Escena 1

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Es sábado por la mañana en cierto estudio de Londres se ha concluido la grabación del último capítulo de la primera temporada de la afamada serie de Kuroshitsuji, augurando una secuela en pocos meses, con el éxito de los capítulos que se habían transmitido semanalmente era muy seguro que hubiera continuación.

El elenco junto al equipo de trabajo tras cámaras con emoción se esmeraban en grabar esa última escena, habían sido meses de esfuerzo por parte de todos, eso se veía reflejado en la aceptación de sus fanáticos que ayudaron a popularizar la tan aclamada serie. La historia sobre el demonio que figura como mayordomo del joven conde Phantomhive, quien le dará su alma a cambio cuando cumpla su venganza.

Al principio fue un poca controvertida la aceptación por parte del público, muchos acusaban la serie de incitar a los niños al ocultismo pero a pesar de las críticas de ciertos grupos la serie sobresalió por su trama innovadora. Criticas y elogios todo era bien recibido por los productores que habian apostado a la serie. Se escucharon los aplausos de todos en el set cuando el director del capítulo afirmaba que la grabación de esa última escena, aquella en la que Sebastian queda a pocos centímetros del rostro de Ciel para devorar su alma, así me marcaba el final de esta saga.

Ciel sonrojado al tener a Sebastian cerca aplaudía con disimulo mientras desviaba la mirada, Sebastian ignorando el bochorno de su joven compañero de escena daba un suspiro mientras se acomodaba la corbata. No era la primera escena en la serie en que sus rostros estaban tan cerca a tal punto que parecía insinuar que se daría un beso entre ellos, para Sebastian era algo normal en su carrera como actor, así que no le alteraba en ningún modo. Era consciente de que este tipo de escena era del gusto para ciertas fanáticas y los directivos les complacía cumplir sus fantasías. .

-Por fin podremos darnos un descanso -Animado Sebastian hablaba al joven a quien le ofrecía la mano para que se levantara de ese asiento que simulaba ser de piedra.

-Si... Por fin a descansar - En un murmullo respondía mientras aceptaba el gesto amable de este se levantaba de su asiento. No podía evitar pensar que su coprotagonista era un encanto de hombre, tan amable para con todos sobre todo con él, mientras molesto pensaba que también lo era con las mujeres atractivas.

-¿Qué harás en estas pequeñas vacaciones? ¿Volverás a la escuela?

Preguntó el mayor interrumpiendo sus pensamientos cuando se encaminaban a sus camerinos, a cada pasi recibían las felicitaciones por parte de sus compañeros de trabajo en ese set. Ellos con modestia aceptaban con una amable sonrisa las felicitaciones.

-No creo... Estoy bien estudiando en casa ya con el internet todo es más sencillo. ¿Y tú qué harás?

-No sé tal vez haga un pequeño viaje a mi ciudad y pase unos días ahí o solo me quede a dormir en mi lujoso departamento por unos días.

Ambos tenían una amistosa y admirable relación, sus personalidades como la de sus personajes se complementaban bien obviamente en un nivel humano normal, nada de amo-mayordomo o contratista- demonio.

-¿Irás en la noche a celebrar lo del último capítulo? Espero que tus padres te den permiso. -Decía Sebastian cuando salían del set y llegaban a la puerta de sus camerinos.

-Si me dieron permiso claro hasta cierta hora, todavía soy menor de edad. Ya sabes.

El menor murmuró resignado con desgano, ser un niño actor era complicado no podía disfrutar de la fama a gusto pensaba con amargura.

-Bueno, Ciel... Nos vemos en la noche.

-Sebastian... Dilo una vez más.

El mayor desvío la mirada ante la petición del joven que estaba al pie de la puerta de su camerino, enseguida esbozó una sonrisa. -Dilo apropiadamente, joven amo.

Cuando nadie nos ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora