Escena 5

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Su idílico romance daba inicio después de ese pequeño malentendido, así les quedaba una graciosa anécdota que recordar de sus primeras horas juntos, ambos desayunaban tranquilamente en la mesa de la cocina de esa casa ajena. Sebastian sonreía sutil mientras bebía un sorbo de su amargo café al ver como tomaba leche chocolatada el hermoso joven que ahora figuraba en secreto como su novio.

—Eres muy lindo… Solo verte es mi mejor  medicina para quitarme este dolor de cabeza. —El mayor embelesado le halagaba casi poéticamente para provocar que su rostro se ruborizara a propósito y así resaltar más su belleza, pensaba con una especie de tierna malicia.

—Dices esas cosas a propósito… —En un refunfuño Ciel reprochaba tratando de no sonrojarse más ante tan lindo y repentino comentario, no era tanto por las palabras que a sus oídos llegaron sino por la suave tonalidad de su voz que combinaba perfectamente con la mirada cálida que le regalaba— Eres un fastidio.

Le regañaba con fingida molestia volvía a beber un sorbo de su leche chocolatada para disimular así este bochorno.

—Sebastian ¿Qué haremos después de desayunar?

—No sé… Tener sexo desenfrenado —Le respondió con aparente seriedad empezando a reir al notar su reacción— Deberías ver la cara que hiciste.

—Es que dices esas cosas tan a la ligera… Es vergonzoso.

—Tener sexo con tu novio es normal. ¿Por qué te avergüenzas?

Ciel desviaba la mirada al oír esa aclaración el no tenía experiencia en estos temas, con el trabajo a tiempo completo y los estudios apenas si tenía tiempo para tener amigos por eso el único a quien consideraba como verdadero amigo era Sebastian y se termino enamorando de él. Ante este último pensamiento sus labios esbozaron una sonrisa aún le parecía irreal que ese hombre joven frente suyo ya no solo fuera su amigo sino algo más. Todavía eran amigos solo con ciertos privilegios de enamorado como el de rozar sutilmente los labios entre si con cariño y tomarse la mano sobre la mesa al desayunar como lo hacian ahora.

—Lo que dije antes fue una broma y ya que salió el tema quería hablar contigo al respecto.

—Dime… —Un poco intrigado Ciel le decía mientras lo miraba fijamente.

—Respecto al sexo… —Dijo como respuesta en un murmullo, el otro joven seguía viéndolo aún más intrigado— Quiero primero aclarar que tú me atraes mucho y soy sincero al decir que si te veo como mi pareja sexual en un futuro no muy lejano.

—¿Qué tratas de decir? No te entiendo ¿Puedes decirlo directamente sin tanto rodeo?

—Que aguardemos un tiempo prudencial para consumar en las llamas del placer nuestro amor. —En un tono dramático le aclaraba.

—Oh ya… No quieres tener sexo ¿No podías decirlo así de simple?

Murmuró entre avergonzado y molesto Ciel un tanto confundido también por la repentina aclaración que no pidió, internamente se cuestionaba el por qué de esta decisión. ¿Acaso algo en su actuar lo hacia parecer desesperado por sexo? No entendía si lo decía por ello pero se equivocaba si lo pensaba porque no era así, Sebastian le atraía mucho pero no en ese sentido, no todavía ya que apenas estaban empezando.

—Y no es por la broma de la mañana —Volvía a aclarar Sebastian al notar la confusión reflejada en la dulce mirada de su niño— Solo que… Puede sonar cursi pero quiero que nuestra relación sea basada en el vínculo perfecto del amor.

—Ya sabía que eres medio cursi pero no exageres.

Sebastian sonrío ante sus palabras burlonas, con un ademán de mano lo llamaba para que se acercara y se sentara en sus piernas. Con recelo el joven obedecía sentándose en sus piernas cual niño pequeño mientras recostaba la cabeza en su regazo sintiendo el latido de su corazón muy cercano haciéndolo suspirar así permanecieron en silencio unos segundos.

Cuando nadie nos ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora