Capítulo 3: El lenguaje de las manos y las miradas

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Desde que Rize llego a kokuria, extrañamente recibía más visitas de las que se pudiera imaginar, la mayoría de hombres, que le pedían consejos u opiniones para resolver casos del CCG, ella tenía un raro efecto de atracción, a pesar de tener su uniforme de la prisión, el cabello ligeramente alborotado y lucir desarreglada (claro estaba encarcelada), notaba como ella la nueva adquisición de kokuria llamaba la atención, quizás era por que se sentaba en la mesa de su celda pegada al cristal y el camisón se le subía hasta sus muslos mostrando sus piernas cuando intentaba obtener mejor luz para leer (de revistas que le regalaban), tal vez era la mirada desafiante y penetrante que tenía, que hacia a uno mas de vacilar con sus preguntas, claro si no le ganaban en el concurso de miradas, o a lo mejor era su voz que a pesar de estos dos años y medio conservaba su tono melodioso y ciertamente dulce al escuchar.

De cualquier forma ya era de día y un investigador se acercó a ella tocando la ventana del cristal como los nudillos (como si intentara levantar a un animal de zoológico), ella estaba en la cama descansando su espalda y el sonido hizo que se levantara y mirara curiosa al investigador, lucía un poco más joven que ella, un principiante que solo se sorprendía por como lo miraba, Rize se sentó en silencio frente a él y le sonrió cálidamente.

—¿Si?. —preguntó Rize.

—Buenos días, ¿Podía ayudarme con la información de un caso?. —Él investigador tenía una serie de papeles, fotografías y una grabadora del otro lado de la celda cerca de su cristal, para Rize el investigador lucía como si hubieran soltado a un cachorro sin correa por el parque, tenía una mirada de nerviosismo, al parecer no le habían pasado cosas tan sangrientas desde que se unió al CCG. 

El caso era de un ghoul que estaba asesinando chicas colegiadas de diferentes escuelas, le mostraba fotografías de los cuerpos, con las marcas de dientes sobre los cuellos de las jóvenes y como algunas les habían cortado el cabello a tirones, querían pistas que podrían ayudar en el caso, ella como no tenía nada que hacer en su nuevo cautiverio, empezó a conversar, le daba su opinión sugiriéndole de pensar como el asesino y buscar una conexión entre las chicas con el mismo, pasaron 15 minutos y a Rize le estaba dando hambre, no por ver los cuerpos recién asesinados en las fotografías, si no por el olor del investigador que estaba frente a ella, él sudaba de nerviosismo, por que cuando Rize se inclinaba para ver mejor las fotografías se le podían ver el nacimiento de sus senos lo cual lo ponía nervioso, ella extrañaba de cierta forma el olor de una presa fresca, se mordió ligeramente los labios y paso saliva, no recuerda cuando fue la última vez que le mordió placenteramente a alguien el cuello...el investigador novato se fue agradeciéndole, vio como camino rápidamente hacia su compañero (un adulto de cómo treinta años).

Pasaron apenas un par de horas cuando Rize recibió su comida por debajo de la puerta de su celda, en la bandeja había un tazón metálico con un caldo rojo espeso con un trozo de carne y una cuchara metálica, el joven que la entrevisto ya no paso de nuevo y notaba como su compañero estaba solo hablando por teléfono, por la conversación se lamentaba de una perdida con la frase "llevaremos los restos de su cuerpo cremado mañana temprano", cuando Rize olfateo un poco mejor su comida reconoció el olor del novato que la entrevisto hace unas horas, "Eso fue rápido" pensó Rize tomando el tazón entre sus manos sonrió, la comida sabía un poco acida, pero bebió de la última gota de su tazón.

Mientras leía lo mas cerca que podía de la luz con una revista en manos, un hombre con mirada lasciva se acerco al cristal, para Rize cuando volteo la vista él hombre tenía una mirada que le produjo asco, frunció el ceño a tal mirada, preparada para cualquier vulgaridad que le fuera a decir ese investigador humano...ella dejo de ser inocente hace mucho tiempo identificando las malas intenciones cuando se presentaban en frente de ella.

La teoría del caosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora