nueve: Bucky's dead, happy new year

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Quedaban dos días para año nuevo y como James había advertido, Vivian no hizo llamadas, y lo peor, no recibió. Todos los días le preguntaba a su nuevo amante sobre su abuela, específicamente por las noches que era cuando él recibía los reportes diarios de los policías a cargo de su vigilancia. James siempre respondía lo mismo, "Está a salvo, y tu amiga también", porque Amanda había sido transferida a Seattle de todas formas.

Vivian estuvo todo el día sola, fue al supermercado por la tarde y James atendió trabajo que había dejado de lado por estar con ella el 25 y 26 de diciembre, y entonces que era 29, tenía papeleo.

Hacía frío y para calentar la casa Vivian decidió preparar lasagna. Su nana Francesca le había enseñado a cocinar comida italiana, con ella era con quien pasaba casi todos sus días hasta que desapareció y todo en su vida también comenzó a desmoronarse.

James tenía una copia de las llaves de la casa de Vivian, y con estas, entró por la puerta principal dejando el viento invernal afuera al momento en el que cerró la puerta detrás de él.

–¿Vivian? –la llamó desde la entrada mientras se deshacía de su chaqueta de cuero negro y sus guantes del mismo color.

–¡En la cocina!

Se habían conocido nueve años atrás, y ahora estaban de vuelta en la vida del otro desde hace casi siete semanas. Los dos llevaban la cuenta tratando en vano de minimizar lo que sentían por el otro. Todo había avanzado muy rápido, de odiarse a quererse sólo les bastó una semana, luego se habían acostado y ahora James iba a cumplir cinco días en esa casa con ella. Trataban de recordarse que llevaban poco tiempo siendo amistosos con el otro y que de hecho las circunstancias no eran las mejores.

–¿Qué haces, muñeca? –le preguntó ya lo suficientemente cerca de ella, entrando en la cocina.

–Tenía frío y se me ocurrió hacer lasagna –le respondió terminando de lavar la olla en la que había preparado la salsa de tomate. Ella dejó que James besara su mejilla.

–¿Cómo se relacionan ambas cosas? –James se quedó a su lado. Vivian secó sus manos y lo miró, lucía cansado, y allí se sintió como si estuviera en alguna comedia familiar, ella era la hacendosa dueña de casa y él era su recién llegado del trabajo esposo.

–Bueno, el horno calentó la casa –caminó al refrigerador y de allí buscó su vino rosado dulce.– Y ahora comidita va a llenar mi guatita –ni siquiera pensó en las palabras que estaba usando, demasiado cómoda y en confianza con el Soldado del Invierno rehabilitado.

Se giró de vuelta en dirección a James, quién le sonreía, a gusto con la fantasía que había en su cabeza, él también ya la veía como esposa.

–¿Qué hay de nuevo con el caso? –le preguntó Vivian, y eso ayudó a James a volver al suelo. Él era su guardián, había gente que quería matarla y ahora peor, habían perdido al principal sospechoso.

–No.. nada. Nada nuevo –respondió y sonó no convencido. Observó a Vivian servir vino en dos copas.– Agh, olvidé que iba a comprar cerveza –se quejó, ese vino dulce que abundaba en la casa de Vivian no le gustaba, era como tomar jarabe para tos.

–Compré –y ella rápido volvió al refrigerador. Desde allí le enseñó una botella y él asintió, y ya frente a él se la entregó. James quitó la tapa de la botella con su mano de vibranio y vió a la jovencita sonreírle.– ¿Algo nuevo que haya dicho Michael?

Él bebió un largo sorbo de cerveza y la miró, preguntándose si ella sabía algo, si ella tenía qué ver, si había ayudado.. pero él ya sabría, él sabía que esa tarde ella había sólo salido al supermercado, y acompañada de un policía, no había forma. James negó con su cabeza.

Soldier of Winter | Bucky fanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora