Capítulo 11

100 8 7
                                    

Salgo del despacho y mientras camino por los largos pasillos saco mi celular, reviso si tengo alguna llamada o mensaje importante. Nada.

Lo único que tengo son notificaciones de Facebook, mensajes de WhatsApp de personas que no me interesan y seguidores nuevos en Twitter, Pinterest y Tumblr. Como he dicho, nada.

Entro a mi cuarto y dejo mi celular en la cama, me desvisto y entro al cuarto de baño.

(***)

Después de darme una muy buena ducha y lavar muy bien mi mejilla salgo de la bañera.

Del armario saco una blusa negra de tirantes, que me llegaba al ombligo y un Jean claro, unos botines cafés y por ultimo una chaqueta negra.

Me dirigí al tocador y me maquille con polvo, base y delineador negro. Luego, me eche la colonia y labia rojo. Desenrede mi cabello me hice una coleta alta. Me dirigí de nuevo a mi cama y tome mi celular.

<< ¿Podemos hablar en la cafetería de la vez pasada? ¿Si? Gracias, nos vemos allí en 15 minutos. Se puntual. >>

- EB

Le di enviar y cogí un bolso de mi perchero, allí guarde mi celular, mi cartera con efectivo y tarjeta de crédito, un polvo para la cara y mi labial rojo. Tome las llaves de mi camioneta Ford y salí de mi habitación.

Mientras caminaba por los pasillo me encontré con Aiden, hace días que no lo veía, creo que estaba en San Diego por cuestión de "Negocios"

Este se paró frente a mi evitado que continuara con mi camino.

— Oye... — Protesto.

Miro sus ojos y sé por su mirada que quiere explicaciones.

— Primero que nada... ¿A dónde vas? — Cuestiona.

De todos los benditos días de la semana, justo tuve que encontrármelo hoy a mitad del pasillo. Rodé los ojos y bufo. Él es tan dramático y sobreprotector.

— A comprar unos libros ¿Por...? — Soy un genio, no hay mejor excusa para mí, que decir que saldré a comprar unos libros. Todos en esta casa saben que me encanta leer.

Me encanta leer, mi primer libro fue La Culpa Es De La Vaca II Era un libro que encontré en el escritorio de Robert y me encanto, lo leí en una semana cuando tenía 11 años, y desde entonces no paro de leer.

Aiden alza una ceja.

— Y ¿Por qué mejor no lo ordenas desde internet? — Oh no, ya empezó.

Aiden siempre saca algo para que yo caiga en su trampa o mejor dicho en mi mentira.

— Ay no, Aiden hablamos luego ¿Si? — Me hago campo y paso.

Escucho como Aiden protesta pero, no le hago caso y continúo con mi camino. Debo salir rápido de aquí antes de que él descubra mi mentira. Miro mi reloj de mano, perdí ocho minutos con el idiota de mi hermano. Suspire.

Llego al estacionamiento y me subo a mi camioneta Ford, miro mi mercedes.

— Lo siento amor... Pero hoy le toca a mí Ford. — Digo dramáticamente a mi mercedes.

Quien me viera pensará que estoy loca por hablarle a un auto, lo cierto es que yo amo a mis autos, los amo más que a la Nutella.

Sacudo la cabeza y enciendo la camioneta, salgo del garaje y luego de la mansión.

En la radio comienza a sonar la canción I Know You. Le subo a la radio y comienzo a tararear mientras conduzco.

En 10 minutos llego a mi destino y estaciono el carro, me bajo de él y luego le pongo la alarma. Camino hasta ver a un impaciente Nicholas. Sonrío para mis adentros.

Tiempo Para Matar ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora