El Coche

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Fei estaba comodamente sentado sobre las piernas del rubio mientras platicaba con Asami de negocios. No era ya algo raro sus muestras de afecto, oficialmente se habían convertido en una pareja hace unos meses, por los cuales se les podía ver un poco más juntos de lo normal.

Para todos era algo extraño ver al chino mostrar tanto afecto por el ruso, por lo general este era muy arisco y solo se sabía que estos tenían algo por los comentarios del ruso más no por que se vieran como una pareja, pero ahora estos se robaban la atención de todos al mirarlos tan juntos.

— Mikhail — Lo llamó el chino mientras lo voltea a mirar

—Dime, cariño —El rubio tomaba la cintura de su pareja acercándolo más a su cuerpo

— ¿Podrías controlarlo? — Dijo en un susurró mientras miraba discretamente a su amigo

— Lo siento, no es algo que pueda controlar con facilidad, pero si me das una mano — Tomo del mentón al chino hasta dejar sus bocas a escasos  centímetros — o algo más se controlará

El chino sólo pudo voltear rápidamente hacia otro lado mientras sentía como el ruso le hacía caso omiso a lo que le acababa de decir y bueno esa escena no fue ignorada por Asami el cual los miraba con cierto asco  –no era que no aprobará su relación, pero el echo de ver a alguien darse cariño le daba asco –

— Dejen sus cosas para después — Asami evito mirarlos tras decir eso

— ohh vamos, tu tienes a Akihito en tu regazo durmiendo y bueno no hay que ser adivino para saber que pasó, sin contar el terrible olor a Sexo que hay en tu oficina — El azabache sonrió de lado tomando aquello como un alago

El ruso se rio un poco al ver la acción del yakuza, ni a él ni a este le importa un poco que los demás supieran que acababan de tener sexo, es más eso para ellos era lo mejor, dejan en claro que tenían a alguien y bueno dejan en claro que sus parejas no necesitaban a alguien más.

— Dejen de mirarse de esa manera, dan miedo — Akihito había despertado –bueno realmente nunca lo estuvo –

Los dos nunca dejaron de mirarse, comunicándose con la mirada, tenían una gran idea y bueno no lo pensarían dos veces más para proceder con la idea que tenía, así que sin mas los dos tomaron en brazos a su pareja llevándosela, los otros dos solo podían reclamar que los bajaran, pero era claro que no harían caso.

Mikhail se las había arreglado para bajar hasta el estacionamiento y subir hasta su coche, y bueno el chino sabía claramente que era lo que sucedería, así que retrocedía poco a poco hasta chocar con la puerta. Su pareja era muy persistente en ese aspecto y bueno el no podía negarse ante él, eso había descubierto esos meses de relación, por lo que sus caderas aún estaban adoloridas y su garganta algo rasposa.

— Mikhail, para, por favor — Una mano traviesas se iba armando paso por su ropa mientras su boca dejaba besos por enzima de la ropa

— Vamos, prestale algo de atención a tu amante, llevamos casi una semana sin hacerlo — Su sonrisa traviesa era el arma contra la que Fei no podía pelear

Dio un ligero respingo cuando el ruso atrapó su ereccion con la boca, dando ligeras succiones y ligeras mordidas aún sobre la ropa, quería que el chino se desesperara para que le rogara el mismo para que lo hiciera. La mano de Fei estaba sujetando el cabello del rubio indicándole que lo hiciera más, y el rubio gustoso lo hizo, podía ver de reojo como su pareja estaba intentando callar sus sonidos tapando su boca y como sus mejillas estaban ardiendo de vergüenza, había aprendido que al chino le avergonzaba casi todo, aunque este fuera muy directo y aventado.

— Mi.. ah.. khail.. Uhg.. Ya no... Ah... Más — El chino estaba completamente perdido en el placer, pero quería más, quería a su ruso dentro de él

— ¿Paramos?, si eso quieres — Se acomodo su cabello e intento salir de carro pero fue detinido por su pareja

—No...más, quiero mas, te quiero adentro, quiero que me toques más —

Eso fue suficiente para que el rubio se abalazara sobre su pareja, atrapando sus labios en besos exigentes y humedos, el sonido que provocaban sus labios a la hora de juntarse sonaba obsceno, pero poco les importaba que alguien los escuchara, en ese momento solo se podían concentrar en complacerse el uno al otro, no tenían tiempo para pensar en los demás.

Con una maestría el ruso quito la ropa del chino, había aprendido a quitar rápidamente la tan difícil ropa de este -después de muchos intentos fallidos y ropa rota-. Podía ver como la entrada del rubio se contraria en la nada esperando a que él la penetrara, se miraba linda, rosada y tan pulcra, así que descendió hasta poder llegar a ella.

—Ahí no... uhg... ahh.. — Fei intentaba que su pareja dejara esa zona, pero era claro que no le haría caso

El chino se estremeció cuando sintió una lengua profanar su entrada, no lo podía negar se sentía bien, podía sentir como este movia su lengua dentro y como su saliva escurria por su trasero y sintiendo esa sensación tan placentera se corrió manchando su abdomen y aun así seguía duro.

Fei pudo ver como Mikhail levantaba la cabeza, dejando su lengua de fuera mientras está tenía un pequeño hilo de saliva uniendolo a su entrada, era tan vergonzoso, pero se había sentido tan bien, el rubio se relambio los labios gustoso mientras elevaba las caderas del chino y sin poder más lo penetro, Fei lo único que pudo hacer fue encorbar su espalda e intentar parar las penetraciones con sus manos en el abdomen de su pareja, era claro que esto no funcionó y lo que logró fue que este atrapada sus manos.

Las penetraciones iban con fuerza y rapidez tocando más de una vez el punto del chino, haciendo que encorbara la espalda y se estremeciera por completo. Su rostro era un desastre total, lágrimas saliendo de sus ojos, saliva por la comisura de sus labios y sus ojos con ese brillo que ponía cuando ya no estaba en sus sentidos sino perdido en el placer.

La entrada del chino se apretaba y contraia dejando en claro que estaba cerca del orgasmo y bueno el ruso tampoco le faltaba mucho eso dejaba en claro con sus gemidos roncos y extasiados, a los segundos los dos lograron llegar al orgasmo.

Los dos se miraban, sus cuerpos sudados y su cabello echo un desastre, sus mejillas rojas por el reciente "ejercicio".

—Eso fue muy bueno — Habló el ruso besando los labios del chino

—Como vuelvas a hacer eso, te mato— Mikhail se rio un poco, este siempre terminaba diciendo algo parecido tras terminar de tener sexo y bueno así era la forma de su pareja de decir "Estuvo genial"

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(TOY VIVA.... ya extrañaba escribir puercadas)

 ya extrañaba escribir puercadas)

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