La miro por el espejo retrovisor. Está mirándome.
—No lo sé... Hay a ciertas personas a las que le gusta, y otras... A las que no. Creo que es algo que deberías experimentar para poder saber realmente.
Responde ya, con la mirada al vacío.
—mejor, cuéntame sobre ti.
Me dice.
—No hay nada que no esté escrito en mi ficha.
No puedo evitar ponerme a la defensiva.
—como digas.
Permanece en silencio.
—¿Y el padre de este angelito?.
Si tú supieras....
—no hay tal padre.
Contesto corta. Vuelve a permanecer en silencio. Estaciono y me quedo ahí. Después de largos minutos, dónde ella acariciaba a mi hija y a mí me enternecia aunque tuve que romper el momento.
—Ya debo llevarla a la cama.
—ah sí, lo siento.
Habla rápido.
—¿Quieres pasar a beber algo?.
—te agradecería mucho un poco de agua.
Sale dificultosamente con mi gran niña en brazos, se negó a mi ayuda hasta que la acostó en su cama.
—es Hermosa. Se parece mucho a tí.
—si... gracias.
Sonrío.
—tiene el sueño muy pesados. Hace falta un parlante para despertarla ahora.
Continúo.
—es una gran niña. Haz hecho un excelente trabajo.
—gracias.
Salimos de la habitación de Cate y bajamos a la cocina.
—aquí tienes.
Digo pasándole un vaso de agua.
—muchas gracias. Sabes, al final, no vivimos tan lejos una de la otra.
—¿En serio?.
Cuestiono sorprendida.
—sí, yo vivo en un condominio en Pike Place Public Market queda a unas cuadras de aquí.
—Ohh... Eso queda como a dos cuadras, podrías haberlo dicho así.
—si... Pero no quise ser tan precisa.
Nos reímos.
—gracias por la gran noche.
—no, gracias a ustedes por la compañía y diversión. Y sabes, cuentas conmigo para cualquier cosa. Llámame si necesitas algo.
—está bien, gracias. Tú igual.
—bueno, gracias nuevamente y ya me despido. Buenas noches, Scarlett.
—no tienes porqué, te acompaño.
La sigo por la casa hasta la puerta principal. La abre y yo quedo en el marco.
—disculpa, pero no sé cómo despedirme.
—bueno, no es como que estás serán tus últimas palabras.
Se ríe y yo solo sonrío de medio lado.
—okey...
Dice parando de reír, hace amago de acercarse y vuelve a retroceder.
—puedes acercarte.
Hablo nerviosamente.
—Scar... Yo...
Doy un paso hacia ella. Siento mis manos sudar y temblar.
—Shh... No arruines el momento, Schneider.
Digo susurrando cerca de su rostro.
—Scar...
Dice de la misma manera, con un brillo en sus ojos.
A esta distancia noto que soy unos centímetros más alta que ella. No me imagino sin sus tacos. Sonrío por mis pensamientos.—Scarlett, en verdad deseo besarte.
—yo estoy esperando a que lo hagas.
—pero...
—¿Pero...?
—quizás no sea el momen...
No dejé que acabe la frase, pegué mis labios a los suyos. Estoy temblando. Noto que su pequeño cuerpo reacciona de la misma manera que el mío. Con intenciones de alejarme, ella posa sus manos en mi mejilla y comienza a mover suavemente sus labios en los míos. Por inercia poso mis manos en su diminuta cintura y la presiono contra mí, rompiendo así el mágico momento que tenía por primera vez.
***
Gente, les invito a leer mi otra historia. Se llama 'Enamorada de mi alumna'.
Espero sus votos y comentarios tanto de ésta como de la otra.
Desde ya muchas gracias.
Nos leemos pronto ❤
ESTÁS LEYENDO
Enamorada De Mi Profesora De La Universidad.
Dla nastolatkówLa vida nunca es como se espera, da cada golpe que ni siquiera podemos imaginar. Para Jess Schneider, ese golpe será Scarlett Miller, su alumna del primer año de carrera. Se dice que la maldad tiene magnetismo. En este caso abra atracción entre l...