Capítulo 5

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Mi padre me miraba sorprendido, preocupado y furioso, tenía su ceño fruncido y sus labios en una fina línea, estaba molesto y se le notaba a kilómetros, sus ojos verdes estaban oscuros y con ellos miraba como si fuera a matar con ellos, es más que obvio que ese alguien soy yo.

- ¿Me puedes decir dónde estabas? - Pregunto Robert molesto haciendo que todo rastro de preocupación o sorpresa desaparecieran.

- ¿Me puedes decir por qué estás tan molesto? - Respondí con otra pregunta. Soy de las que odia que respondan con otra pregunta pero cuando yo lo hago lo amo.

Mire a mi padre, me fulminaba con la mirada para segundos después relajar su mirada y destensarse. Ahora me mira como siempre lo hacía, como un padre mira a su hija.

- Emily, por favor siéntate en el sofá - Dijo mi padre indicándome con la mano el sofá donde minutos antes el animal de Aiden me tiro. Yo sin rechistar le obedecí, al fin y al cabo es mi padre ¿No? Y no olvidemos que también es mi "Jefe" así que tengo que hacer lo que me digas. - Quiero que por favor me expliques que te paso. - Parcia calmado, pero yo lo conocía como mi dedo anular, sé que solo se está conteniendo y que en cualquier momento explotara.

- Estuve... Ya sabes... - Trague saliva. Si le dio la verdad no sé cómo reaccionara, tal vez me culpe a mí o tal vez se lo tome a bien, Aunque es más posible que ocurra la primera. - De vacaciones. - Dije al fin.

- De vacaciones - Repitió haciendo énfasis. Parece que lo repite para haber si tal vez se lo creía. - Con que de vacaciones. - Dijo esta vez con los ojos abiertos exageradamente y con un tono un poco irónico.

Los ojos de mi padre brillaban de la rabia que tenía, mientras que mi estúpido hermano sonreía.

- Oh mierda deja de hacer énfasis con esa puta palabra. - Le dije a mi padre con un tono de voz firme.

- ¡ENTONCES DEJA DE MENTIRME MALDITA SEA! - Me grito furioso.

Me grito

ME GRITO

ME. GRITO.

- ¡A mí no me grites! - Dije levantándome del puto sofá mientras le hablaba en un tono de voz duro, no era un grito pero por nada y lo era - Y si no me crees allá tú... - Dije más calmada.

- No somos estúpidos... - Dijo Robert cruzado de brazos con su maldito tono de voz serio. - Dinos la verdad.

Ya me estaba hartando.

- De acuerdo ¿Quieren la verdad? - Ambos asintieron. - Bueno, aquí va - Suspire. Necesito una excusa rápido - Me dispararon aquella noche, la última noche que te vi Aiden. - Los rostros de ambos se tornaron blancos como el papel - Pero no alcanzo a hacerme nada, gracias a Dios hui antes de que me matara y como no los quería preocupar me quede un hotel hasta que me recupere y cuando lo hice decidí volver. - Los mire. Ambos me miraban con preocupación - Lo siento - Dije fingiendo ternura e inocencia.

Dios, me merecía un Oscar por ser tan buena fingiendo. ¿Qué les puedo decir? Son años de práctica.

- Oh mi Emily... - Dijo mi padre acercándose - Ven aquí - Dijo y me extendió sus brazos, obviamente lo abrace - Discúlpame hija... - Dijo y yo lo abrace más fuerte.

Aiden me miraba frunciendo el ceño y con una mirada acusadora de "Mentirosa" eso es lo malo de que Aiden me conozca más que mi madre, él siempre sabía cuándo mentía y cuando no.

1 hora más tarde...

Me encontraba en mi habitación, con mi portátil entre mis manos mientras yo estaba en mi cama sentada. Estaba revisando mi Facebook hasta que alguien entro en mi habitación.

Tiempo Para Matar ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora