VIII

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-¡Hinata! Despertaste- escuché su voz, ¿Naruto? Pero ¿Qué pasó? Mi visión seguía borrosa hasta que pude enfocar su cara, su mirada parecía preocupada, como si estuviera asustado. Le temblaba la voz.

-¿Q-qué? ¿Qué hago tirada en la vereda?

-Lo siento, cuando salí ví por el espejo retrovisor que alguien te golpeó y se llevó tu bolso. Vine lo más rápido que pude y llame a la policía.

-¿M-mi bolso? ¡No! Tengo mis documentos, mi dinero, la foto de mis padres, mi celular...- rompí en llanto.

-Tranquila, ¿Si? Me quedaré esta noche contigo- me abrazó.

¿Se quedará aquí? ¿La historia ocurrirá nuevamente? Claro que no será lo mismo, yo tengo pareja.

-Esta bien- nos paramos los dos y nos dirigimos a mi departamento- Estoy mareada, muy.

-Es producto del golpe, pero te revisé así que no te preocupes- lo había olvidado, cuando nos conocimos me dijo que estaba estudiando medicina.

-¿Te recibiste como médico?- nos detuvimos.

-Si, hace dos años, es por eso que mi padre me llamó- al escuchar eso pensé si podría ser la razón por la que se fué.-¿Entonces por eso...?

-¿Por eso qué?

-No nada, olvídalo. Llévame a mi habitación por favor.

-Claro, yo me quedaré aquí, si necesitas algo llámame.- ayudó a que me pudiera recostar, me tapó con las sábanas y se fue al living- Dormiré en el sofá, ¿Si? Descansa Hinata.

Dormí tranquila sabiendo que él estaría para mí, pero no podía dejar de pensar la razón por la que se fué, si, parece raro, pasaron años pero... ¿Por qué nunca me contó la razón?
Cuidó de mí, atrapé una fuerte gripe porque me mojé el día anterior, estuvo tres días en mi casa hasta que una mañana desperté y ya no estaba allí.

Dos semanas después...

Naruto ya era mi jefe definitivamente, el señor Minato terminó por jubilarse.

Quisiera decir que todo transcurría normal pero él se distanció de mi nuevamente, ¿Por qué hace eso?

Mi celular sonó.

-¿Hola?- contesté suavemente.

-Hola Hinata, necesito hablar contigo.

-Kiba, ¿Que pasó?

-No es apropiado decirlo por teléfono, iremos a cenar esta noche cuando salgas del trabajo y ahí hablaremos.

Se notaba frío, sinceramente él también parecía raro, en los tres años que llevamos juntos nunca se ha mostrado indiferente conmigo. En el almuerzo no me habla, y cada vez que le intento sacar una conversación sintetiza la respuesta o hace una mueca.

-E-está bien, te quiero, Kiba.

Me cortó...

Tenten entró a mi oficina hablando. No la escuché, de pronto tiró los 7 informes en mi escritorio y estos hicieron un estruendo.

-¿Y ésto?- dije volviendo en sí.

-Los tienes que leer y aprobar el que te parezca. Los que apruebes van a la oficina del jefe quien decidirá qué hacer. Eso es todo.

-Interesante.- miré la cantidad de páginas de cada uno; literalmente tenían 100 páginas.

-Tienes trabajo para rato. Escúchame ¿Pasa algo?

Deséeme El ÉxtasisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora