IX

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Que Miriam rechazara la oportunidad de venir a mi casa el jueves me dejó un poco ploff, la verdad. Después pensé que todo lo que había pasado esa noche era a causa del alcohol, y que las intenciones que había visto en ella seguramente serían producto de la bebida.

Pero no perdí la esperanza, porque eso es lo último que se pierde.

Así que cuando le dije a Magalí que necesitaba un cambio de horario, y me dijo que tendría que entrenar con compañía, no dudé ni un segundo en aceptar al saber de quién se trataba.

Tener a Miriam a escasos metros de mí haciendo ejercicio toda concentrada y sudando la gota gorda... Seré masoca, pero no puedo perder una oportunidad como esa.

Y la invitación a la panadería de Agoney es un clásico. Ella ha salido encantada y seguramente repitamos.

-¿Has tenido una cita?- dice Ricky cuando entro por la puerta de su piso a la hora de comer. Se ha fijado en la caja de la pastelería y sabe que suelo llevar ahí a mis citas, aunque desgraciadamente Miriam no lo es.
-No.
-Ya, ya...- dice riéndose por lo bajo.
-Encima que te traigo mis dulces para compartir...- me quejo.
-Bueno, bueno.- acepta desviando la conversación.- ¿Le echo atún?- pregunta ahora removiendo la ensalada.
-Como quieras.- me quito la chaqueta y la dejo encima del sofá.

Comemos tranquilamente viendo un programa de mediodía en la tele. Y después de recoger los platos nos sentamos en el sofá con la intención de hacer una mini siesta. Cosa que no llega a pasar en mi caso porque recibo un mensaje y me quedo con el móvil durante un rato.

Miriam
me encantó lo de esta mañana
me has descubierto un sitio increíble!
espero repetir pronto

por mí genial
pero te toca a ti elegir el sitio
y tienes el listón alto😉

entonces cuando quedamos?
esta semana?

creo que sí puedo
pero esta tarde lo hablamos

valee
pues nos vemos en un rato

hasta luego reina

Me quedo un rato pensando. ¿Qué me está pasando con Miriam? ¿Acaso me empieza a gustar y por eso quiero pasar tiempo con ella? ¿O estoy buscando una oportunidad como la del jueves para resolver la tensión entre nosotras?

Sea como sea no le doy más vueltas porque la alarma del móvil que Ricky ha puesto suena y él se despierta.

Nos vamos a plató, a la grabación de las cuartas audiciones. Entre lo que tardo en vestirme y maquillarme no consigo coincidir con la gallega antes de empezar el programa, y eso que nuestros camerinos están juntos.

Nuestras miradas se cruzan por primera vez desde esta mañana al entrar a plató tras mis compañeros. Ella, que está en el escenario presentándonos, me dedica una amplia sonrisa que yo por supuesto le devuelvo.

Noto varios gestos y miradas por su parte y yo no hago otra cosa que seguirle el juego durante toda la grabación. Y es Rafa quien se da cuenta.

-Mimi.- me llama mi compañero entrando en mi camerino una vez hemos acabado.

Viene a abrazarme por la espalda y me mira por el espejo. Yo espero en silencio a que empiece con su interrogatorio.

-¿Qué tal el programa de hoy?- empieza.
-Bien, ya me he gastado mis pases directos, me he quitao' un peso de encima...
-Ya... ¿y Miriam?- dice mirándome fijamente a través del espejo.

A veces siento que Rafa es como la serpiente de El libro de la selva, que te atrapa e hipnotiza con la mirada cuando quiere saber algo. No me importa, porque es mi amigo y lo conozco de hace mil años.

-¿Qué?
-No sé, eso quiero saber, ¿qué os pasa?- dice despacio.
-Nada, ¿qué nos tiene que pasar?
-No sé, las he visto muy...- hace gestos con sus manos que no consigo descifrar pero su sonrisa le delata.
-Nos llevamos bien.- digo sin contener mi risa.
-Ya, muy bien, ¿no?- se ríe él también.
-Sí, pero no imagines cosas porque no son.- me giro para mirarlo de frente.
-Pero te gustaría.- dice en bajo para que nadie nos oiga. Yo le miro unos segundos dándole a entender que muy mal encaminado no va. Me conoce bien.
-Sabes que te lo contaré si pasa algo.- él se da más que satisfecho con mis palabras y sale de la habitación para dejar que me cambie.

¿Acabo de confirmarle a Rafa que me gusta Miriam? ¿Me gusta Miriam? yo diría que sí, a estas alturas no puedo negarlo ya. Lo que no se es en qué punto estoy, y tampoco quiero liarla. Queda mucho programa por delante y mucho tiempo juntas, así que es mejor dejar que las cosas fluyan y ver cómo reacciona ella, no quiero precipitarme como la otra noche.

Salgo de mi camerino ya cambiada dispuesta a ir a ver a Miriam para concretar día y lugar de nuestra quedada. Pero algo en mi camino me interrumpe.

-Mimi.- dice una voz a mi espalda.
-Patri, ¿qué haces aquí?- le pregunto totalmente descolocada.
-Estoy grabando un mini programa para televisión española.
-Y...- digo sin acabar de entender, él se ríe.
-El plató está aquí al lado, me dejaron venir un poco a ver la grabación de The Dancer.- me explica sonriente.

Se acerca más a mí y me abraza. Yo me dejo hacer sin moverme demasiado, al fin y al cabo somos amigos ¿no?

En esas sale Miriam de su camerino. Yo me separo de Patricio para hablar con ella antes de que se vaya.

-Miriam.- digo cuando ella se va para no interrumpir.- Aún no me has dicho dónde quieres quedar.- digo sonriente.
-Bueno,- se acerca a mí- lo tengo que pensar, tengo el listón alto... ¿Cuándo puedes?
-¿El jueves?
-Vale, pues aviso ahora a Rafa y Miguel a ver si ellos también pueden.- a mí se me cambia la cara.

Miriam se va hacia la sala común sin decir más y yo me quedo ahí plantada con cara de tonta. ¿Y este cambio de planes? se suponía que íbamos a quedar solas, ¿no? Eso había entendido yo.

No es que me caigan mal mis compañeros ni nada parecido, es que se suponía que iba a ser un almuerzo las dos solas, lo más parecido a una cita que podíamos tener. Y ahora ha cambiado de planes.

Quizás lo de ir despacio y ver cómo reacciona ella es la mejor decisión, teniendo en cuenta que no veo nada que indique que yo le guste ni lo más mínimo.

Bailando con ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora