¡Kimetsu Academia!

Sanemi, el dominado.

Sinopsis:

Sanemi poco a poco se va dando cuenta de que es un león domado por Kanae, tanto por su propia cuenta como por parte de sus amigos. Ahora, aprovechará que tiene una salida con Kanae para ver si es verdad o no, aunque también lo hace para recibir un regalo.

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Sanemi junto a su novia Kanae se encontraba en el almacén de Kimetsu Academia, lugar donde se conocieron, estaban cumpliendo un año y siete meses juntos. ¿Que estaban haciendo?

Bueno... Para no ser mala persona y dejarlos con la duda, no es difícil deducir que estaban haciendo si estaban metidos en el "Rincón erotico", se estaban besando muy, muy, muy profundamente y estaban bastante cerca de pasar a mayores, pero estaba haciendo todo lo posible por controlarse, ya que hace poco se enteraron de que Inosuke destruyó varias mesas en un arranque de ira tras enterarse de lo que estaba sufriendo Aoi y quizás más tarde traigan al almacén las mesas dañadas.

—N-Nemi~, ah~...— Kanae soltaba pequeños gemidos al sentir a Sanemi besando su cuello. —Ca-Calmate... Alguien podría venir— Trata de separarse del albino.

Pero al final fue en vano, Sanemi se puso más salvaje todavía, ahora metió sus manos en el juego. Su mano izquierda estaba en los glúteos de la chica, su mano derecha acariciaba sus pechos, mientras que la besaba aún más profundo.

—Si me dices que me calme, más salvaje me pongo— Habló el albino con su mirada clavada en los ojos de su novia.

Kanae ríe. —Desde que cumplimos un año de relación no andabas así de juguetón, Nemi— Pica la nariz del Shinazugawa.

Él bufa. —Es que por culpa de la enana y de la culebrita ya no tenemos tanto tiempo solos, así que quiero aprovechar— Se acerca para besarla nuevamente, pero es detenido por la mano de esta.

—Hagamos algo... Hoy tendré el día muy ocupado y necesitaré ayuda para las cosas que tengo que hacer, si me ayudas...— Se acerca a su oído izquierdo. —Esta noche podrás hacerme todo lo que tu quieras— Le susurra con un tono pícaro.

Sanemi se sorprende ante esa propuesta, él sabía que Kanae en algunos momentos puede ser un tanto subida de temperatura, pero jamás se la imaginó de esa forma.

—Hecho— Habló directamente.

—Sabía que lo aceptarías sin problemas— Sonríe mientras le da una beso. —Salgamos que el receso está apunto de culminar— Dijo mientras salía del almacén, dejando al albino solo.

Sanemo se sienta en una silla que tenía cerca y mira al suelo.

—¿En que me metí?...— Murmuró, pensando en voz alta.

[...]

—Viejo... ¿No te das cuenta de que te tienen dominado?— Preguntó Iguro.

—¿Dominado?— Cuestionó Sanemi.

—Mentira no es y jamas lo será— Habló fríamente Giyuu.

—¿De verdad jamás te haz dado cuenta? Pobre animal...— Agregó Iguro.

Sanemi bufa. —¿De verdad ustedes dicen eso? Iguro, a ti te tienen como perrito; Giyuu, tu no haces nada para que Shinobu se siente en tu cara; Y Kyojuro... ¿Donde está?— Mira a todas las direcciones.

—Esta con las ratas de segundo año ayudando con el desastre que hizo ese tal Hashibira— Respondió Giyuu.

—¡En fin! Cierren el puto hocico y déjenme en paz— Sanemi se levanta de la silla y se va del salón.