Capítulo 2.- Helen Smith viuda de Marlow.

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—Al fin ha llegado el día, después de tantos meses, hoy tendremos justicia para ti Susana. — cavilaba la madura mujer ante el espejo de su salón, justo antes de salir —ya lo verás tu muerte no quedará impune, obtendrás tu venganza y tal como te prometí, las cosas mejorarán.

Decía al arreglarse el elegante sombrero y colocándose la red de tul negro sobre el rostro, para luego continuar con su monologo, como si en realidad hubiese alguien con ella.

—Ha sido muy duro ver como todas esas personas intentan defenderla con tanta vehemencia; ese desfile de individuos atestiguando sobre lo buena que es esa estúpida jovencita. No sé de donde han sacado tanta gente, quizás han pagado para que todos declaren que ella es un ángel sobre la tierra.

Nadie puede ser tan bueno, ¡solo por eso no es creíble!; te aseguro hija que sí yo tuviese todo ese dinero, también hubiese llevado a miles de personas a declarar que tú eras una chica ingenua, confiada y traicionada; aunque debo reconocer me preocupó que la envidiosa señorita Kleis fuese tan convincente en sus declaraciones al dejarte como una tonta caprichosa.

Por fortuna el fiscal fue puntual y enfatizó que el juicio no era hacia tu persona, era para determinar su culpabilidad, no la tuya; gracias a su habilidad no siguieron por ese camino, ya que todos habrían llegado a esa misma conclusión, porque no puedo ocultar la realidad hija mía, eras una tonta, ¡por supuesto que eras una tonta, caprichosa y estúpida.!

Desperdiciaste la oportunidad de oro que tuviste, por empecinarte con ese idiota, por muy guapo que sea, no vale la pena que hayas perdido tu vida y te hayas llevado mis esperanzas también, por ese insoportable ebrio y resentido con el mundo...

He ensayado lo suficiente mis reacciones para dar hoy una notable actuación, luego de este día lograré respirar tranquila, estoy segura dormiré mejor; ya luego me ocuparé de ver cuánto pagarán con las entrevistas que vendrán. Ha sido bastante complicado mantener mi postura digna ante los jugosos ofrecimientos de la prensa, pero no era el momento, debía imprimir el dramatismo y hacer al público desear más.

Además, hasta que la Señorita Ardley no esté tras las rejas, no me sentiré tan confiada como para dar vuelta a esta página. Para ser honesta, no siento pena por ella, en realidad no sé qué siento al verla subir las escaleras del juzgado, con su cara en alto... pálida, de paso firme y aunque su rostro se nota colapsado de preocupación lo mantiene en alto, ¡insolente!

Si es su destino pagar por tu sufrimiento hija, ¡que lo haga, porque alguien tiene que pagar!; debió haber permanecido detenida desde hace mucho, pero las influencias, artificios legales y dinero de su familia han logrado mantenerla fuera de la cárcel, hasta ahora.

No puedo sentir nada más que rencor por ella, he tenido que obligarme a no pensar más allá de su culpa, porque ellos son los culpables. Primero pagara ella y luego el desvergonzado de Terrence, si tanto la ama, su castigo será verla podrirse en una cárcel; después de todo si Terry no estuviera enamorado de ella, nosotras no hubiésemos vivido ese tormento que sufrías mi pobre Susi. Sí, solo sufriste desde que esos dos malditos se cruzaron en su vida y entonces también comenzó mi calvario.

¿Cómo puede una madre, que ha dedicado su vida a su niña, verla morir día a día y ser testigo de cómo se consume poco a poco? ...mi pequeña, siempre bella, ya no pudo ser la misma. Aun cuando Susana nunca mostró un espíritu fuerte, pudo resistir muchas cosas; mí siempre enfermiza y frágil Susi, se fue secando, se fue apagando el brillo de su mirada al igual que sus ilusiones de mujer. Al final ya no soñaba como antes, con luces, aplausos y todo aquello que significaba el teatro para ella.

Otrora, en varias oportunidades me quedé admirada al ver como vencía su timidez e inseguridades cuando se subía al escenario... como lograba avanzar rápido, gracias a su talento en las tablas y la habilidad que le inculqué, para congraciarse con las figuras de poder que la llevarían al estrellato. Fui entonces testigo y hasta artífice de su éxito; vi desde primera fila cómo su carácter se fortalecía al inicio de su carrera, lo suficiente como para hacerla brillar, aunque yo sabía que en el fondo solo era una niña asustada luchando por sus sueños, su talento y mi guía la ubicaron en una posición privilegiada casi sin competencia en las audiciones.

Luego llegó él, Terrence Graham para enamorarla y desilusionarla, la escuche llorar en su habitación varias veces por sus desplantes y desamor; sin embargo, no se rendía, era obstinada como yo, pero tonta como su padre. Fue capaz de perder todo cuanta tenia por amor; ese fue mi error, debí haber infundido en ella una mayor ambición... al final terminó ganando la batalla el romanticismo que encontró en las obras de teatro la muy tonta.

Debió haberlo dejado morir bajo esas luces, luego debió haberlo enamorado, debió haberlo seducido y hoy sería yo la abuela del futuro heredero a un Ducado... que estúpida mi hija que no hizo nada bien.

Porque debo reconocer que fuiste una tonta egoísta Susi; yo sin embargo buscaré justicia y pienso llorar mucho allá dentro, delante del juez; lloraré más por mí que por ti... porque hundida en tu ego, no se te ocurrió que me arrastrabas a mí a la miseria y a una triste vida.

No merecía yo esa condena, porque Terrence me condenó a ver morir de manera lenta a lo que más amaba, a mi pequeña Susi... Es por eso que ahora él debe pagar con aquello que dice amar.

Imagino que ya se sentían ganadores en toda esta historia, con muchas ganas de ponerle un "felices por siempre" a su retorcida historia. ¿Cómo pueden construir su felicidad sobre la tumba de mi hija? ¡Miserables! . Antes de emprender la última etapa de mi vida, me aseguraré que no puedan burlarse de Susana, ni de mí.

Porque con seguridad pensaran que dejarían atrás a esta pobre y acabada mujer, sin fuerzas ya y sin ningún motivo para vivir. Pero no, si debo retorcerme delante del Juez para que se haga justicia lo haré.

Hasta Susana se sorprenderá de mi actuación, no hay mejor aliciente para una representación creíble que la desesperación y si la prensa nota mi desesperanza, podría estar vendiendo la historia de traición que vivió mi hijita, ¿Quién sabe? quizás la vida en sus ironías, alcance hasta para llevar esta tragedia a una obra ... ¿Lo ves Susana? Siempre se puede hacer algo más, te diste por vencida cuando aún quedan muchas, pero muchas más cosas por hacer.

¡No estoy vencida!, ya perdí a mi hija, ya perdí mi forma de vida... Susi me lo prometió, ella alcanzaría la fama y la fortuna, mientras que yo disfrutaría junto a ella de todas esas mieles, después de todo, yo fui quien la llevó y orientó en cada paso de su camino... no merezco quedar en la ruina, tengo que pensar en mí, en mi retiro, en mi vejez, ¿Cómo podría seguir soportado esa carga tan grande?    

ASESINA.-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora