Capítulo 9

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Nicholas Borro su sonrisa del rostro, ahora estaba completamente serio, como si lo que fuéramos hablar es algo de profesionales y personas maduras. No lo veo ni molesto ni feliz, tiene un estado neutro.

— ¿Ya no estás en la organización de tu familia? — Él me miro a los ojos, pero yo esquive su mirada. Si hay algo que me ponga nerviosa es el contacto visual, y más cuando estoy contando algo importante.

— Exacto. — Tenía mi vista clavada en un auto que estaba estacionado detrás de Nicholas.

De repente mi celular suena, lo saco de mi bolso de cuero y le hago una señal a Nicholas para que me de espera ya que, atenderé la llamada de quien sea que estuviera llamándome.

Conteste sin mirar quien era.

— ¿Hola? — Dije a través del endemoniado aparato.

No tengo nada en contra de la tecnología pero, creo que cada día nos volvemos esclavos de un aparato sin vida, que nos quita momentos esenciales con las personas que queremos, ahora la moda es estar comiendo mientras revisas tu celular o computador.

— Hola hermanita ¿Para qué quieres que nos veamos? Y ¿Para que llevo todas las cosas de valor? — la voz de Aiden sonó.

Suspire.

— Aiden, luego te explico ¿Quiere? Justo ahora estoy ocupada, solo has lo que te dije. Te envío la dirección luego. Besos. — Colgué antes de que él pudiera replicar.

Mire de nuevo a Nicholas que me miraba como queriendo hacer un hoyo en mi rostro, su mirada no me afectaba en lo absoluto.

— ¿En que estábamos? — Pregunte. Necesito salir de aquí rápido o matarlo, una de dos. Creo que la segunda no suena tan mal, si tan solo mi mano no se negara a jalar en puto gatillo cuando le estoy apuntando, todo sería más fácil.

Él me siguió mirando de esa manera tan intensa, una manera tan profunda e interesada que me estaba poniendo nerviosa, odio que me miren fijamente por tanto tiempo.

Gracias a Dios dejo de verme a mí, para hacerlo detrás de mí.

— ¿Te parece bien si hablamos en otro lugar? — Pregunto — ¿Un restaurante o una cafetería? — Volvió a preguntar.

Yo creo particularmente que él cree que soy estúpida. Ni loca me iré con él a algún lado donde pueda hacerme una trampa. Primero lo mato.

— Ni loca voy contigo sola, sea donde sea. — Me cruzo de brazos, lo miro y le sonrío.

Él también me sonríe.

(***)

Miro a través de la estúpida ventana del Audi negro del idiota de Nicholas. Ni yo misma sé cómo es que fui tan boba como para terminar aquí en su auto con él, para ir a una "Cafetería". Claro, lo que hará es llevarme a mi tumba.

Excelente idea estúpida, tu misma has buscado tu muerte hoy. Y ni siquiera nos hemos despedido de Aiden. Idiota.

Espanto las palabras de mi subconsciente y me concentro en ver los árboles que vamos rebasando a medida que avanzamos. El silencio en el auto no es incómodo, pero me desespera, nunca he amado el silencio. El silencio trae lo peor, las malas noticias, el miedo, etc. El silencio me recuerda a las películas de terror, me hace pensar que en cualquier momento estaré muerta a causa de un muñeco diabólico, o en este caso de un modelo diabólico.

¡Se supone que no debes pensar en eso!

En fin, el caso es que necesito romper este terrorífico silencio.

Tiempo Para Matar ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora