Capítulo 9: Punto débil

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Al ver Furuta que ella no respondía a su simple propuesta, él simplemente suspiró.

—Piénsalo un poco, te doy 26 horas—Furuta sonrió sin nada más que decir, se retiro.

Rize se quedo muda y asustada con la última visita de su medio hermano. Ella al acostarse en su cama se le quedo viendo al techo pensando en lo escalofriante que era enredarse con Nimura, solo pensar que su padre podría ser atrapado...

—No, no puede capturarlo—Ella tapo su rostro con ambas manos temblando, por todos los pensamientos de que pasaba si no cooperaba con su medio hermano, intentando que las lagrimas de frustración no le ganaran.

Si le decía algo a Kaneki, ella sería torturada, su padre capturado y Kaneki...

"Si quieres que te de tu libertad sin alguna atadura puedo dártela, pero tengo un precio...que asesines a Haise Sasaki".

Ella abrió los ojos sorprendida, para tapar su boca como si contuviera un jadeo de espanto...quería su libertad, pero no quería asesinar a Kaneki...no quería que lo lastimaran.

"¿Por qué me siento así por él?"

No durmió el resto de la noche, pensando en todas las situaciones para salir de la soga al cuello que le había puesto Nimura con el mechón de pelo de su padre.

¿Y si aceptaba el trato de Nimura?

¿Y si intentaba fingir su muerte de nuevo y escaparse cuando recogieran su cuerpo?

¿Y simplemente retrasaba su respuesta a Nimura, jugando al gato y al ratón con él?

¿Y si intentaba quitarse el aparato ella misma con una gran descarga de su kagune para intentar manifestar su arma biológica?

Cuando el cansancio intentaba reclamarla ella abría de nuevo los ojos, no quería dormir, como si temiera que una pesadilla fuera a poseerla al cerrar los ojos.

Dieron las cinco de la mañana, los guardias hicieron cambio de turno.

—Rize—Esa era la voz de Kaneki llamándola.

Ella volteó la vista aun acostada, sentía que veía borroso, pero podía ver la silueta de Kaneki a contraluz con la luz de la prisión, además reconocía su olor.

"¿Y si Nimura deja de ver a Kaneki conmigo?, quizás así él se calmaría con sus amenazas." Pensó Rize al ver a Kaneki, conocía lo suficiente a su hermano, era muy enfermizo por los celos, solo actuaba así cuando sentía que alguien más llamaba su atención...

Rize sin decir una palabra se paró de la cama para sentarse frente al cegador negro.

—Hola Kaneki—dijo con tono cansado, estaba tan agotada que no se le ocurrió fingir que estaba bien.

Él pareció notar su estado de humor—.¿Te sientes bien?

—Si—Aunque la mente de la ghoul gritaba "No".

—¿Segura? Te vez agotada.

—¿Así?, el prisionero 1221 estuvo gritando y golpeando su cabeza contra mi pared toda la noche.

—Rize, el prisionero 1221 lleva muerto desde hace una semana—El cegador se cruzó de brazos viéndola con sospecha.

"Mierda" Maldijo Rize en su mente—.¿A si? ¡Oh! entonces creo que hay fantasmas en este manicomio.

—¿Paso algo antes de que yo llegara?

—No.

El cegador negro suspiró como si pudiera ver todas sus mentiras escritas en su uniforme de prisionera, le deslizo una bolsa con su sangre para que se alimentara. Ella tomo la bolsa, quito el tapón y bebió de un tragó el contenido, sorprendiendo al cegador negro porque estaba bebiendo demasiado rápido, la sangre era espesa, podría atragantarse, unos ligeros hilos de sangre corrían por las comisuras de la boca de Rize.

La teoría del caosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora