→ Décimo Sexto Pucherito ←

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El silencio en la sala se volvía más denso para Tzuyu quien se sintió juzgada bajo la potente mirada acaramelada de Sana. 

— Entonces Tzu...

— Ah, Pues eso, la llave se rompió cariño. 

— ¿ Se rompió ? 

— Uh si.

¿ Cómo alguien tan bonita podía verse tan intimidante ? 

Sana ni siquiera le estaba gritando o algo así, de hecho hasta estar arreglado el desorden juntas, y le estaba hablando tan tranquila y con mucho cariño para pedirle una explicación acerca de la pequeña inundación en el departamento. 

Pero justamente eso era lo que más le preocupaba a Tzuyu, pues normalmente Sana se enfadaría con ella y la obligaría a limpiar todo el desastre sola, pero ahora...

La rubia se sentó a su lado poniendo una de sus manos en el muslo de Tzuyu dejando suaves caricias. 

¿ Sana había subido la calefacción ? 

De repente para Tzuyu el departamento se sintió tan caluroso. 

— ¿ Me contarás sobre las tablas de madera en la ventana amor ? ¿ Y sobre mi cisne con el cuello al revés ? 

— Sana ¿ te dije ya lo hermosa que eres ? 

¿ En donde se metía Eunwoo cuando Tzuyu lo necesita ?

El pequeño bebé regordete se lleno de tanta emoción por ver a su mami que había estado todo el rato corriendo de un lado a otro para atraer la atención de Sana, buscando que lo llenará de besitos y mimitos. 

Por supuesto que la rubia no se negó en ningún momento y entre los tres terminaron de secar el piso y las demás cosas, Sana había estado un rato jugando con Eunwoonie a las escondidas, le he dado su papilla de manzana, después se pasaron un rato jugando los tres sobre el piso lleno de almohadas y peluches, para más tarde darse un baño en familia y por último Sana había hecho dormir al imperativo bebé con un gran biberón de leche tibia y una bonita y suave melodía interpretada por ella. 

Así ahora el pequeño dolor de cabeza de Tzuyu se que se encontraba tranquilo en su habitación, rodeado de sus muchos peluches mientras dormía pacíficamente su siesta de las tres, cosa que no había hecho en la semana que estuvo a su cuidado, con la excepción de esa vez en la que Tzuyu casi se vuelve loca pensando que su hijo había caído desde la ventana. 

Asi que Tzuyu estaba sola, enfrentando lo que podría ser una sentencia de muerte o peor aún, de una larga temporada de abstinencia. 

A pesar de que la pequeña mano de Sana se estaba paseando sobre su pierna, rozando ciertas zonas sensibles y faltas de cariñito últimamente, ella sabía que no debería dejarse engañar, su bonita mujercita rubia sólo quería hacerla hablar, y ella no quería decirle los que verdaderos  motivos.

Pero Sana estaba equivocada si pensaba que con algunos toques la iba a convencer, Chou Tzuyu era una mujer de hierro, una mujer capaz de aguantar la peor de las torturas con tal de guardar un secreto, ella jamás diría nada. 

Nunca. 

— Tal vez, si me cuentas como realmente te fue, podríamos hacer otras cosas después. 

Las bonitas y largas pestañas de Sana se batieron dándole a Tzuyu una escena muy agradable a la vista, bastante tentadora. 

— ¿ Otras cosas ? – Tzuyu se aclaro la garganta, le estaba gustando el rumbo de la situación. 

— Ujumh, solamente tú y yo. 

Lo bueno era que Tzuyu no iba a hablar, claro que...

— ¡ Fue la semana más difícil de mi vida, Eunwoo se metió aquí y allá y luego corría y quería que yo corriera, y quería papilla de manzana y lloro mucho,  no dormía nada, me mordió en el cuello, me pintó la cara y yo, y yo estaba y luego leche con chocolate y era manzana, desde el séptimo piso y el zapato, luego la leche ! ¡ Sana te lo ruego no te vayas nunca !

Si, lo bueno era que Tzuyu sabía manejar la situación. 

Sana parpadeo tratando de procesar toda la información, sabía que la semana de Tzuyu no había sido tan buena y fácil como hace unos momentos le había dicho, pues la pelinegra había dicho claramente. 

Fue muy sencillo cielo, cuidar de un bebé no es la gran cosa.

Y cuando volvió a preguntar...

Ay amor, podría cuidar a Eunwoonie hasta con los ojos cerrados. 

La rubia tenía en claro que Tzuyu había estado alardeada y disfrazando la verdad, porque era la mujer más necia que conocía y no le gustaba que la vieran fallar, sobre todo ella, Sana sintió que ese detalle de hacerse la fuerte venía desde los problemas que había tenido pasado el pasado. 

En aquella entonces, Chou le había prometido no fallarle nunca más, y sin duda lo había cumplido, sólo que aveces llegaba al punto de no decirle claramente las cosas que le eran difíciles, simplemente para según las palabras de Tzuyu, no decepcionarla. 

— Lo lamento Sana, no soy una buena madre. 

— No digas ridiculeces Chewy, eres la mejor madre del mundo. Te haz esforzado bastante amor, muchas gracias por cuidarlo, sé que llega a ser un bebé algo difícil. 

— Yo diría imposible. 

Sana la golpeó suavemente en el hombro y ambas rieron. 

— Entonces... ¿ Eso de nosotras dos solas? 

— Ah bueno, yo estaba... – Sana río sonrojada esquivando la mirada de Tzuyu. 

La pelinegra sonrió de lado y de un rápido hizo movimiento que Sana se sentará a horcajadas sobre sus piernas, no perdió tiempo y atacó sus labios deslizando sus manos por el cuerpo contrario.

La temperatura estaba subiendo de nuevo y Tzuyu no podía estar más feliz, estaba a punto de llegar a la tercera base cuando el llanto de Eunwoo a través del radio las hizo separarse inmediatamente. 

Sana se disculpo con una sonrisa apenada y Tzuyu solo asintió. 

— Anda ve, pero aún tenemos algo pendiente. 

Tzuyu no se resistió y le dio a Sana una fuerte palmada en los glúteos cuando se giro para ir a la habitación. 

Era un momento bastante agradable, no había nada que lo pudiera arruinar, hasta que...

— Chewy debemos ir al supermercado, Eunwoonie ya no tiene más pañales. 

El aire abandono un momento el cuerpo de Tzuyu, Sana había dicho...

¿¡ Supermercado !?

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𝐔𝐍𝐀 𝐒𝐄𝐌𝐀𝐍𝐀... ¿𝐂𝐎𝐍 𝐌𝐀𝐌𝐀?  |「𝐒𝐀𝐓𝐙𝐔」 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora