La teoría del caos

Capítulo 2: El nuevo factor de la ecuación

La teoría del caos explica que el resultado de algo depende de las distintas variables y consta que es imposible de predecir.

El agente Haise Sasaki quien era conocido como el "cegador negro" estaba caminado solo entre los pasillos del CCG luego de una reunión exhaustiva para determinar ciertos asuntos que habían sucedido luego de haber peleado con "El búho" quien Kaneki sabía que la escritora Takatsuki Sen, ya había recuperado sus recuerdos como Kaneki Ken y había puesto a dormir a Haise Sasaki, se sentía exhausto, pero investigaba a fondo las instalaciones de kokuria, para un nuevo plan suicida que involucraba la liberación de su hermana de cariño Hinami, solo tenía que esperar la oportunidad adecuada.

Mientras pasaba por la salida para dirigirse a kokuria, recibía mensajes de su estudiante Saiko Yonebashi para preguntarle por su hora de salida para que no se saltara la cena, él solo le contesto de manera fría que no sabía y llegaría tarde a casa, era cierto que ya no pasaba tanto tiempo en su "hogar" con los Quinx desde que murió su otro estudiante Shirazu Ginshi junto con su ascenso de trabajo, pero ya estaba a planeando cometer traición contra el CCG y no quería que sus "estudiantes" salieran involucrados en sus planes.

Estaba en las instalaciones de kokuria, para estudiar más los sistemas de salidas de emergencias y drenaje para planear una ruta de escape para su amiga/hermana de cariño Hinami Fueguchi, iba a ser su último acto de buena voluntad para morir como un héroe como él quería ser como su amigo Hide, sabiendo que su verdugo sería su maestro y padre adoptivo Arima Kishuo, pero tenía que esperar un poco mas, cuando llego a la prisión uso la excusa de entrevistar a alguno de los presos para un caso relacionado con el aogiri, el que era el guardia de turno menciono "Hay una nueva prisionera en la celda 1220 llego ayer en la madrugada, ella esta relacionada con un convicto del aogiri".

Sin mas ingreso al piso donde esta la "prisionera 1220" tomando el ascensor, le habían dicho que no tenían el archivo de la nueva prisionera, que alguien más se lo había llevado, pero realmente no le importaba, solo se fijaba de nuevo en las instalaciones su atención se dirigía entre los pasillos, atajos y posibles salidas de emergencia.

—Celda 1218, celda 1219. —Decía en voz baja caminando buscando la celda 1220, no iba a tardar mucho en entrevistar con la convicta. —Celda 1220...

Se detuvo frente al cristal de la celda, el interior de las celdas no se podía ver del fondo de los cuartos donde tenían encerrados a los ghouls, solo los primeros metros cerca del cristal para poder hablar con ellos, por la oscuridad parcial visualizo una figura femenina acomodarse el camisón largo tipo hospital que le habían proporcionado, al parecer le habían apenas traído el uniforme de los prisioneros de kokuría (que era igual tanto para hombres como mujeres), mostrando solo por un momento la desnudez de su espalda por completo y hombros, él aparto la vista, no era exactamente correcto observar como se cambiaba la mujer, cuando volvió a dirigir su mirada observó como ella seguía de espaldas como si no lo hubiera notado, ahora totalmente vestida (ya que se estaba entreteniendo con la parte del escote del camisón ya que le quedaba ligeramente grande), él aclaro la garganta y la misteriosa mujer se volteo para prestarle la atención, todavía no podía verla por completo solo su silueta curvilínea y notaba que llevaba el cabello largo, pero ella no decía nada.

—Lamento le introversión, pero necesito su cooperación con un caso, ¿podría acercarse al cristal? Por favor. —El tono del investigador de cabello negro era meramente profesional, frio, sin saber de quien se trataba.

Por su parte la ghoul de cabello morado, solo se le quedo observando desde la oscuridad, ella comenzó a olfatear y se le hacia ese olor y ese timbre de voz un tanto familiar...

—¿Qué pasa si no me acerco?. —la mujer preguntó por curiosidad, pero jugaba a desafiar al investigador.

Esto dejo desconcertado al investigador, no quería perder el tiempo, suspiró sobándose el puente de la nariz ajustando sus gafas.