capitulo I: Un cuento... ¿Echo realidad?

391 31 0
                                    

A la mañana siguiente, aquel chico que conocemos como Draegan no se encontraba en su cómoda cama, se encontraba acostado en un suelo arenoso, incómodo, para algunas personas. Aquello era algo raro, una playa, mar, en Londres no había Playas, por su clima espantoso y porque todo eran ciudades, o campos, depende del lugar en donde te encuentres. Aquellos ojos mielosos que caracterizaban a nuestro protagonista se comenzaron a abrir de manera lenta, demostrando que todavía morfeo seguía en su joven cuerpo de adolescente, sus bellos ojos mielosos se abrieron de golpe al ver en donde se encontraba.

- ¡¿DONDE ESTOY?!--preguntó en un grito.

Su cuerpo se levantó de golpe con torpeza de aquel suelo arenoso, con incomodidad en su cuerpo se dio media vuelta, quedándose frente aquel bosque, o selva, no sabía muy bien que era aquel lugar, sus pensamientos se encontraban bloqueados por el miedo, por el pánico, por todo lo que sea de temor. Empezó a caminar con pasos rápidos, como cuando era pequeño y se alejaba de su madre en los centros comerciales, pero aquellos pasos rápidos se volvieron en pasos largos, estaba corriendo, corriendo por su vida, su respiración estaba agitada, sus mejillas tomaban algo de color por el calor que comenzaban a sentir.

- ¡NANA!... ¡ABUELA!... ¡LUCIFER! -gritó mientras corría.

Pero era en vano, sus gritos de auxilio, de búsqueda, nada servía, no obtenía ninguna respuesta por aquellos tres que eran llamados con necesidad, solo se escuchaba el sonido de las hojas y ramas que eran pisadas por el azabache. El cansancio comenzaba a hacerce presente en su cuerpo, disminuyendo su correr, volviéndolo en trote, y por último, en un caminar, aún seguía alarmado, con temor, su mirada se perdía entre los árboles, buscando el horizonte, pero nada, nada se encontraba por dónde sería el horizonte, estaba perdido.

Genial, estoy perdido.

Fue lo que pensó Draegan, estaba apoyado en uno de los cuantos árboles que estaban a su alrededor, retomando el oxígeno perdido por correr, se sentía cansado, pero tenía que seguir, tenía que seguir buscando a su familia o a alguien en específico para solamente estar con aquella persona, para no sentirse solo. Su cuerpo se tenso, la razón eran unos ruidos, crujidos para ser exactos, tomó algo que estuviera cerca de el, una roca, fue lo que encontró cerca suyo, el crujido aumentaba, no en sonido, si no que en cantidad, comenzó a dar vueltas, como si fuera un círculo, el sonido aumentaba más y más, pero aquel ruido paro, bajando la guardia de aquel chico llamado Draegan.
El sonido se enfoco en un arbusto alto, el azabache levantó su brazo, preparado para tirar aquella piedra que utilizaría como arma, a los pocos segundos de su "de vuelta" sentido del valor, se dejó ver cómo un chico, alto, unos tres años mayor que el, pasaba por aquel arbusto, sosteniendo entre sus manos un arco cargado, al rededor de ambos se empezó a ver a varios niños, también con armas, algunos espadas, y otros arcos, todos con capuchas, eran variaciones de verdes, claros y oscuros, pero las capuchas se distinguían, probablemente los mayores eran los que usaban las capuchas de color negro, y los pequeño los de las capuchas blancas. Cómo un rango social. Clase alta, media y baja. Pero solo que era de edad, como una separación para no confundirse al ser tratados.

- ¡¿Quien eres!? -preguntó asustado Draegan.

- Felix, mano derecha del villano más temido, Peter Pan.. ahora, suelta la piedra.. -dijo apuntándole con el arco.

- No puedes darme órdenes, no eres mí mamá. -contestó seco.

- Oh vamos, somos muchos más que tú, y no podrás defenderte con una piedra. -soltó de la misma manera Felix.

Draegan, con la duda invadiendo sus pensamientos, soltó la piedra, pero no en el suelo, aún tenía su gran orgullo y su "gran" sentido de valentía, algo que lentamente más tarde dejaría de tener en su cuerpo, aquella piedra paso al lado del rostro de Felix, bajando su guardia por el temor de ser pegado en el rostro por aquella piedra utilizada como arma.
Un pequeño espacio se dejó ver, Draegan tomó todo el valor que le quedaba y se fue corriendo de allí, sus sentidos le hicieron ignorar los pasos que se aproxima van hacia el, tenía el pensamiento de que era Felix y aquellos niños, pero no, era alguien completamente diferente, y así lo fue, alguien le puso el pie entre sus piernas, haciendo que cayera contra el suelo, soltando un gemido de dolor, ¿Porque? Simple, sus piernas se golpearon contra una superficie dura, una raíz para decir verdad.

- Ah... -se quejó el azabache.

- Lo que te acaba de suceder, chico, se llama karma.. -habló una voz.

- Quien te crees.. ¿Un idiota? -preguntó sarcástico.

Cómo pudo, se levantó del suelo soltando quejidos a la vez, sufriendo por el dolor de sus rodillas, probablemente estarían teniendo raspones y moretones.

- A mí me hablas bien, ¿Oíste? -habló irritado la voz.

Soltó mientras tomaba su brazo con brusquedad, teniendo como respuesta un quejido de su parte, a los segundos, como había sucedido con Felix, los niños perdidos formaron una ronda alrededor de ellos, apuntando a Draegan con sus armas, entre ellos se podía distinguir fácilmente a Felix, su ceño fruncido demostraba claramente que estaba muy molesto por lo de la piedra.

- No te creas, no le hablaré bien a nadie de este lugar... Son todos unos locos. -escupió con asco Draegan.

- Oh cariño, lo harás tarde o temprano.. este es tu nuevo hogar. -anunció.

- Aja si claro, ahora suelta me. Estúpido. -replicó enfadado Draegan.

- ¿No me presenté? ¡Que malos modales tengo! -vocifeó sarcástico el chico.

- Se notan. -contesto de mala gana el oji-miel.

- Cállate. Disculpeme por no presentarme.. mí nombre es Peter Pan. -mencionó con elegancia, Pan.

- Peter... ¿Que? -preguntó confundido Draegan.

- Peter Pan -contestó Felix.

Draegan parecía confundido, pero aquella expresión se volvió en una feliz, confundiendo a todos los que se encontraban a su alrededor, aún más aquel chico que se hacía llamar Peter Pan. A los pocos segundos una carcajada larga y sonora se escuchó de su parte, ese comentario le había causado gracia, no caería en aquella broma, no.

- Hay dios.. nunca me reí tanto ¿Sabes?... ¡Bien hecho Caleb! Sal de tu escondite~ ¡No te tendré piedad!

- ¿Caleb? -preguntó ahora confundido Pan.

- Esto es una estúpida broma suya de seguro, no eres Peter Pan, solo eres un adolescente que se cree un personaje de cuentos para dormir. -comentó con tranquilidad.

- ¿Crees que es una broma? Bien, creelo, pero está... Esta es la realidad... -finalizó Pan.

- ¿Qu-

Felix golpeó la cabeza de Draegan de manera fuerte, dejándolo inconsciente, antes de que cayera al suelo completamente dormido, Pan lo tomo entre sus brazos, contemplando su rostro, era igual que ella, cabellos negros, pestañas largas y lindas, era su calco, pero su carácter, era... Era diferente.

- Vamos, tenemos cosas que hacer.

Habló Pan cargando entre sus brazos al joven inconsciente, todos obedecieron aquella orden ante su mayor y comenzaron a caminar, solo bastaron unos minutos y ya estaban en aquel campamento, tiendas, una fogata y una tienda en especial, aquella tienda probablemente sea de Pan, claro, si el era el rey.. tendría que tener todo lo mejor, como un capricho para un niño.

- Iré a dejarlo en la celda.. ver su reacción mañana será muy divertida.

- Lo será Peter.

Así como lo dijo, se fue, dejando solo a su mejor amigo y mano derecha, solo bastaron unos pasos y ya se encontraba delante de la celda, con cuidado en sus acciones abrió la puerta, se agachó lo suficiente y depósito al joven durmiente en el suelo, escuchando un quejido de su parte, como cuando era pequeño y se tenía que levantar temprano para ir al colegio. Pan por otro lado, se quedó allí, mirándolo, solo si le cambiaba el pelo y la ropa, era ella, pero solo era su hijo, era más que claro que alguno de sus dos hijos sería igual que ella pero solo físicamente.

- Es parecido a Ella.. ¿No, Pan? -Soltó una voz.

- Solo tiene su físico, pero su carácter.. ¡Dios! Si que es un hueso duro de roer.

- Bien Pan, déjalo dormir -Habló aquella voz otra vez.

- Si, Adiós Sombra.

- Adiós Peter.

Aquel chico de cabellos castaños claros se fue, dejando solo aquel ser, el cual contemplaba la belleza que emanaba el joven de dieciséis años, se acercó lo suficiente al suelo como para quedar en este, paso su mano izquierda entre los barrotes y la acercó a su rostro, para solamente correr un cabello que se posaba en el.

- Bienvenido a Casa. Draegan.. -habló con cariño sombra.

𝐦𝐢 𝐧𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞 𝐞𝐬 𝐏𝐞𝐭𝐞𝐫 ᶠᵃⁿᶠⁱᶜ ʳᵒᵇᵇⁱᵉᵏᵃʸDonde viven las historias. Descúbrelo ahora