego? Desapareces, te vas, me matas con tu indiferencia, me evitas, haces como si no existiera, vuelves a mi casa vez que necesito apoyo emocional y luego haces lo mismo, ¿Por qué? ¿Por qué eres así? sinceramente pensé que pudiste sentir algo por mi, me avergüenza eso porque es todo lo contrario, sólo sientes lástima.—tomé una pausa y antes de que él hablara seguí exponiendo todo lo que sentía— Cuando te fuiste la primera vez quedé confundida, ¿recuerdas cuando volviste? Te dije que me había enamorado de alguien, eras tú, me enamoré de tí y nunca me contaste sobre tu viaje, no volví a saber más nada de tí por 6 putos años ¿Alguna vez pensaste como me podría haber sentido? Al parecer no. Y así pasaron muchas cosas, el accidente de Kiba, cuando me enfermé, cuando él me dejó, estuviste ahí, te agradezco, pero prácticamente vivía alimentando el amor que te tengo imaginándome que algún día llegaría a ser real; lamentablemente me equivoqué, sólo es lástima, nada más que lástima.— tomé mi bolso y salí de su casa, no podía creer lo que le había dicho, las lágrimas caían por mis mejillas. Decidí pasar la noche en casa.

No podía creer lo idiota que había sido por creer que él llegaría a sentir algo por mí.
Llegué a mi casa, estaba fría, oscura y un poco polvorienta. Mañana no iría a trabajar, no tenía que hacer nada más ya que adelante mucho trayendo trabajo a casa.

Iba a tener tiempo para pensar mejor las cosas, quizás ya era tiempo de superar este amor de verdad.

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Cortito, pero he estado un poco ocupada con la universidad, gracias por leer 💜