Sebastian se notaba contrariado y confundido en la actual situación, ese niño a quien le había declarado sus sentimientos horas antes estaba a su lado compartiendo una misma cama esa mañana, para aturdirlo más, este parecía estar sin ropa aunque parte de su cuerpo era cubierto por las blancas sábanas; tenía miedo de averiguar si estaba desnudo o no. ¿Cómo pudo estar tan ebrio para olvidar algo tan importante? Se reprochaba internamente lleno de frustración viendo como sus propias ropas estaban también fuera de su cuerpo.
Sintió como Ciel empezaba a moverse sutilmente, al darse cuenta que abriría los ojos en cualquier momento fingió de inmediato seguir durmiendo pues no quería todavía enfrentarlo o más bien no sabía cómo reaccionar al verlo despierto. A la vez sentía como uno de sus delgados brazos lo rodeaba sobre su regazo apegándose cariñoso. El mayor pretendía dormir aunque no pudo seguir disimulando cuando involuntariamente su cuerpo reaccionó con un estremecer al sentir la calidez de ese dulce abrazo que le era regalado tan temprano esa mañana. Ciel aún entredormido se dio cuenta de su infantil farsa empezando a pellizcar sus mejillas para terminarlo de despertar.
—No finjas, ya sé que estás despierto…
Era lo que el joven le reprochaba en un puchero, con los ojos entreabiertos Sebastian lo contemplaba embelesado mientras sus labios esbozaban una sonrisa, Ciel era tan adorable, pensaba. Ese gesto suyo lo hizo olvidar por un momento de su anterior frustración pero a cambio sentía que le embargaba un extraño remordimiento. ¿Cómo decirle que no recordaba lo que anoche había pasado?
—Eres tan lindo… ¿Cómo haces para ser tan adorable? —Le halagaba en tono tierno mientras fijaba su mirada en su carita toda sonrojada, ahora que lo pensaba mejor no era absurdo que haya caído en la tentación de su encanto. Tal vez en su estado de ebriedad hizo lo que sobrio no se hubiera atrevido a hacer aún a pesar de esta breve sensación de reconforte sabía que no era correcto lo que haya pasado.
—No digas esas cosas… —Apenado Ciel refutaba, a pesar de su reproche rozaba sus labios tomando la iniciativa en recibir un beso de buenos días.
—Debo irme… No quiero que se dan cuenta que pasamos la noche juntos. —Entre besos susurraba Sebastian a su oído abrazándolo a pesar de la confusa situación era tan agradable sentirse tan cerca de su pequeño compañero de trabajo de esta forma, la calidez de su presencia era capaz de disipar momentáneamente cualquier miedo.
—Sería muy malo si lo supieran ¿No? —Insinuaba el joven con una sonrisa— Fue una noche maravillosa ¿Verdad? ¿O ya estás arrepentido de lo que hicimos?
—No, nunca me arrepentiría de cada minuto a tu lado ni de lo que sucedio anoche fue una hermosa velada.
—Una noche inolvidable.
Sebastian decidió no confesarle la verdad, no ahora al verlo tan ilusionado y feliz, al menos él recordaría esa noche como un preciado tesoro en su memoria, sentía su abrazo lleno de emoción, abrazo que torpemente correspondía.
—¿Sucede algo? Sebastian te ves pálido. —Ciel preocupado le cuestionaba al notar como su piel palidecía un poco, tocando su frente con la suya percibía que sudaba fríamente. Al parecer se había enfermado.
—Es solo la resaca… Me duele la cabeza y tengo náuseas, es normal nada de que preocuparse, un buen café y se me pasa. —Le hablaba al darle un beso en la frente lleno de un cariño devoto e inocente a manera de una despedida momentánea— Será mejor que me vaya.
El joven aceptaba esta despedida sin refutar dándole un beso en la mejilla prometían volver a verse en unos minutos en la cocina, observando como salía semidesnudo de la habitación se levantaba de la cama con sus pantalones puestos sonreía perversamente.
ESTÁS LEYENDO
Cuando nadie nos ve
FanfictionEn los estudios donde se realiza la famosa serie "Kuroshitsuji" muchos sucesos ocurren tras las cámaras... La historia que no captan los espectadores puede resultar más complicada e interesante que la ficción.