Capítulo 3

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Llegada la tarde, Candy disfrutaba mostrándole orgullosa los grandes cambios que se habían realizado en el hogar, y por qué allí todos la seguían considerando "La jefe", mantenía su gran habilidad para enlazar el manzano, hasta  había superado su récord nunca antes igualado de trepar el Padre Árbol en menos de tres minutos.

Terry reía complacido, su pecosa no había cambiado en lo absoluto. Aunque ahora era una hermosa mujer mantenía su alma de niña.

–– ¡Tú también eras muy bueno trepando! Te reto a subir al Padre árbol, nadie puede vencerme ¿sabes? ni siquiera un engreído mal educado como tú –– le dijo Candy guiñándole un ojo.

–– Eso es una provocación pecosa y por lo tanto es un reto aceptado, solo sujétate bien, no quiero ser el causante de que nuevamente caigas y esta vez sí salgas lastimada. ¿Y cuál será el premio al ganador? –– Preguntó Terry.

–– Creo que dejamos alguna vez inconclusa una apuesta, hace muchos años, cuando aun estábamos en el colegio ¿recuerdas?  y esta vez no quiero empates.

–– Está bien. Si yo gano tú serás mi esclava por una semana, y si tus ganas yo seré tu esclavo por el mismo periodo de tiempo, ¡es una palabra de caballero ingles!

–– Es muy tentadora la apuesta. ¡Acepto! –– dijo con entusiasmo Candy –– el que alcance primero la copa más alta será el vencedor.

Candy realizaba unos ejercicios de calentamiento verdaderamente graciosos, causando una carcajada sonora en Terry –– jajaja, no puedo creer que tengas que hacer semejante calentamiento monita pecosa. No sé si quieres realmente fortalecerte o matarme de la impresión.

–– Basta, no seas un mal educado conmigo nuevamente. ¡Y prepárate que esto no será un juego!... ¡En sus marcas... listos... YA!!! –– gritó Candy, dando inicio la rápida escalada al árbol.

Terry quedó realmente sorprendido al ver como Candy de un solo brinco y con rápidos movimientos avanzaba dejándolo atrás.

–– No me vencerás tan fácilmente monita traviesa –– Terry le decía ahora si realmente preocupado, tratando de acortar la ventaja que ella llevaba, no quería quedar en un entero ridículo. Estuvo a punto de hacerle la guerra, pero Candy realmente era muy rápida y él ya había perdido la costumbre de trepar árboles. Si bien lo seguía haciendo muy bien, no tenía aquella rapidez que acostumbraba tener de adolescente.

–– TE VENCIII!!! Gritaba Candy a viva voz y realmente feliz encaramada en la última rama del árbol.

¡¡¡Si, me venciste Pecosa tramposa!!! Respiraba entrecortadamente Terry sonriendo también y mirándola de manera pícara.

–– ¿Tramposa yoooo? –– Preguntó sorprendida Candy.

–– Claro Tarzán pecosa, como voy a poder concentrarme si trepas llevando esos atuendos –– decía Terry muy divertido.

–– ¡¿Terry me miraste?! –– Candy preguntó angustiada y con las mejillas encendidas.

–– JAJAJA, reía Terry. –– No te aflijas pecosa, es una broma. Además, conmigo no tienes por qué avergonzarte –– la abrazó trayéndola a su cuerpo y besándole los labios.

 Además, conmigo no tienes por qué avergonzarte –– la abrazó trayéndola a su cuerpo y besándole los labios

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Candy Candy El Reencuentro (Candy y Terry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora