Capítulo 15.- El recorrido de la serpiente.

311 64 44
                                    

-Necesito que me siga la corriente, si vamos a forzarlos a delatarse debemos ser convincentes.

-Cuente conmigo, espero que en realidad conozca a su sobrina tanto como dice.

-Créame nunca he sido un ingenuo, se de lo que es capaz la naturaleza humana, Señorita Anderson-decía de manera reflexiva Albert, quien miraba a través de la ventana del coche que los llevaba a la residencia familiar. -Nací y fui criado para llevar el peso de un apellido y la fortuna del clan a mis espaldas, ¿Cree usted, que es la primera vez que me traiciona alguien tan próximo? ¿O que intentan algún complot en contra de un heredero Ardley?

Victoria reconocía lo retorico de aquellas preguntas, dejó que el hombre continuara hablando en su ensimismamiento.

-Yo mismo fui criado envuelto en un secretismo total, fue la manera que hallaron para protegerme, sin embargo, cometí el más grande error al presentar a Candice a la sociedad, la siguiente heredera del Clan, ha sido víctima de muchos ataques desde que hice publica la adopción y recibió mi apellido. El haber ansiado tanto la libertad propia, no me permitió ver a lo que la exponía.

Si sus sospechas están en lo cierto, quizás, yo he sido el responsable de esta nueva agresión hacia ella. sé que los Leagans intentaron perjudicar a Candy en el pasado, debí hacer algo definitivo al respecto, pero como usted ya lo dijo, fui un idiota que subestimó a las serpientes que tiene bajo su techo ...pensé que eran inofensivas, ahora veo que han crecido y con ello su veneno.

-Quizás estemos a tiempo de seguir el camino que han tomado las serpientes y ver a ciencia cierta hasta donde han llegado. Solo le recomiendo que, en el futuro Sr. Ardley, a los animales peligrosos procure tenerlos enjaulados o muy pero muy lejos.

-jaja gracias Señorita, pero siempre he sido amante de la naturaleza, por lo que esta metáfora me parece muy ofensiva para los pobres reptiles. -y ambos sonrieron con algo de pesar ante la verdad.

-Victoria, por favor llámeme Victoria.

-Solo cuando usted se digne a llamarme Albert.

-Es un trato-aceptó ella y le ofreció la mano.

¿Cuánto tiempo debe durar un estrechón de manos antes de convertirse en algo incómodo? En definitiva, ese duro mucho más de lo que ella pensaba era apropiado, pero no se percató de ello, hasta que el chofer rompió el momento al anunciarles que habían llegado.

Todos los miembros de la familia habían sido convocados aquella mañana, Albert llegó acompañado de varias personas y la reportera. El rubio se presentaba con el mejor de los humores, visiblemente emocionado al hacer un inesperado anuncio:

-Querida Familia, hoy quiero que haya celebración... ¡Candy regresará a casa!

El sombro se evidenció en los rostros de los presentes, Emilia Elroy no lograba entender si Williams enloquecía ante sus ojos o hablaba en serio, Archie cómplice de aquella treta, por demás impropia, de las formas correctas que siempre manejaba Albert, lo secundó aplaudiendo y asintiendo como para reafirmar la aseveración, Annie lloraba emocionada, ella no tenía duda alguna, sabía que Candy era inocente y que fue inculpada, solo era cuestión de tiempo para que lograsen hallar algo que la liberase, Patty solo se sentó y comenzó una oración dando gracias; Sara Leagan y sus hijos no salían de su desconcierto, mientras todos aplaudían ante el milagroso evento, Eliza elevó la voz dentro del bullicio:

- Peeero ¿Cómo?, ella es la culpable!, el Juez ya dio su veredicto...-Miraba de un lado a otro como buscando ayuda para que alguien le diera una explicación. -¿acaso le creyeron a Eleonor Baker?

-No, Eleonor no ha sido, solo trataba de proteger a Candy, por lo que la celebración será para agasajar a ambas. No puedo darte mayores detalles Eliza, solo les adelantaré que están a punto de atrapar al culpable, todo esto se trató de un plan para perjudicarla y hoy mismo sabremos quien estuvo detrás de todo.

Los ojos de la pelirroja se abrieron, tragó con dificultad, pero de inmediato trató de cubrir su miedo.

-Por ahora, daré una entrevista a la Señorita Anderson, quien ha sido una pieza fundamental para el esclarecimiento del caso. Le debemos mucho así que, tendrá la exclusividad de la noticia, espero todos colaboren con su reportaje. Ahora si me permite Victoria, la dejo con mi familia, puede comenzar con ellos, mientras que yo atiendo algunas cosas con la Tía.

En el salón todos hablaban complacidos con lo que pensaban era cierto, Archie intentaba seguir el plan, y no dejaba de mirar a Eliza, debía saber cuál sería su próximo paso. Pronto la vio moverse, porque tal como lo esperaban, decidió abordar a la periodista en busca de más información.

-Disculpe, ¿Qué tipo de reportera es usted, como para haber descubierto algo tannn importante para el caso?

-Soy Victoria Elis, no soy una simple reportera de farándula, si es a eso que se refiere Señorita.

-Ummh ya veo, -respondió Leagan tratando de parecer convencida de la capacidad de Victoria, pero su mala actuación revelaba que en realidad la consideraba una tonta capaz de caer ante sus lisonjas y manipulaciones. -me parece fantástico que el tío Williams haya encontrado a una profesional tan preparada y astuta como usted, para ayudar a nuestra prima.

-En realidad no me hallaron, yo les ofrecí mi ayuda. -Victoria sabía que, si querían convencer a Eliza, entonces debía dosificarle la información y hacer que se esforzase en conseguirla.

-Ahh que bien, entonces tenemos mucho que agradecerle, cuente conmigo para lo que necesite, nuestra familia estará honrada de aportar lo que requiera su periódico; es más, se me ocurre Victoria, que podría yo mover algunos contactos, para que le den un ascenso. ¿le agradaría la idea?

-Me sorprende Señorita Leagan, por supuesto que me interesa un ascenso, pero creo que debo ganármelo por mi esfuerzo, y no valiéndome de sus contactos, muchas gracias de todas maneras y no se sienta comprometida conmigo, tanto usted como su familia, siempre podrán contar con esta buena amiga. -decía Anderson, con un tono de ingenuidad que quien la conociera no le hubiese creído, sin embargo, fue la suficiente base para que Eliza se atreviera a comenzar su maniobra.

-Ohh claro que sí Victoria, entonces ya que somos amigas, venga conmigo. -La separó un poco de los presentes para que nadie la escuchase, y ofreció. -le puedo dar el mejor reportaje de su vida, todo un compendio de los secretos de los Ardley y de Terrence Graham, si me sacas de unas simples dudas, le aseguro que no tendrá desperdicio con todo lo que le diré.

-y usted ¿Qué gana con todo esto Señorita?

-Yo, mi apreciada amiga Viki, yo simplemente saciaré mi curiosidad y podré cuidar mejor a mi adorada prima en el futuro. No lo sabes, pero Candy es tan ingenua la pobre, que me necesita cerca e informada para protegerla.

-Tiene mucha suerte su prima de poder contar con alguien como usted, Amiga Elisa. -la joven periodista se encontraba asqueada de todo aquello y su pobre estomago le pidió terminar la farsa, así que soltó lo que necesitaban que Eliza creyese. -Está bien, le diré, pero prométame que no se lo contará a nadie aún, esta es información confidencial... Se sabe que está implicado un médico en la elaboración de las recetas adulteradas de la fallecida Susana Marlow. Sí logran atrapar al hombre entonces sabrán quien fraguó todo este plan contra su prima.

El rostro de Eliza, palideció y miró a todos lados nerviosa.

-¿Cómo pueden estar tan seguros? Quizás ese medico solo esté mintiendo.

-Eso ya lo averiguarán, por ahora saben que hubo dos recetas y que los frascos de medicina fueron intercambiados ...al médico planea detenerlo su propio tío, con ayuda de la fiscalía, por lo que será dentro de un par de horas, ya que deben de tener unas ordenes de aprensión y que no pueda escapar.

Eliza cortó la plática de forma abrupta, sin disculparse se marchó, tenía el tiempo contado no sabía que el subestimar a las demás personas sería su perdición.

Hizo un recorrido bastante largo y de modo clandestino hasta una pequeña clínica, de un barrio de mala muerte, llegó directo a una habitación que fungía como consultorio y quirófano para extraer balas a los maleantes y suturar sus heridas.

Allí estaba, entregando un muy gordo sobre de dinero y amenazando al remero de doctor, para que escapase lo más lejos y rápido posible, cuando el estruendo de las puertas abriendo dieron paso a la policía seguidos de Albert y Archie.

Continuará...

ASESINA.-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora