Capitulo 3

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No sabía con exactitud que estaba a punto de hacer pero en este momento nada me importaba ni quien era él, ni quién soy yo. Me olvide de todo.

Cuando nuestros labios empezaron a rozarse el sonido de una canción interrumpió nuestro “Momento”.

Di un pequeño respingón al igual que él. Parecía que esa canción provenía de su iPhone ya que se levantó a la velocidad de la luz y contesto la llamada.

La canción que tenía de tono es una de Calvin Harris creo que se llama “Under Control” la he escuchado por que a Aiden le encanta las mezclas de Calvin Harris a mí también me gustan pero esa no es mi favorita, aunque no puedo negar que cuando escucho Under Control mi cuerpo pide a gritos que comience a bailar.

Esperen un momento…

Aiden.

Me había olvidado por completo de mi familia ¿Cómo estarán? ¿Buscándome? ¿Matando miles de Británicos para recatarme? A decir verdad ni si quiera sé cuánto tiempo llevo aquí, tendré que preguntárselo a Míster Ojos después de que termine con su llamada por supuesto.

Vi como ojos hermosos (Si lo sé, le tengo muchos apodos. ya que no sé aun su nombre) Comenzaba a caminar hacía la puerta mientras hablaba por teléfono, cruzo la puerta pero la dejo abierta.

Solté el aire que sin darme cuenta estaba reteniendo.

Me palme la frente una y otra vez con mi mano recordando el “Momento” en el que casi nos besamos. Esto no es correcto para nada, todo lo contrario estaba jugando con fuego que digo jugar, si ya me estoy quemando con fuego, no sé porque pero no puedo resistir ver sus ojos, y ese es el problema, sus ojos.

Sus ojos me hipnotizan, me petrifican y me hacen solo verlo a él y sus cautivadores ojos, sus labios, su cuerpo pero sobre todo sus ojos.

Volví a pegarme en la frente con la palma de mi mano otra vez estoy quemándome.

Soy una estúpida, una estúpida, una idiota y estúpida -  Me repetía a mí misma varias veces.

Él es mi enemigo, yo soy su enemiga y nuestras familias se odian a muerte.

Tengo que luchar con lo que sea que me está sucediendo con ese chico antes de que las cosas vayan a otro nivel.

En vez de estar aquí como una idiota debería intentar escapar, pero el dolor que se expandía por mi costado era cada vez más insoportable. Nunca pensé que un impacto de bala doliera tanto.

Me estaba levantando lentamente de la cama dejando encima de la cama el libro de Correr O Morir y me pare, aunque la dicha no duro mucho ya que tropecé con mi propio pie y caí al frio suelo de cerámica negra que había en esa habitación. No pude evitar soltar unos gemidos de dolor, y unas cuantas lágrimas se empezaron desramar por mis mejillas ¿Qué demonios? Yo nunca lloro. Con mi mano derecha seque algunas lágrimas y con mi mano izquierda presione en mi costado derecho mientras seguía gimiendo de dolor, me empecé a retorcer en el piso por el fuerte dolor, intente pararme pero no funciono.

Mierda.

Mierda.

Y más mierda.

Seguía soltando todo tipos de maldiciones por ser tan torpe por primera vez en tres años y por no poder pararme hasta que míster ojos entro en la habitación con una bandeja en sus manos.

Su mirada se posó en la mía y puso la bandeja en la mesa de noche que quedaba al lado derecho y se gacho y me cargo en sus brazos para luego acostarme en la cama con cuidado mucho cuidado como si yo me fuera a romper en miles de pedazos. Acomodo un par de almohadas en mi cabeza y otro par en mis pies para que se mantuvieran elevados.

Tiempo Para Matar ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora