Todo esto es demasiado, me gustó su abrazo, pero a la vez me hizo recordar el suceso que marcó mi vida para siempre.
—vamos, pequeña. Hay que ir a clases.
Le puse su mochila y la cargué hasta la cocina.
—desayuno, abu.
—ya te lo doy, amor.
—me atrasé con las clases.
Digo a mi madre.
—lo supuse, pero puedes hablar con alguien y que te ayude.
—se viene un examen, para completar.
Digo de mala manera.
—Tranquila, tú puedes, cariño.
—eso lo sé, gracias.
Sonrío a mi madre, terminamos de desayunar.
—yo la llevo.
Digo.
—¿En serio, mami?.
—si, cariño. Es que justamente, también tengo clases yo.
Ella salta en mi y besa mi mejilla.
—Hasta que al fin apareces, hermana.
Me dice Mat.
—No sabía que debía pedirte permiso.
Respondo sin genio.
—Y borde cómo siempre.
Besa mi mejilla y se engancha en mi brazo.
—¡Vamos!. Según me han dicho los demás que ya están adentro. Y nosotros estamos retrasados.
—¿Y?
Digo como si nada.
—como que ¿Y?, Chica. Tenemos con nuestra reina malvada.
Mierda. ¿Cómo voy a mirarla ahora?. Después de estas semanas en la clínica.
Llegamos y el aula magna estaba cerrado.
Mat me mira con pánico.—tranquilo.
Le susurro. Golpeo la puerta y espero.
Se abre.
—¿Cuántas veces tengo que decir que en mi horario nadie inte....
Voltea a vernos y se calla, me observa.
—Disculpe, pero tuve un inconveniente familiar y Mat me ayudó.
Digo mirándola, sus ojos cambian, desaparece el brillo inicial y denoto preocupación.
—Señor, usted puede pasar.
Me hastía.
—suerte.
Susurra Mat al pasar por mi lado.
—¿Está todo bien?.
Me pregunta Jess.
—si, sí. Solo llevé a Cate a clases. Por eso me atrasé.
—pensé que había sucedido algo.
Dice más aliviada.
—pasa.
Entro y, desde "mi grupo", me hacen señas para que vaya y me siente junto a ellos. Lo hago.
—bien, antes de continuar, srta Miller, tengo que hablar con usted al finalizar la hora, en mi oficina.
Asiento solamente.
—Como iba diciendo, hay cosas que solo son psicológicas. Por ejemplo, a un niño, no le gusta comer verduras.
—A nadie nos gusta.
Dice uno del fondo.
—como iba diciendo, si a un niño no le gusta comer verduras, pero sus padres lo obligan, su reacción puede ser alergia o náuseas. Son procesos psicológicos.
Remarcó.
—o puede ser completamente verídico.
—uno en un millón.
—sí, pero puede suceder.
Refuto.
—Puede hacerlo.
Dice admitiendolo.
Así pasaron las horas hasta finalizar, entre miradas y discusiones.
Golpeo la puerta "pase" es lo que oigo y entro diciendo "permiso".
—toma asiento.
Me siento tras el negro escritorio brillante.
—¿Qué necesita?.
Le pregunto nerviosamente.
—"a ti"
Dice de una, mi corazón se detiene y la miro boquiabierta.
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Espero sus votos, comentarios, hasta un amor. (Re esperaba😂)
Besos
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Enamorada De Mi Profesora De La Universidad.
Genç KurguLa vida nunca es como se espera, da cada golpe que ni siquiera podemos imaginar. Para Jess Schneider, ese golpe será Scarlett Miller, su alumna del primer año de carrera. Se dice que la maldad tiene magnetismo. En este caso abra atracción entre l...