→ Décimo Séptimo Pucherito ←

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— Muy bien Tzu, respira profundamente y calma, sólo debes decirle tranquilamente a Sana que tenemos la entrada denegada, no es la gran cosa.

Tzuyu estaba mirando su reflejo en el espejo de la habitación mientras Sana terminaba de arreglarse en el baño y Eunwoo jugaba con sus peluches en la cama. 

Algunos minutos atrás Sana había descubierto que a su pequeño bebé le hacían falta pañales, así que irían al supermercado por ellos y aprovecharían el viaje para hacer las compras semanales, todo normal si no fuese por qué Tzuyu y Eunwoo tenían la entrada prohibida al supermercado más cercano, y que por supuesto la rubia no supiera absolutamente nada al respecto de la nueva situación. 

Así que Tzuyu estaba buscando una manera de decirle a su bonita esposa que tendrían que hacer un recorrido más largo de ahora en adelante. 

Un pequeño grito emocionado de bebé se escucho en la habitación cuando Eunwoo fue sostenido en los brazos de Sana mientras besaba sonoramente sus suaves y esponjositas mejillas. 

— Cariño estoy lista ¿ nos vamos ahora ? 

La pelinegra mayor golpeó ligeramente su cabeza contra el espejo y asintió sin muchas ganas. 

— ¿ Qué pasa Tzu ? ¿ No quieres venir con nosotros ?

Claro que no era eso pero...

¿ Cómo decirle que literalmente el guardia de seguridad los había sacado a rastras después de fotografiar sus caras para pegarlas bajo sus nombres en la muy grande pared con muy llamativas letras en donde claramente se leía " Prohibida la entrada a estas personas por ocasionar disturbios y daños  al lugar " sin que se enfadara ? 

— Cariño, sé que estás agotada pero, planeaba comprar para toda la semana y no podré sola con las bolsas, de verdad agradecería que me ayudarás. 

Tzuyu se sentían un poco frustrada, podía decirle que fueran otro día, pero eventualmente no iba a poder seguir evitando ir con ella a hacer las compras además de que haría sentir mal a Sana, pues siempre las hacían juntas en familia. 

— No cielo esta bien, solo déjame ir por algo. 

— De acuerdo, te veo en el auto. 

Sana salió de la habitación para tomar las llaves y dirigirse al auto, con un Eunwoonie en brazos que le succionaba su mejilla derecha como si era una galleta. 

Chou busco entre sus cosas una gorra, unos lentes oscuros y un cubrebocas para ella y para Eunwoo, una vez tuvo lo que creía necesario salió del departamento asegurando bien la puerta y bajo hasta el estacionamiento para encontrarse con sus dos amores en el auto riendo mientras  se llenaban de besitos las mejillas. 

Sana la miró de arriba a abajo y frunció el ceño antes de hablar. 

— Y ahora ipor qué estás vestido así Chewy ? 

𝐔𝐍𝐀 𝐒𝐄𝐌𝐀𝐍𝐀... ¿𝐂𝐎𝐍 𝐌𝐀𝐌𝐀?  |「𝐒𝐀𝐓𝐙𝐔」 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora