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No lo voy a negar: ver a Mimi con Don Patricio tan abrazaditos y tan monos no me ha hecho ninguna gracia.

Aunque ella me dijo que no tiene pareja, los medios llevan alrededor de un año sacando rumores sobre ellos. Y no es que yo me crea esas cosas, soy la primera que está en contra, pero hay fotos de ellos por la calle, paseando juntitos e incluso algún beso.

Yo no quiero meterme en la vida de nadie, cada uno con lo suyo. Pero la escena me ha molestado un pelín y no sé muy bien por qué. O más bien no lo quiero saber, porque el hecho de que Mimi me atrae no es ninguna novedad, pero eso es una cosa y otra es que me guste o algo así.

-Rafa,- digo llamando a su puerta entornada. Él hace un gesto con la cabeza para que entre.- ¿te parece ir el jueves a tomar algo?
-Claro, amor, ¿todos juntos?
-Sí, si puedes, claro.
-Sí, yo encantado, por la mañana ¿verdad?- yo asiento.- Okey.
-Voy a preguntarle a Miguel.- digo agarrando la puerta para salir.
-Ya se ha ido.- me avisa.- ¿Mimi sabe?- asiento de nuevo.- Pon un WhatsApp, si eso.

Hago caso a Rafa y pregunto por el grupo para ver si finalmente todos podemos quedar.

-Oye, ¿qué tal? ¿cómo te sientes con todo esto?- me pregunta inesperadamente mi compañero.
-Emm... bien, muy agradecida.- digo sin saber muy bien cuál es la respuesta que busca.
-¿Estás a gusto?
-Claro, el equipo es una maravilla y de los compañeros no tengo quejas.- digo riendo ante su sonrisa.
-Pues que sepas que estamos todos encantados contigo también. Es un placer tenerte con nosotros.- dice abrazándome.
-Ay, gracias Rafa...
-Aunque te confieso que a Mimi es a la que más ilu le hace que estés aquí.- dice con media sonrisa.- Os lleváis muy bien, ¿no?
-Sí, no nos conocíamos antes, pero sí.
-Es un encanto.- yo sonrío y asiento.- Cuida mucho de los demás pero no deja que la cuiden, así que nosotros que estamos cerca de ella tenemos que estar pendientes, ¿sí?- yo asiento.

Después de la mini charla con Rafa, algo desconcertante, me voy a mi camerino donde me encuentro con Ana.

-Miri, ¿qué tal?- dice al verme entrar dejando su móvil en la mesa.
-Bien, ¿cómo me viste?
-Estupenda, como siempre.- dice con una sonrisa mi amiga.- Pero a ti te pasa algo.- acierta. Yo me hago la loca.- Miri... ¿qué pasó?
-Nada, no se, Ana.
-¿Es por alguien que yo me se?- dice con media sonrisa.
-No empieces...
-¿Es por Mimi?- dice en un tono más alto.
-Shhh, ¡Ana!- digo cerrando la puerta.
-¿Qué pasa?
-¡Que te va a oír!- grito en un susurro.
-Bueno, ¿y qué hay con ella? ¿ya habéis quedado?
-No, osea sí, pero también con Rafa y Miguel.
-¿Por?
-Por que sí.
-¿No ibais a quedar las dos solas?
-Bueno, pero me apetece quedar con todos, ¿no puedo?
-Sí, claro, pero es raro que desaproveches una cita con ella.- dice con media sonrisa.
-No era una cita, y no lo va a ser.- Ana frunce el ceño ante mis palabras.
-Creí que te gustaba...
-Ella tiene otros intereses, al parecer.- digo molesta.
-¿Estás celosa?- se ríe.
-No tiene gracia, Ana.

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-Ey,- veo a Mimi asomada a la puerta y le hago un gesto para que pase.- creí que íbamos a salir solas.- dice señalando la conversación en el grupo en la pantalla de su móvil.
-Se me ocurrió un sitio que nos puede gustar a todos.- me excuso.
-Ya...- se queda en silencio mirando un punto fijo.
-Sí quieres invita a Patricio, también.- digo por quedar bien, aunque no me gusta un pelo la idea.
-¿Eh? no, no, es algo entre compañeros.- dice algo incómoda.
-Me dijiste que no tenías pareja.
-No la tengo.- se encoge de hombros y se acerca para sentarse en la mesa frente a mí.

Yo me quedo callada. Supongo que estarán liados, o a saber... Me da igual, no tengo que meterme en su vida, y no me tiene que importar si está o no con alguien. Se supone que somos amigas, ya está.

-¿No vamos a hacer una quedada tú y yo?- me mira rompiendo mi silencio.
-Estoy un poco liada estos días.- ella frunce el ceño.
-El finde, si quieres.- yo sonrío leve y cedo ante su insistencia.
-Vale, ¿qué propones?
-Vaya cara dura, eras tú quien elegía, ¿no?- se ríe.
-Bueno... es que estoy sin ideas, chica.
-Entonces pensaré algo, pero que sea la última vez Miriam Rodríguez.- me advierte señalándome con el dedo y clavándolo suavemente en mi pecho.

Me quedo mirando el dedo que se queda ahí por unos segundos y luego subo mi mirada a sus ojos. Esos ojos.

Nos miramos en silencio con intensidad y después ella parece reaccionar y forma una pequeña sonrisa a la vez que baja la mirada al suelo. Se muerde el labio y aparta el dedo de mi pecho.

-Me voy ya, nos vemos mañana, ¿si?- dice sonriente evitando hacer contacto con mis ojos de nuevo.
-Hasta mañana, Mimi.- digo dulce dejando una caricia en su brazo.

Y ella se va.

Bailando con ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora