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Beomgyu llevó a Yeonjun a una cafetería cercana en la cual trabajaba su mejor amiga.

Al entrar el ambiente hizo que Yeonjun se sintiera cómodo, el lugar era realmente lindo, el contraste entre el clima afuera y el calor de la cafetería le pareció encantador, era la primera vez que sentía algo como eso, se sentía mucho como un humano.

Buscaron una mesa notando que la cafetería no estaba tan llena, por lo que la amiga de Beomgyu pudo sentarse con ellos.

—Beomie— una chica rubia muy bonita abrazó por la espalda a Beomgyu.

—Jinnie, ¿como estas?—el pelinegro le respondió a la chica con voz dulce.

—muy bien, ¿quien es este chico?— dijo ella viendo a Yeonjun quien los miraba atentamente, se notaba su linda amistad.

—oh, soy Choi Yeonjun— la chica le dio su mano y el la estrechó.

—Shin Ryujin, un placer— ella le sonrió y el hizo lo mismo.

—me lo encontré en la calle y decidí adoptarlo— dijo Beomgyu.

Ryujin comenzó a reir y Yeonjun le explicó que había ayudado a Beomgyu.

Después de hablar un rato y que se conocieran un poco más Ryujin tuvo que irse a seguir trabajando.

—ella es agradable— dijo el angel.

—la mayoría del tiempo— dijo Beomgyu mirando a Yeonjun.

—¿ella es tu única amiga? Se ven muy crecanos— dijo el angel.

—no, tengo muchos más amigo, de hecho, mañana me reuniré con algunos de ellos y si quieres podrías venir— Beomgyu vió la oportunidad perfecta para seguir conociendo al chico.

—claro, ¿puedo llevar unos amigos?— Beomgyu asintió tiernamente con la cabeza y le dijo que si.

—entonces dame tu número y te enviaré la dirección y la hora— dijo el pelinegro sacando su celular.

Por supuesto que Yeonjun tenía celular, gracias a los querubines que le dijieron que era algo esencial para parecer humano.

—si, puedes agregarlo— le dio su celular ya desbloqueado y Beomgyu agregó su número.

—entonces nos vemos mañana Junnie— se paró de la silla y le dejó un beso en la mejilla.

A pesar de estar sorprendido Yeonjun no dijo nada y solo se fué, las cosas le estaban saliendo bastante bien.

. . .

Al salir de la cafetería Yeonjun se encontró con CB, le pediría que lo acompañara a ir con Beomgyu.

—Chan, ¿como estas?

—bastante bien, ¿encontraste algún demonio?— Chan le preguntó curioso.

—no creo, aunque puede que si, realmente no se como identificar un demonio— dijo Yeonjun un poco apenado por no lograr su objetivo.

—no te preocupes, aún tenemos bastante tiempo— Chan le dijo sonriendo.

Yeonjun dudaba si sería buena idea decirle sobre la invitación que hizo Beomgyu, después de todo ellos estaban allí por los demonios y no para estar con humanos, pero ya había aceptado y por eso le dijo.

—Chan, ¿podrías acompañarme a un lugar mañana?— dijo Yeonjun tímidamente.

—claro, ¿a donde?— dijo Chan intentando darla más confianza a Yeonjun.

—hace un rato ayude a un chico y el me invitó a una reunión, no quería ser grosero y por eso le dije que si, necesito que me ayudes, ¿podrías?

Chan lo estaba procesando, su amigo definitivamente era estúpido, a quién se le ocurre aceptar invitaciones de desconocidos, al parecer solo a Yeonjun.

—creo que te acompañaré, ¿donde será?— el no estaba del todo seguro en ir, pero no dejaría a su amigo solo, Yeonjun le pasó el celular con la dirección y el hizo caras recordando donde era.

—esto no queda tan lejos, ¿te molestaría que fuera Kai?

—no, Beomgyu dijo que puedo llevar amigos— le respondió recordando al chico.

—¿Beomgyu?— preguntó Chan con curiosidad.

—el chico que me invitó— los ojos de Yeonjun brillaron al pensar en el chico lo hacía sentir extrañamente alegre.

—bien, debemos volver.

Pasaron algunas horas después de la conversación de Yeonjun y Chan, ambos volvieron al lugar que sería su residencia durante el tiempo que estarían en la tierra, había angeles por todos lados.

En ese edificio a las afueras de Seoul tenían todo lo necesario para vivir; comida, agua, ropa y otras comodidades.

Yeonjun siempre se había preguntado ¿por qué si son angeles tienen las mismas necesidades que los humanos? Nunca le había hecho esa pregunta a alguien más, tal vez la dejaría para si mismo, o tal vez quién menos lo esperaría se la respondiera.

Take me to the hell | YeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora