Capitulo IX: Mi hermano.

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Los días pasaron volando en neverland, ahora nuestro protagonista era parte de los niños perdidos, aunque no uno oficialmente, todavía no escuchaba la melodía que el resto sí hacía, Draegan, muy en el fondo sabía que no se encontraba solo, tenía a su hermano.
Que será de él pensó con tristeza el adolescente, desde su desaparición nunca intento volver a casa, o tratar de convencer a Pan de traer a su hermano menor. Solo estaba en aquella isla, disfrutando los días pasar, visitando a las hadas para poder dibujarlas.

- ¡Hermano! -se escuchó a lo lejos.

Confundido, nuestro protagonista dejó la libreta en el suelo levantándose de golpe, esperando que aquella voz a lo lejos volviera a hablar.

- ¡A que no me atrapas! -dijo esta vez la extraña voz.

Las mejillas se sentían húmedas, los árboles junto con los arbustos se empezaron a ver borrosos. Con lágrimas impidiéndole ver empezó a correr por donde provenía la voz del pequeño.

- ¡Lucifer! -gritó desesperado- ¡Aquí estoy!

- ¡Lento! -dijo con burla "el niño".

El azabache corrió y corrió por quién sabe cuanto tiempo, sus piernas ya no daban más, sentía que corría en círculos y nunca llegaba a el. Derrotado cayó al suelo, rompiendo en llanto mientras que la voz no paraba de llamarlo.

- ¡Déjame en paz! -gritó al aire- ¿¡Qué quieres de mí?!

No hubo respuesta, solo el silencio y el cantar de los pájaros, las ramas se movían provocando un sonido relajante.
Pero un crujir se escuchó, alarmando al jóven, aún con la vista borrosa miró a su alrededor, con miedo por lo que sea que esté entre los árboles, esperando para atacar.

- ¿Draegan? -preguntó una voz.

Un niño. Un niño perdido.

- ¿Luke? -preguntó esté secando las gotas saladas derramadas- ¿Que sucede pequeño?

- Te escuchamos gritar desde el campamento y... Nos preocupamos por tí, sabes que yo y los demás te queremos como un hermano mayor.. -confesó Luke jugando con sus pequeñas manos.

- Ah.. -respondió Draegan- Lo lamento mucho, pensé... Pensé haber escuchado a alguien llamarme, no es importante pequeño. -dijo fingiendo una sonrisa.

- Okey.. -Luke sonrió- ¿Podemos ir al campamento? ¡Quiero que me enseñes a dibujar como tú!

- Está bien, te enseñaré a dibujar como yo..

Con ayuda del pequeño se levantó del suelo, viendo como en sus rodillas habían raspones iguales a los del primer día Qué recuerdos pensó el mientras sonreía.

- ¡Jugemos a las traes mientras vamos al campamento! ¿Quieres Hermano? -preguntó inocente el niño.

¿Me dijo... Hermano?
Sorprendió por como lo llamó el niño, aceptó su propuesta, con una enorme sonrisa el niño tocó la mano de su mayor soltando un "¡Las traes!" Entre risas.

Otra vez, empezó a correr entre los árboles, educhando la risa del pequeño que de vez en cuando miraba para atrás, asegurándose que el mayor lo seguía.

- ¡A que no me atrapas! -gritó Luke corriendo más rápido.

Olvidándose lo que sucedió minutos atras, nuestro adolescente favorito sonrió persiguiendo al niño, diciendo que era el mounstro de las cosquillas, tal y como lo hacía con Lucifer.

. . .

Desde el comedor se podían oir las voces adultas discutiendo, necesitaban tener un buen plan para poder rescatar al hermano del pequeño, el cual se encontraba en el comer jugando con su peluche, mientras que la dulce Belle le preparaba algo de comer y el joven Henry jugaba con el.

- Aquí tienes mi vida, un rico pastel de fresas y leche tibia -dijo la dulce mujer dejando las cosas en la mesa.

- Gracias -dijo por fin Lucifer.

Henry y Belle se miraron a los ojos sonrientes, habían logrado que el niño hablara, puesto que cuando se despertó no pronunció nada, ni siquiera los miraba, solo jugaba con su peluche u observaba el lugar atraves de la ventana.

- ¿Quieres algo más cariño? -preguntó suavemente Belle.

- No gracias -dijo el niño enfocado únicamente en el plato.

La castaña miró al adolescente que tenía junto a ella, esperando que dijera o propusoera algo para distraer al niño de tanto griterío en la sala.

- Hey Lucifer -llamó Henry- ¿Te gustaría dar un paseo después de terminar el pastel?

El pequeño dejo el tenedor, pensando si aceptar o no la salida sugerida por el chico. Luego de pensar, decidió aceptar, ya le estaba molestando tantos gritos, quería salir de ahí e ir con su hermano.

- Está bien -respondió dándole un sorbo a la leche tibia.

- Si quieres podemos ir a la biblioteca y leer todos los libros que quieras -propuso Belle con una sonrisa.

- No me gustan los libros de las biblitecas, yo traje el mío propio.

- ¡Wow! ¿Podemos saber cuál el?

- Peter Pan -dijo terminado la leche tibia.

Belle y Henry se miraron sorprendidos, ahora entendían porqué el humor de Emma y su insistencia en decirle al niño la verdad. Aunque sea muy poco creíble, el personaje favorito de Lucifer había secuestrado a su hermano, y no era bueno como lo decía en los libros, el era el villano.

Allí quedó la conversación, la adulta junto con el adolescente se levantaron de la mesa para ir a dónde había tanto ruido, ahora que ya entendían podían decidir también.

- ¡Hay que decirle la verdad! -exclamó Emma mirando a todos los presentes.

- ¡No podemos Emma! ¡Entiéndelo! -le contestó Regina.

- Yo digo que hay que decirle -comentó Belle- Hay que decirle al pobre niño la verdad, ppr más que sea poco creíble para el... Merece saber la verdad sobre su hermano.

Todos miraban a la mujer de sonrisa humilde, aún debatiendo internamente si decirle o no a Lucifer sobre el Peter Pan villano.

- Nadie de ustedes lo hará -habló Killan caminando hacía el comedor- Yo soy el padre de su hermano, se lo diré con mis palabras y de la forma más suave posible.

Con tan solo un paso pasó hacía la otra habitación, viendo como el niño estaba sentado en una silla frente a la ventana.

- Lucifer, pequeño... -llamó el pirata- Ven un momento.

El azabache menor se bajó de la silla, sin dirigirle la miraba se acercó a el, esperando a que dijera algo.

- Mira pequeño... Esto es difícil ¿Sí? -dijo tomando aire- Tu conoces a Peter Pan ¿No? -el niño asintió- Bueno... El tiene a tu hermano, pero no el Peter Pan que tu conoces, es uno malo... Muy malo.

- ¿Le hizo algo a mi hermanito? -preguntó con los ojos llorosos.

- ¡No, claro que no! -respondió de inmediato- El está bien, pero tiene prisionero a tu hermano, así que hay que ser fuertes ¿Si, pequeño?

- Okey... Pero.. ¡Prométeme que traeras a mi hermanito! ¡Y que nos vas a cuidar!

- Te lo prometo pequeño.




𝐦𝐢 𝐧𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞 𝐞𝐬 𝐏𝐞𝐭𝐞𝐫 ᶠᵃⁿᶠⁱᶜ ʳᵒᵇᵇⁱᵉᵏᵃʸDonde viven las historias. Descúbrelo ahora