Parte sin título 31

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La cena que "no acepté" sería hoy en la noche. Estaba muy nerviosa, no sé porqué. Quizás porque siempre he querido tener muchas citas con una persona que no se canse de mí...
Llevar vestido, zapatos de tacón. Haber ido a que me maquillen, arreglen las uñas y a la peluquería. ¡Quería todo! Pero no todo era sencillo como lo pensaba...
Ya que...
Mi vida había tomado un nuevo camino; quién iba a pensarlo... Ni yo.

-Aprésurate, Scar. Llegarás tarde.

-Ya voy, mamá.

La casa donde vivíamos no era grande, era la pequeña casa azul del suburbio cerca de la zona residencial, ¿Sentirme mal por eso?, No. Yo siempre estuve orgullosa, porque en base a ello siempre anhelé tener un hogar así, pequeño y cálido; con una familia, mi propia familia. Aunque todo se había arruinado en un comienzo, hace un tiempo había resurgido la idea nuevamente. Lo voy a lograr, por Cate y por mí. Somos un equipo y no necesitamos a nadie más, muy contradictorio, lo sé. Así es dentro de mi cabeza.

Me despedí de mi madre con un beso en la frente; en la puerta, me esperaba ese tormento de verdes ojos:

-Hola.

Ha sido lo único que pude articular; ya que era la primera vez que la veía en ropa deportiva y; el cuerpazo que maneja es increíble... ¿¡Ropa deportiva!?
Intento disimular que la quedé viendo, aunque ella lo nota porque sonríe.

-Hola, Scar. ¿Estás lista?

Besa mi mejilla y su fragancia inunda mis fosas nasales, la impresión hace que cierre los ojos y me deje llevar;

-Ya puedes abrirlos.

Susurra cerca de mí oído.

-Vamos.

Logro articular y salí disparada del lugar; mientras ella carcajea siguiendo mis pasos.

La miro mal.

-Me caes mal.

Le digo cuándo se sube al coche.

-Eso no es cierto.

-Lo sé, pero finjamos que sí.

...

Caminamos por la orilla de la playa.

-¿Por qué la ropa deportiva?

-Porque estamos caminando.

Ríe.

-Que bueno que no me di cuenta. Yo creí que volaba.

-Lo sé, es el efecto que suelo causar... El creer que vuelan, cuando están conmigo.

Elevé mi marcada ceja izquierda, la ignoré y seguí mi camino, quizás un poquito más rápido.
Que no se note que estoy Celosa, claro...
¿Celosa, yo? Mmmh... Lo que voy descubriendo.

-Me asustan tus ojos.

-¿Mmmh? No te escuché, por la marea.

-Que me gustan tus ojos.

Sonrió con picardía.

-Ah sí, les suele gustar a todos y a todas.

Tomáaa te la devolví.

-No podría dudarlo.

Su sonrisa se borró, y sentí satisfacción.
Fuimos al baño, y retoqué mi laboral.
Cuando ella salió del cubículo... Estaba WAOW, Scarlett no babees, Nooo babees!

Fracasé en la misión

Oficial caído...

-Limpiaré la baba que se te está cayendo.

-Graciosa. Estás preciosa.

-Por tu expresión, diría que sí, lo sé.

Sonrío con las mejillas sonrojadas. El brillo en su ojos y la dulzura en su mirada me entorpecen, así que giro para verme en el espejo, toco mi cabello con nerviosismo, mientras ella se acerca por detrás, con sus dedos delinea mi cintura y pasa hasta mi abdomen en un abrazo. Confieso que estoy nerviosa, pero su perfume en mis fosas me mantiene tranquila, es un logro no entrar en shock.

-Míranos, somos tan perfectas.

Y... Lo arruina.
Me río y la miro mientras ella nos ve en el espejo. Agarra su celular y va a sacarnos una foto, así que me pongo de frente a ella, y captura. La foto es divina, mi espalda con medio cuerpo suyo de frente, le digo que me la envié y así lo hace.

-No creía que salir contigo podría ser tan lindo.

Rompo el silencio mientras termino de comer.

-Una pena que comas tan poco. 

-¿Pero que dices?, Hay que disfrutar de la comida. Y eso es lo que hago, lo degusto y me lleno.

-Te llenas del disfrute.

Se ríe, pero me desespera que coman poquito. Sonrío y juego con la copa entre en mis dedos.

-Me alimento con la vista.

Me mira minuciosamente.
Hago una mueca de risa falsa y estalla en una carcajada.

-Gracias por la salida.

Caminamos hasta el porche de casa.

-Gracias a ti, por ir conmigo.

Sus ojos verdes de gata salvaje me veían como a su ratón.

Enamorada De Mi Profesora De La Universidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora